Como era previsto, ante la improvisación de medidas restrictivas, cambiantes de la noche a la mañana y en una marcada contradicción entre funcionarios, la población desafió el proclamado Toque se Queda para celebrar la llegada de un año nuevo.
En principio por las famosas redes sociales, que obligaron a los medios formales a divulgarlas, se apreció concentraciones masivas, bailando y divirtiéndose, ignorando el impacto negativo de las aglomeraciones.
La más llamativa de las imágenes divulgadas se dice que corresponde a Las Cañitas, en el Distrito Nacional, en donde el 2021 se recibió con música, fiesta irrespetando los protocolos sanitarios impuestos por el Gobierno a fin de detener la propagación del COVID-19.
Casos similares fueron registrados en un recorrido realizado en otros de los barrios populares tal y como lo público el Listín Diario en su formato digital, la tarde del Sábado 2 de enero
El reporte cita a Los Minas, Alma Rosa II, Villa Duarte, Ensanche Espaillat, Los Guaricanos, 27 de Febrero y San Carlos, barriadas populares que celebraron en grande, desafiando a los escasos policías, sometido a un intenso trabajo
“De hecho, en sitios como Villa Francisca y Guachupitas las celebraciones se extendieron mucho más allá que en los barrios anteriormente mencionados” reporta el medio periodístico
En las redes sociales se vieron imágenes de diferentes municipios de Azua y de Bahoruco.
En menos de una semana el Gobierno, que había dicho que la pandemia estaba bajo control, dictamina que los fines de semana el encierro comience a partir del mediodía, eliminando el llamado período de gracia para la libre movilidad de personas y medios de transporte, que además de confusión produjo apresamientos colectivos e indignación.
Cómo indignación ha generado la fiesta sin control alguno en un complejo hotelero en Punta Cana, cuyos propietarios, ha dicho, ha sido multado por el Ministerio de Turismo con 4 millones de pesos.
Sobre este festejo el obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, Jesús Castro Marte, cuestionó que se le imponga a los ciudadanos de los barrios restricciones y se permitan costosas fiestas en otros lugares
“Como pastor, debo escuchar la indignación de muchas personas a la vista de la desigualdad que representan las fiestas ajenas a los protocolos sanitarios que tienen lugar en hoteles y otros espacios turísticos y que están circulando en videos. No les falta razón. ¿Con qué derecho y autoridad puede el gobierno exigir a la gente de los barrios que cumpla del nuevo toque de queda?”, cuestionó Castro Marte.
La indignación del prelado fue expuesta en la eucaristía celebrada en la Basílica Catedral Nuestra Señora de La Altagracia, donde también expresó que el Gobierno no puede exigir al personal de salud ni a los policías que redoblen su esfuerzo en la lucha contra el COVID-19.