Hablan los hechos

La sede de la ONU en Nueva York se prepara para su reapertura luego de permanecer cerrada desde finales de marzo debido a la pandemia de Covid-19, que afectó con fuerza a esa ciudad estadounidense.

El regreso físico al lugar de trabajo en las instalaciones de Naciones Unidas estará de acuerdo y seguirá, sin adelantarse, las medidas por parte de la ciudad y el estado de Nueva York para relajar las restricciones adoptadas en función de contener la propagación de la Covid-19.

Así explicó recientemente el subsecretario general de Apoyo Operacional, Atul Khare, y destacó que la seguridad y la salud del personal, los delegados y todos los demás presentes en la edificación ‘es la prioridad número uno’.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ya anunció que extendió los arreglos para continuar todo el mes de julio con el trabajo a distancia en la sede del organismo en Nueva York.

La modalidad de teletrabajo -adoptada a raíz de la pandemia de Covid-19- se mantendrá durante julio, mientras se toman acciones de cara a una eventual reapertura de los edificios.

Pero esto dependerá de las condiciones en la ciudad de Nueva York, uno de los lugares más afectados por el nuevo coronavirus en Estados Unidos.

A medida que la situación evolucione en las próximas semanas, las autoridades de ONU actualizarán la información relativa a un plan de reapertura, diseñado en tres fases.

Ese proyecto contempla estrictas medidas sanitarias para mantener el distanciamiento físico y la limpieza de los locales.

Nueva York se mueve gradualmente para aliviar muchas de las restricciones adoptadas a fin de contener la propagación de la Covid-19, y la ONU también se prepara para su regreso a la ‘nueva normalidad’.

Con el fin de cumplir las orientaciones de la Organización Mundial de Salud y los avisos sanitarios locales, el complejo de la sede de Naciones Unidas en esa ciudad ha permanecido en gran parte cerrado desde mediados de marzo: solo el personal imprescindible labora dentro del edificio, como el de limpieza y seguridad.

De cara a la reapertura de ONU, deberán adoptarse nuevas medidas en el lugar de trabajo, como el uso de mascarillas en espacios comunes, mantener una distancia de dos metros entre personas y un máximo de ocupación de dos sujetos dentro de los ascensores, entre otras.

Para un eventual retorno a las instalaciones bajo la Fase uno, el personal del Servicio de Instalaciones y Actividades Comerciales trabaja en función de preparar oficinas y salas de conferencias históricas, como el Consejo de Seguridad.

Varios equipos se mantendrán desinfectando áreas de alta densidad y contacto en el complejo de la sede, que comprende la torre de la Secretaría de 39 pisos, el salón de la Asamblea General, así como los edificios de conferencias y bibliotecas.

De acuerdo con lo previsto, este personal seguirá limpiando con profundidad todas las áreas y superficies de uso frecuente, desde vestíbulos, ascensores y baños, hasta muebles, pomos de puertas, placas de interruptores, así como pasamanos, torniquetes y mostradores.

Actualmente, el personal del Departamento de Apoyo Operacional marca corredores y muros para designar nuevas rutas de tráfico peatonal con el fin de asegurar que, si hay colas, estas cumplan con los requisitos de distanciamiento físico.

También se instalan estaciones de desinfección de manos en vestíbulos y otras áreas comunes, y se prevé al menos una en cada piso de oficinas.

La llegada de la Fase uno estará determinada por las mejoras que se produzcan en la situación epidémica local y la capacidad de atención médica, de acuerdo con las recomendaciones de la ciudad y el estado de Nueva York.

Durante la primera fase de la reapertura solo podrán sesionar en el edificio de ONU actividades seleccionadas y la ocupación máxima en el complejo de la sede se limitará a 400 personas por día, cuando anterior a la pandemia era de unas cuatro mil 200.

En tanto, muchas reuniones y otras labores críticas continuarán realizándose de forma remota.

Quienes deban ingresar edificio de la ONU tendrán que usar mascarillas y hasta ahora, no están previstos controles de temperatura en las entradas.

Tampoco se requerirá ningún test de Covid-19 antes del regreso al lugar de trabajo, pero cualquier personal de ONU que desee realizarse una prueba de detección del virus puede comunicarse con la División de Gestión de Salud y Seguridad y Salud Ocupacional.

En la Fase uno y dos no se permitirán reuniones presenciales administrativas u organizativas de rutina.

Al llegar a la Fase dos, la ocupación del edificio aumentará gradualmente hasta un máximo de mil 100 personas por día en el complejo de la sede, es decir, alrededor del 40 por ciento de los niveles normales.

En otros edificios, se aplicará una ocupación del 40-50 por ciento y los arreglos de trabajo alternativos (modalidad a distancia) permanecerán en gran medida.

Pasar de la Fase uno a la dos requerirá una mayor reducción de la epidemia y el fortalecimiento del sistema de atención médica en Nueva York.

La Fase tres está definida como la ‘nueva normalidad’ y se llevaría a cabo cuando los riesgos en el lugar de trabajo se reduzcan a niveles preepidémicos, y la ciudad y el estado de Nueva York levanten las restricciones relacionadas con la Covid-19.(Prensa Latina)

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