Hablan los hechos

Desafío del relevo en Uruguay

Por: Hugo Rius

La partida física del expresidente de Uruguay Tabaré Vázquez, a los 80 años, significó, tal como puso de relieve el Frente Amplio (FA), la pérdida en el sistema político de un protagonista central durante las tres últimas décadas.

En el balance histórico, el carismático médico de cercana conexión con la gente común emerge como la personalidad dirigente de la primera vez que la fuerza de izquierda alcanzó la Intendencia de Montevideo y la gobernación del país, desde la cual benefició a la mayoría de los uruguayos con significativas transformaciones económicas y sociales.

Si a esta lamentada desaparición, se añade el retiro de la vida parlamentaria del también popular octogenario expresidente y legendaria figura de la resistencia a la dictadura militar, José Mujica, en cuarentena voluntaria por la pandemia Covid-19, al igual que el experto veterano Danilo Astori, puede divisarse un inevitable mutis generacional.

Con la ausencia gradual de estos fuertes referentes conductores, para el ahora opositor FA, después de 15 años de Gobierno, sobreviene el desafío del surgimiento de nuevos liderazgos de relevos capaces de galvanizar en la unidad múltiples sectores, tendencias y lemas para recuperar espacios perdidos.

Sin embargo, en el seno de esa misma diversidad que suele adoptar objetivos democráticamente, se van perfilando figuras con proyecciones hacia las elecciones de 2024, entre las cuales descuella el reelecto intendente del departamento de Canelones, Yamandu Orsi, a cuya celebración asistió Mujica y pronunció un breve mensaje en clave de legado.

También destacan en esta nueva hornada generacional frenteamplista, la intendenta de Montevideo, ingeniera Carolina Cosse, y en el Senado, del sindicato de la construcción, Óscar Andrade, el economista Mario Bergara y el sociólogo Alejandro Sánchez, quien recibió reglamentariamente el escaño de Mujica.

Pero más importante aún para el FA es terminar de profundizar la autocrítica que se propuso por su derrota electoral en noviembre de 2019, que pasa entre otros factores enumerados por desgastes, auto-complacencias, distanciamientos de sectores sociales y del interior del país e inadecuada fórmula electoral presidencialista.

Sin un examen de conciencia a fondo que se traduzca en rectificaciones consecuentes, parece difícil que esa fuerza política enfrente el más acuciante desafío actual de un Gobierno de restauración conservadora y neoliberal que desmantele conquistas sociales y disminuya el papel del Estado.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas