Los puertorriqueños experimentaron un nuevo sobresalto en la cadena de vicisitudes que afrontan desde septiembre de 2017 con el huracán María, al producirse hoy un sismo de 5,4 grados de magnitud.
El temblor se sintió en todo el país y tuvo su epicentro en el sur-sureste de Guánica (suroeste) con una profundidad de 32 kilómetros, de acuerdo con el informe de la Red Sísmica de Puerto Rico.
Desde el 28 de diciembre de 2019 la región suroeste de esta isla contabiliza varios terremotos, siendo los mayores los ocurridos el 6 y 7 de enero de este año, que lanzaron durante semanas a miles de personas a la calle, temerosas de una tragedia mayor, incluido un posible tsunami, mientras otras perdieron sus viviendas.
Si bien el remezón de ahora no produjo tragedias personales, causó daños a estructuras históricas en la sureña ciudad de Ponce, tal y como lo confirmó la alcaldesa María Milagros Meléndez Altieri a través de su cuenta en la red social de Twitter.
El terremoto se produjo poco después de las 07:13 horas (local) y desde entonces han habido réplicas más leves, particularmente en la región suroeste, afectando también a municipios como Peñuelas, Guayanilla, Yauco y Guánica, entre otros, los cuales se quedaron sin energía eléctrica por un fallo en el sistema.
El director de la Red Sísmica, Víctor Huérfano, manifestó a los periodistas que la intensidad en algunos municipios del sur fue mayor a los 5,4 grados de magnitud.
Luego de los ciclones Irma y María en septiembre de 2017, causantes de una devastación general con cerca de cuatro mil muertos y la destrucción de miles de estructuras, entre ellas unas 30 mil todavía con toldos azules como techo, Puerto Rico no logra levantar cabeza.
El aire de esperanza que trajo el derrocamiento popular de Ricardo Rosselló Nevares, en julio de 2019, se desvaneció con los terremotos de principios de este año, los cuales evidenciaron que la corrupción seguía enquistada en la gobernación de Wanda Vázquez Garced.
Con la pandemia de la Covid-19 se trató de dar un zarpazo de 48 millones de dólares en las arcas públicas con la adquisición de pruebas para detectar el virus, cuyo costo no debía superar los ocho millones de dólares.
A los sucesos de ahora antecedió el nuevo coronavirus, que mantiene paralizada la producción económica por los últimos 46 días y tiene a la población indignada porque hay miles de niños que no cuentan con una alimentación, al estar inoperantes los comedores escolares y sus padres no disponer de recursos por estar cesantes ante la inactividad laboral.
Además, el Ministerio del Trabajo no ha hecho los desembolsos del seguro por desempleo que reclaman unos 300 mil trabajadores de distintas áreas que se encuentran inactivas.
La gobernadora Vázquez Garced, quien advino al cargo desde el Ministerio de Justicia y que ahora persigue su elección para el próximo cuatrienio, arribó al mediodía a Ponce para inspeccionar los daños en la región sur.
El seísmo complica la situación debido al nuevo coronavirus, mientras se inspeccionan las represas, apuntalan edificios y tratan de reactivar el servicio de electricidad.
«A todos aquellos ciudadanos que de alguna manera han sentido que han tenido daños en su propiedad, verifiquen si pueden permanecer en ellas», anunció Vázquez Garced a los periodistas, tras evaluar los daños con el Negociado de Manejo de Emergencias de Puerto Rico y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos, imperio que ejerce su dominio colonial desde hace casi 122 años.
En medio de los golpes de la naturaleza, la corrupción gubernamental en contubernio con empresas privadas y la bancarrota fiscal del país, con una deuda impagable de unos 73 mil millones de dólares, el pueblo puertorriqueño resiste, lucha y muestra su solidaridad con los más desvalidos, decidido a superar las calamidades inmediatas hasta alcanzar su futuro.