Opinión

El mérito de los seres humanos, como el de los árboles, se mide, sin dudas, por la excelencia de sus frutos; pero hay en toda creación, sea está hija de nuestro pulso mortal o sea hechura de la naturaleza humana, realizaciones, hazañas y hombres, que perduraran por siempre en la memoria histórica de los pueblos.

La desaparición física de don Marcio Veloz Maggiolo ha consternado al mundo intelectual dominicano como hace tiempo no lo hacía. Es increíble el sentimiento de dolor que aún gravita en el alma nacional por la partida de este talentoso, fecundo y profundo pensador del XX.

El Premio Nacional de Literatura, Marcio Veloz Maggiolo, falleció el 10 de abril de 2021, luego de varias semanas ingresado en el área de cuidados intensivos del Centro de Diagnósticos, Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), Santo Domingo, tras ser diagnosticado con COVID-19.

Sus frutos fueron muchos, era un maestro de la narrativa, el ensayo y la poesía, pero además fue investigador riguroso e incansable que hurgaba con meticulosidad los vericuetos de la cultura dominicana y otras latitudes latinoamericanas.

Trabajaba sin estridencias ni alardes, lo que le permitió estudiar de manera minuciosa no solo a la sociedad local y global como excelente sociólogo que fue, sino que, también hurgó con profundidad las complejidades del hombre de este tiempo mediante la experimentación antropológica.

Sin temor a equivocarme, me atrevo afirmar que, don Marcio Veloz Maggiolo conjuntamente con Pedro Henríquez Ureña, Manuel del Cabral, Juan Bosch y Franklin Mieses Burgos, son los cinco escritores dominicanos más trascendentes del Siglo XX.

Es más, voy más lejos, no tengo dudas de que ese colectivo criollo tenía el talento de sobra para ser merecedores de un Premio Nobel de Literatura por su basta y respetable obra literaria.

Don Marcio era una lumbrera, escribió de todo y a todo con calidad y pasión desatada, produjo innovaciones idiomáticas y giros literarios en sus narrativas, poéticas y relatos, que lo colocaron, sin dudas, en tránsito indiscutible hacia inmortalidad como un escritor de altos vuelos de habla hispana. ¡Hasta siempre gigante!..

El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada.alberto218@gmail.com

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