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Lucha por el Senado también clave en las elecciones de EE.UU.

Más allá de quién resulte elegido presidente de Estados Unidos el 3 de noviembre, la administración de esa figura estará marcada en gran medida por la fuerza política que obtenga el control del Senado.

Ya sea que el republicano Donald Trump gane un segundo mandato o que el demócrata Joe Biden consiga llegar a la Casa Blanca, el avance de sus agendas dependerá de si sus respectivos partidos son mayoría o minoría en la Cámara Alta del Congreso.

El día de los comicios, además de escoger al mandatario del país para el periodo 2021-2025, los estadounidenses elegirán a 35 de los 100 escaños del Senado y a los 435 asientos de la Cámara de Representantes, junto con otros cargos a nivel estatal y local.

La situación en la Cámara Baja, donde los demócratas tienen la superioridad numérica, parece más segura para la fuerza azul, pues se espera que mantenga el control alcanzado en ese órgano en las elecciones de medio término de 2018.

En esa cita en las urnas, sin embargo, los republicanos lograron ganar par de asientos en el Senado que les permitieron ampliar su ventaja en ese órgano legislativo, donde actualmente tienen 53 miembros, frente a 45 demócratas y dos independientes que suelen alinearse con la fuerza azul.

A principios de 2020 no se esperaba que la lucha por la Cámara Alta llegara a ser muy cerrada, pero eso cambió en un panorama en el que Trump aparece por detrás en las encuestas nacionales y los candidatos de la fuerza azul acumulan millones de dólares en recaudaciones de fondos.

Para inclinar ese órgano a su favor, los demócratas necesitan mantener los puestos que poseen actualmente y sumar una ganancia neta de cuatro escaños, o de tres si Biden llega a la Casa Blanca, pues en caso de un resultado 50-50 en una votación en el Senado, sería su vicepresidenta, Kamala Harros, la encargada de romper ese empate.

Las perspectivas del partido actualmente minoritario de hacerse con la mayoría pueden parecer más complejas si se toma en cuenta que el senador demócrata Doug Jones, por Alabama, se ubica entre los escaños considerados por los medios de prensa y analistas con más posibilidades de cambiar de partido en 2020.

Sin embargo, de los 35 escaños senatoriales que estarán en disputa el 3 de noviembre, 23 pertenecen a los republicanos y solo 12 a los miembros de la fuerza azul, además de que ocho de los 10 principales asientos considerados con más posibilidades de cambiar de partido, están ocupados en el presente por la formación roja, la cual se encuentra, entonces, más a la defensiva.

A pocos días de los comicios del martes, la cadena de televisión CNN y el diario USA Today señalaron que además del caso de Jones en Alabama, otros senadores en riesgo de perder su puesto en el Congreso son los republicanos Cory Gardner, en Colorado, y Martha McSally, en Arizona.

Gardner tiene ante sí un difícil esfuerzo ante el exgobernador demócrata John Hickenlooper, quien promueve su experiencia ejecutiva en un territorio donde Trump perdió por aproximadamente cinco puntos porcentuales en 2016; mientras McSally se medirá ante el exastronauta y activista por el control de armas Mark Kelly, líder en la mayoría de las encuestas.

Otro senador de la formación roja que ve peligrar su asiento es Thom Tillis (Carolina del Norte), pues libra una cerrada contienda frente al senador estatal y veterano de la guerra de Iraq Cal Cunningham, quien enfrentó un reciente escándalo sexual que no pareció perjudicar en gran medida su posición favorable.

Una de las carreras del Senado que más interés despierta tiene lugar en Maine, donde la republicana Susan Collins, quien está en la Cámara Alta desde 1997, mantiene una lucha muy estrecha con la demócrata Sara Gideon.

En Iowa, en tanto, la también integrante de la fuerza mayoritaria Joni Ernst no ha tenido una campaña de reelección positiva, con cuestionados desempeños en recientes debates, y muestra una posición débil ante la demócrata Theresa Greenfield, por lo que las encuestas en ese estado no dan a una ganadora probable.

Asimismo, en Carolina del Sur, Lindsey Graham, un ferviente partidario de Trump y actual presidente del Comité Judicial del Senado, encontró un serio oponente en el miembro de la formación azul Jaime Harrison, quien rompió los récords de recaudación de fondos para candidatos a la Cámara Alta con cerca de 57 millones de dólares.

Los otros asientos considerados en riesgo o a los que los sondeos dan como empates son los de los republicanos David Perdue (Georgia) y Steve Daines (Montana), así como el demócrata Gary Peters (Michigan).

El sitio de periodismo de datos FiveThirtyEight predice una estrecha victoria demócrata en el Senado, mientras el portal de análisis de elecciones Cook Political Report estima que la fuerza azul perderá un asiento, pero ganará al menos dos de los republicanos, y coloca otros siete escaños de la fuerza roja en la categoría de impredecible.

Independientemente de los pronósticos, los muchos factores en juego y las complejidades de la política norteamericana hacen difícil prever un desenlace en ese importante órgano.

Una victoria del partido que también gane la presidencia garantizará que el mandatario pueda impulsar sus prioridades, y confirmar a funcionarios y jueces con más facilidad, mientras que fuerzas políticas diferentes en la Cámara Alta y la Casa Blanca obligarán al jefe de Estado a hacer un mayor uso de las órdenes ejecutivas y le obstaculizarán muchas propuestas.

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