Las desigualdades entre los diferentes territorios de América Latina y el Caribe quedan al descubierto en un informe presentado hoy por la ONU sobre la seguridad alimentaria y nutricional en la región.
El estudio realizado por numerosas dependencias de la ONU, analiza el sobrepeso infantil y el retraso en el crecimiento infantil en los países de la región, e identifica qué territorios están altamente rezagados en comparación con los promedios nacionales.
Revela que el sobrepeso infantil en los territorios más rezagados es dos veces mayor que en el resto, mientras que el retraso en el crecimiento infantil alcanza 27,6 por ciento en los más atrasados contra 11,9 en los no rezagados.
Al respecto, julio Berdegué, representante regional de la organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que «los promedios nacionales esconden las desigualdades territoriales» pues en cada país existen zonas con buenos estándares, y otras donde las condiciones son muy graves.
El estudio confirma la urgente necesidad de invertir en las áreas rurales y en agricultura familiar, porque las zonas y poblaciones rurales son las más afectadas por los problemas de malnutrición, indicó Rossana Polastri, Directora del Fondo Internacional de desarrollo Agrícola América Latina y el Caribe.
Añadió que para la región, donde el costo de una dieta saludable es el más elevado del mundo, es clave promover sistemas alimentarios que favorezcan el acceso a alimentos nutritivos, diversos y asequibles, lo que sólo es posible apoyando la agricultura familiar.
Según el informe, en 23 países existen 142 territorios donde el retraso en el crecimiento infantil es mucho mayor que el promedio nacional, especialmente en Panamá, Guatemala, Belice, Colombia, Guyana y Honduras.
Además, el impacto de la pandemia ocurre cuando la seguridad alimentaria ya venía en descenso, pues en 2019, 47,7 millones de personas, el 7,4 por ciento de la población, vivía con hambre.
Además, más de 190 millones enfrentaban inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que equivale a uno de cada tres habitantes de América Latina en esa situación en 2019.
En contraste, 315 millones de personas (casi la mitad de la población de la región) sufría sobrepeso y obesidad, en comparación con 239 millones en 2006.
Según Miguel Barreto, director regional del Programa Mundial de Alimentos, «el informe ratifica la necesidad de que los gobiernos amplíen sus redes de protección social existentes e incrementen el gasto social para que sus beneficios lleguen a las personas más vulnerables afectadas por inseguridad alimentaria en una etapa de pandemia».