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El presidente belarruso, Alexander Lukashenko, advirtió hoy que las exigencias de Occidente y la oposición para repetir las elecciones presidenciales solo serían el fin del estado nacional, cuya soberanía se pondría en juego, indicó la televisión capitalina.

Antes unos 65 mil simpatizantes, Lukashenko rechazó las acusaciones opositoras de que el resultado de los comicios de hace una semana fueron alterados, pues estimó que era imposible falsificar una victoria con más del 80 por ciento, como en su caso, mientras la opositora Svetlana Tijanovskaya apenas llegó al 10 por ciento.

El jefe de Estado advirtió que nunca permitiría la entrega del país a otros en el extranjero y reconoció que en más de 20 años aplicó una fuerte política como lo pidió el pueblo para una economía eficiente, contra la oligarcas y contra la delincuencia en las calles, subrayó.

Además, el mandatario aconsejó a la oposición dejar en paz a los periodistas y los médicos, después que ayer varios colectivos laborales fueron movilizados por los opositores para participar en protestas contra el Gobierno.

El Presidente señaló que muchas personas se confundieron y están desorientadas y propuso que si había propuestas de reforma estaba dispuesto a analizarlas, pero, aclaró, no habrá helicópteros que arrojen dinero desde el cielo, pues es necesario ganárselo en los puestos laborales y no en las calles o plazas.

Al recordar que en el tiempo de su permanencia al frente de Belarús construyó un estado soberano, Lukashenko se refirió a la concentración de tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte cerca de la frontera de este país.

Desde Moscú, el Kremlin confirmó que en un intercambio telefónico del mandatario ruso, Vladimir Putin, con Lukashenko, se destacó el compromiso de Moscú con cumplir con sus obligaciones relacionadas con las garantias de seguridad de esta nación y se constató los nexos estratégicos entre los dos estados.

Por su lado, la oposición realizó una posterior concentración en el centro de esta urbe para repetir las demandas de anular los comicios para efectuar supuestas elecciones democráticas, como parte de las presiones de Occidente en ese sentido.

Medios de difusión locales pusieron en evidencia las acciones coordinadas de grupos de provocación contra la policía para luego presentar la respuesta de los agentes del orden público como actos de violencia.

En base a esas supuestas evidencias de abuso de las autoridades construye Occidente su estrategias contra el gobierno de Belarús para justificar la aplicación de sanciones unilaterales de castigo, considera la prensa capitalina.

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