Deisy Francis Mexidor *
Las intenciones golpistas y magnicidas en Bolivia para impedir la toma de posesión del presidente electo, Luis Arce, son cada vez más evidentes tras las denuncias del atentado con dinamita contra la casa de campaña del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la noche del 5 de noviembre.
Arce, quien en el momento del peligroso incidente se encontraba en la sede de esa fuerza política, había pedido antes respeto al resultado de las elecciones del 18 de octubre y convocó al pueblo a mantener la calma y a no responder a las provocaciones de sectores interesados en descarrilar otra vez el curso democrático del país.
Triunfador en primera vuelta como candidato del MAS, Arce recalcó en su cuenta en la red social Twitter que “es tiempo de unidad para reconstruir y vivir en paz”.
La toma de posesión será este 8 de noviembre en la nación andino amazónica, en momentos en que algunos sectores están movilizados contra los resultados del proceso electoral, el cual fue verificado y reconocido por observadores internacionales.
Los opositores del MAS piden una auditoría y demandan la reposición plena de la votación por dos tercios en la Asamblea Legislativa, y otros invocan la conformación de milicias armadas o llaman a las Fuerzas Armadas a repetir las acciones que el 10 de noviem bre de 2019 obligó a la renuncia del entonces mandatario constitucional, Evo Morales.
Arce recordó que el proceso electoral concluyó y que “la decisión de las bolivianas y bolivianos debe ser respetada”.
De su lado , hay quienes están tratado de acuñar el viejo guión de que se cometió fraude en los comicios. En ese sentido, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, aseguró que todas las misiones de observación internacional que estuvieron presentes en Bolivia señalaron que las elecciones fueron limpias y transparentes.
“No habrá auditoría porque no se ha encontrado nada que ponga en tela de juicio o que cuestione la integridad y la legalidad de esta elección”, remarcó el titular del TSE.
El exministro de Economía durante el mandato de Evo Morales (2006-2019) resultó ganador en la reciente jornada electoral con el 55,10 por ciento de los votos, mientras el rival más cercano, Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, obtuvo un 29,06.
Según opinan expertos, el desgaste y desprestigio del Gobierno de facto que tomó el poder del Palacio Quemado después de la asonada, unido a la profundización de la crisis política, sanitaria y económica, dieron al traste e impulsaron el histórico triunfo del MAS en las urnas
· De Prensa Latina
