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El número de menores que mueren antes de cumplir cinco años podría aumentar en todo el mundo por primera vez en décadas, ante la interrupción de servicios de salud debido a la pandemia, alertó hoy Unicef.

De acuerdo con el reporte de esa agencia de ONU, seis mil niños más podrían morir por causas prevenibles cada día en los próximos seis meses.

La acelerada propagación de la Covid-19 debilita los sistemas de salud e interrumpe los servicios de rutina, y esto significaría que miles de niños quedarían desprotegidos, recalcó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
La directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, expresó gran alarma ante la posibilidad de que la mortalidad infantil durante el primer lustro de vida se incremente, por primera vez en varias décadas.

«No podemos permitir que madres e hijos se conviertan en un daño colateral del combate al coronavirus. Y no podemos dejar que se pierdan décadas de progreso en la reducción de la mortalidad materna e infantil que se puede evitar.»

Para no retroceder, subrayó, es urgente tomar medidas y en ese sentido, Unicef busca mover a la acción política con la campaña global #Reimagine (#Reimaginar, en su traducción al español).

Tal iniciativa llama a evitar que la pandemia se convierta en una crisis de larga duración para la infancia.
Según cifras de Unicef, 2,5 millones de niños mueren cada semestre antes de cumplir cinco años en 118 países de renta media y baja, incluidos en un estudio de la Escuela de Salud Pública John Hopkins Bloomberg y publicado recientemente en la revista The Lancet.

Además, esa investigación señala que el peor escenario significaría hasta 1,2 millones de fatalidades de niños de menos de cinco años, además de 56 mil 700 muertes maternas en los seis meses venideros.

Igualmente, estima que entre los países donde podría producirse un mayor impacto se encuentran Bangladesh, Brasil, República Democrática del Congo, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Uganda y Tanzania.
En las naciones con sistemas sanitarios de por sí frágiles, la pandemia de Covid-19 interrumpe las cadenas de suministros médicos y consume los recursos financieros y humanos.

Los cierres de ciudades, los toques de queda y la interrupción del transporte, entre otras restricciones, impiden las visitas a los centros de salud para cuidados de rutina, y esto impacta en la mortalidad materna e infantil.

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