Opinión

El orden de prioridad es la clave. Las dificultades suelen llegar juntas; o cuando viene una sola, la secuela es múltiple. Ese es el caso de la pandemia del coronavirus Covid-19, que azota a la humanidad y Republica Dominicana, no es la excepción.

En cuanto al aspecto sanitario, amenaza con desbordar la capacidad hospitalaria de nuestro sistema de salud, a pesar de todas las previsiones que se han tomado. Además, por su fácil contagio, obliga a cerrar nuestras fronteras. Y a lo interno, impone un confinamiento que paraliza las actividades económicas y sociales del país (Quédate en casa y distanciamiento físico). La aplicación prolongada de esas medidas puede provocar consecuencias impredecibles en la economía nacional.

Como se puede observar, el cuadro es más que complejo, por lo que demanda una estrategia inteligente para enfrentarlo, debido a que están en juego, la salud y vida de la población, así como el equilibrio de la economía. El gobierno ha sido sabio en su accionar, prioriza la salud y, sobre todo, va en auxilio de los más necesitados, proveyéndoles alimentos básicos y recursos económicos necesarios para sobrevivir al confinamiento.

Para evitar la propagación del virus, actuó con diligencia y prontitud en procura de obtener mascarillas, equipos e insumos médicos imprescindibles para detener expansión del contagio. Sin embargo, por ser la pandemia de coronavirus Covid-19, una crisis sin precedentes en el mundo, esos materiales no estaban disponibles en las cantidades y el tiempo requeridos, de ahí, que se produjeran demoras indeseadas.

Afortunadamente, la seguridad alimentaria ha sido un elemento a nuestro favor, para mitigar el impacto que tendría en la población la escasez de alimentos y el alza

consabida en los precios de los principales rubros de la canasta familiar, en medio de semejante calamidad.

El próximo domingo 16 del mes en curso, se producirá en el país el cambio de mando; es decir las autoridades electas en el certamen electoral recién pasado, asumirán la conducción del aparato del Estado. Ojalá que prevalezca la prudencia y el buen juicio en el ánimo de las nuevas autoridades, a fin de que sus iniciativas sirvan para preservar la integridad de nuestra economía, la protección de la salud y la vida del pueblo dominicano.

Hasta luego…

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