Opinión

El mar va perdiendo espacio y el suelo seco sigue expandiéndose en algunas zonas que ya se encuentran prácticamente desérticas y donde el agua de mar que albergaba esperanza para los humanos ha sentido con rigor la mano depredadora de los individuos y las repercusiones del Cambio Climático.

Ha sido tanta la contaminación de todo tipo en nuestros mares que algunos han ido perdiendo sus niveles de vida a lo interno en donde se han dado caso inclusive de criaturas marinas que han migrado a otros lechos huyendo a la desaparición definitiva.

Todo va a caer al mar. Algunos son tan desconsiderados que todas las aguas de las cloacas y las industrias las canalizan para que desemboquen en el mar sin ningún tipo de tratamiento y en perjuicio de todos los seres que crecen y se multiplican en esas saladas aguas.

Este martes 8 de junio se recuerda la importante celebración del Día Mundial de los Océanos los cuales cubren más del 70% de todo el planeta. Es la mayor fuente de vida y además de sustento de la humanidad conjuntamente con todos los demás organismos de la Tierra.

Los mares son los pulmones del planeta los cuales producen la mayoría del oxígeno que se respira en el mundo. Lamentablemente la acumulación de desechos también es algo que afecta, de manera común, a nuestros mares.

En la actualidad hay un fenómeno que invade a la zona del Golfo de México y que se denomina Zona Muerta, es el agua que lanzan las granjas de Minnesota, Illinois, Iowa, Wisconsin, Tennessee, Missouri, Arkansas, Louisiana Mississippi las cuales desembocan en el Océano Atlántico, afectando también a Centro América y las islas del Caribe dentro de las que se encuentra nuestra República Dominicana.

Muchas naciones hacen esfuerzos intensos por mantener la limpieza de los mares que les rodean con leyes que castigan las prácticas nocivas que contribuyen poco a poco a terminar con la vida en el mar.

Si estas leyes no se cumplen nuestros oceanos morirán también y con ellos la esperanza de las personas de recibir todos los beneficios económicos y para la salud que nos proporciona el mar.

El desequilibrio medioambiental que afecta al mundo se refleja profundamente en los océanos, muchos de los cuales ya presentan las huellas que en sus caudales ha dejado el cambio en el medioambiente.

Mientras, en el planeta hay regiones que ya lucen semidesérticas por la falta de agua, aunque sea la del mar, en otros entornos los océanos parecen haberse tragado miles de kilómetros de costa terrestre arropando completamente las zonas con tierra, en muchos casos habitadas y que han tenido que ser abandonadas por las personas.

De acuerdo a las investigaciones, hace algún tiempo el Lago Enriquillo, en la región suroeste de la República Dominicana, a unos 260 kilómetros de Santo Domingo, en la provincia Independencia, estaba subiendo su cauce y dejó bajo las aguas miles de tareas de tierra. Ha ganado en volumen de agua 3,53 kilómetros cúbicos y su superficie ha crecido 1,2 veces desde 2003 hasta el 2013 y se ha mantenido inundando alrededor de 150 kilómetros cuadrados de tierras fértiles. A partir del año 2014 el lago Enriquillo comenzó a evidenciar un continuo crecimiento en el nivel de esas aguas subiendo de 265 km² hasta alrededor de 375 km².

El Lago Enriquillo, conjuntamente con el Mar Muerto, son de los pocos del mundo que se hallan por debajo del nivel del mar y en la actualidad está experimentando su rápida pérdida de salinidad.

A cuidar nuestros mares, fuente de vida para los humanos y hogar para distintas especies marinas que embellecen con sus paisajes acuáticos coloridos el fondo de nuestros océanos.

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