El diálogo sobre la demarcación fronteriza entre Líbano e Israel, volvió hoy a primer plano con la presencia del mediador estadounidense Don Desrocher.
Esas negociaciones estuvieron congeladas por una contrapropuesta libanesa rechazada por Tel Aviv que pasó de reclamar 860 kilómetros cuadrados en el mar Mediterráneo a mil 430.
Ambas partes celebraron dos rondas de conversaciones, aunque sin hablarse en directo, en tanto que la misión norteamericana transmite puntos de vista israelíes a los libaneses y estos responden con representantes de la ONU.
Hay evidencias de que la zona en disputa posee grandes reservas en gas y petróleo incluso Israel dispuso de plataformas, cuya producción cubre necesidades de su consumo interno y exportar.
Los libaneses, en medio de su peor crisis económica en décadas, cifran esperanzas en que, si detectan hidrocarburos suficientes cambiará la actual situación de deterioro.