La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió la renuncia del jefe de la policía del Capitolio estadounidense, cuando crecen las críticas al cuerpo por su respuesta a disturbios ocurridos la víspera.
Durante su conferencia de prensa semanal, la líder demócrata consideró que Steven Sund debe dimitir al cargo, pues numerosas voces consideran que su fuerza estuvo mal preparada y con miembros insuficientes para enfrentar la irrupción de partidarios del presidente Donald Trump.
Según la congresista por California, aún no había recibido noticias de Sund desde los eventos de este miércoles, durante los cuales la turba de seguidores del mandatario saliente se enfrentó a los oficiales del lugar y realizó actos de vandalismo.
Como resultado del allanamiento a la sede del Congreso hubo cuatro víctimas mortales, las que fueron identificadas este jueves como Ashli Babbitt, una mujer de 35 años residente en California; Benjamin Phillips (50), proveniente de Pensilvania; Kevin Greeson (55), llegado de Alabama; y Rosanne Boyland (34), de Georgia.
Los fallecimientos de las últimas tres personas se debieron a emergencias médicas, según informó el diario The Washington Post, pero, en el caso de Babbitt, su deceso se produjo tras ser alcanzada por disparos de un policía del Capitolio, quien fue suspendido mientras se investigan los hechos.
El propio Sund dijo hoy que están indagando acerca de la cuestionada respuesta de sus agentes, y calificó lo ocurrido como disturbios masivos y criminales.
Los seguidores de Trump se concentraron ayer en el Capitolio para impedir que fueran certificados los votos del Colegio Electoral que decretaron la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre, un proceso que pudo completarse esta madrugada.
A pesar de las alertas previas sobre posibles sucesos violentos, observadores de lo sucedido consideraron que la cantidad de oficiales en el lugar pareció ser muy escasa, además de que esa fuerza demoró en pedir apoyo a la policía metropolitana de Washington D.C.
En ese sentido, algunos legisladores manifestaron estar perplejos por la falta de preparación entre las fuerzas del orden, dado que se sabía que Trump estaba promoviendo una manifestación.
De acuerdo con un comunicado de Sund, más de 50 agentes de la policía del Capitolio y de la ciudad resultaron heridos durante los ataques, y varios fueron hospitalizados con lesiones graves.
Los manifestantes violentos, la mayoría de los cuales no usaron máscaras a pesar del fuerte impacto de la pandemia de la Covid-19, golpearon a los oficiales con tubos de metal y usaron irritantes químicos, indicó.