Opinión

Cuando apareció el Covid-19 en Haití, nosotros tuvimos la presunción de que la pandemia se convertiría en una catástrofe para toda la isla.

Nos apoyábamos con el argumento de que, en Haití, el sistema sanitario es sumamente precario, las condiciones de higiene no son de las mejores, sino todo lo contrario y que el remedio preventivo indicado por la Organización Mundial de la Salud, que consiste en lavarse las manos constantemente con agua y jabón, en una nación donde más de la mitad de la población no tiene acceso al agua potable, era casi imposible practicarla.

Pero, felizmente para Quisqueya, hasta ahora todos los malos vaticinios han fallado estrepitosamente.

Haití, fue el último país de América en registrar un caso de coronavirus. El primero en Latinoamérica apareció en Brasil el 26 de febrero del 2020 y la primera muerte, debido a este virus, acaeció en Argentina el 7 de marzo del mismo año.

Para esa fecha, con la detección del primer caso en El Salvador, ya la pandemia se había extendido por toda América, ¡menos en Haití! En este país aparecieron los dos primeros casos el 20 de marzo. Tres semanas después de que en la República Dominicana se diagnosticara, a un ciudadano italiano, con la enfermedad.

De ahí en adelante, las cosas se han desarrollado muy diferentes en los dos países que comparten la isla. Esta vez a favor de los haitianos.

La República Dominicana, hasta el domingo 25 de octubre del 2020, con 124,527 casos, ocupa el lugar número 39 en la lista de más de 200 países y territorios, Haití, con 9,015 se sitúa en el puesto 112. Nuestros vecinos reportan solo 231 muertes a consecuencia del virus, mientras nosotros tenemos 2,223 fallecidos.

Haití tiene 788 enfermos de covid-19 por millón de habitantes, en nuestro país tenemos 11,443. Hay dos renglones en los que la República Dominicana está haciendo un mejor trabajo, debido a su mejor sistema sanitario y es en el porcentaje de muertes. En Haití es de 2.56% por cada infectado, mientras que en Dominicana es de 1.79%. El otro es en cuanto a las pruebas, nosotros hemos hecho 567,976 y los haitianos solo 31,783.

Este último dato lo han utilizado algunos investigadores para no creer totalmente los números haitianos, pues es una verdad de Perogrullo que la cantidad de casos es directamente proporcional al número de pruebas.

Otros científicos concluyen, que el uso de una medicina muy popular en Haití, que se ha utilizado por más de seis décadas en el tratamiento de la malaria, endémica en esta nación, le ha creado a la población los anticuerpos necesarios para tener una mayor resistencia al mortal virus.

Este tratamiento preventivo, ha sido ponderado hasta por presidentes de poderosas naciones, pero la OMS no ha concluido con unos estudios que se están llevando a cabo en la actualidad. Por lo que no nos vamos a arriesgar a publicar el nombre del medicamento. Otros científicos, atribuyen la relativamente escasa presencia del SRAS-CoV-2, en esta nación caribeña, al uso de antivirales contra el VIH SIDA que se utilizaron allí, muy profusamente, en un pasado cercano.

Pero, la realidad es que, por las causas que sean, en Haití, sin agua, sin jabón, sin distanciamiento social, sin mascarillas, el Covid-19, hasta ahora, es casi un jueguito de niños.

¡Por fin! Hemos escuchado que algo bueno le ha sucedido a esta desgraciada nación. Por lo menos no tan malo.

Calos McCoy

Octubre 2020

CarlosMcCoyGuzman@gmail.com

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