Opinión

Todo mundo es inteligente después de que las cosas pasan.

Al final lo que tenemos ahora fue lo que dijeron las encuestas hechas en los últimos días. El favor del electorado varió durante el proceso. Siempre entre dos: el PRM y el PLD.

Hora hay muchas cosas que evaluar. Eso compete a cada quien, en función de lo que busca y de su madurez. Lo que importa es que el pueblo decidió, y esa decisión ha sido respetada por los que gobiernan sin pataleo ni excusa ni gimoteo.

El trabajo por el pueblo es un proceso en desarrollo sin llegada. Es una carrera de relevo, no una de velocidad, de corta distancia.

Algunos continuarán adversando al PLD, que sale del poder. Quizás hasta que termine la tregua de cien días que se da a los gobiernos recién inaugurados. Si continúan en esa línea es asunto de ellos. Cada quien escoge la manera de perder el tiempo.

El PLD ganó en 1990, aunque le robaron el triunfo, y en 1994 bajó a un 13%. Dos años después vuelve y gana. Perdió en 2000 y vuelve en 2004. Ahora saldremos del poder. No somos adivinos, no sabemos en este momento cuándo volveremos. Eso dependerá de muchas variables que es imposible apreciar ahora. Pero trabajaremos para que sea en el menor tiempo. La historia del Partido indica que es posible, independientemente del deseo de algunos. Además dejamos una obra a partir de la cual debe continuarse y que pesará mucho en su momento.

No hay excusa: se perdió. Pero no es una pérdida definitiva. Lo único definitivo es la muerte, y esa no le ha llegado a un partido con más del 33 por ciento del electorado. Si alguien se siente con el derecho de continuar trabajando por un proyecto que logró un 8 % o menos de 1 %, con más razón debemos sentirlo nosotros los peledeístas de trabajar por el nuestro, que obtuvo casi cuatro veces la primera cantidad.

El pueblo está ahí, y a él nos debemos. Por él debemos velar, a él debemos proteger como lo hemos hecho otras veces desde la oposición. Y así lo haremos. De eso que no le quepa duda a nadie.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas