El incremento de los precios en los productos de primera necesidad es la principal preocupación del pueblo dominicano, reveló Leonardo Aguilera, funcionario del Gobierno y principal ejecutivo del Centro Económico del Cibao, una firma encuestadora que le trabaja al Presidente de la República desde antes de ser candidato, como lo reveló el propio Aguilera.
Al finalizar su entrevista en la televisora CDN, el también presidente de la Refinería Dominicana de Petróleo reveló que en las mediciones que realiza al alto costo de la vida les siguen como problema o preocupación ciudadana “la situación económica en general” y “el desempleo”, y en un cuarto lugar hizo cita de “la Pandemia Covid-19”.
Las tres primeras preocupaciones de la población giran en torno a la economía, disciplina que abarca la producción de bienes y servicios, su distribución, comercio y consumo de un país.
Tal es su esencia, que como repetía el profesor Juan Bosch, si la economía anda bien, la política también, y como ha dicho el coordinador de las mediciones del Gobierno, la economía no anda bien, de ahí que tres de sus componentes sean la preocupación del pueblo en general en los actuales momentos.
Al parecer guiada por los resultados de mediciones, la Presidencia de la República se precipitó al convocar a un diálogo con diferentes sectores de la sociedad que resultó excluyente e improvisado.
En principio se anunció como una comparecencia del jefe del Estado para abordar el tema inflacionario y terminó siendo una distracción al engorroso problema del alza de los precios de los productos de primera necesidad.
Justo en el momento en que por los medios audiovisuales de comunicación se observaba el desarrollo de “la mesa de trabajo por la crisis internacional de precios”, en colmados y negocios al detalle el pan se vendía a diez pesos la unidad o a dos por quince pesos, un salto de cinco pesos, que resulta nocivo a los bolsillos de las familias dominicanas.
Se deduce que el objetivo de esta consulta es tratar de contener el disgusto generalizado por los niveles inflacionarios, porque no solo el pan ha subido de precios. Según el ritmo de las cosas se prevé que la inflación anualizada estaría superando la meta proyectada, que es de un 5%.
La inflación de mayo de 2020 a mayo de 2021, según lo dio a conocer el Banco Central, es de 10.3 por ciento. En República Dominicana teníamos más de una década que no veíamos una inflación que superara el 10%.
El alza de los precios es el principal dolor de cabeza de los dominicanos y las dominicanas en estos momentos, tal y como lo revelan las mediciones del gobierno, y por experiencia propia, el equipo que nos gobierna debe recordar a abril de 1984 o el periodo 2000-2004, tiempo en que los supermercados se convirtieron en la «Casa del Terror».
Lo que eso quiere decir es que el alza de los precios no se controla mediante decretos, memorandos u órdenes ejecutivas. Es con acciones y medidas de políticas económicas.
La responsabilidad de adoptar medidas efectivas corresponde a las autoridades, por más consultas, mesas o diálogos que se realicen.
En los necesarios remedios al mal que mortifica no debe excluirse a los sectores productivos por el impacto que genera en la economía.
El gobierno, tal y como lo expresó un equipo multidisciplinario del Partido de la Liberación Dominicana, debe acelerar la implementación de políticas y acciones de mayor alcance, que mitiguen el impacto del incremento de los precios en las personas de ingresos medios y bajos.
La población está angustiada, desesperada, situación que se acelera cuando se le trata con indiferencia o recurriendo a lo que los dominicanos llaman ‘cuentos de camino’.