Medio Ambiente

Las elevadas temperaturas registradas en junio y principios de julio en Estados Unidos y Canadá se estimaron como un evento de uno en mil años, confirmaron científicos citados hoy por la revista Scientific American.

Termómetros en Washington, Oregón y California mostraron temperaturas de hasta 54 grados Celsius y en el pueblo canadiense de Lytton (Columbia Británica), un récord de 49,6 grados Celsius y un día después fue destruido en su mayoría por un incendio forestal.

Kristie L. Ebi, profesora de salud ambiental y ocupacional en la Universidad de Washington y coautora del informe precisó que, de alcanzar el calentamiento dos grados Celsius por encima de niveles preindustriales previstos por los Gobiernos para reducir los impactos del cambio climático, ese evento podría ocurrir cada cinco a 10 años.

Asimismo, Kristina Dahl, científica climática senior de la Union of Concerned Scientists, afirmó que un año promedio en Estados Unidos el calor mata a más personas que cualquier otro tipo de clima extremo, citada en la publicación realizada junto a World Weather Attribution.

Según cifras oficiales, al menos 486 personas murieron por la ola de calor en territorio canadiense, mientras que Oregón confirmó 116 decesos y esta capital 78. En comparación, los huracanes registran un total promedio de 46 fallecidos al año en territorio estadounidense durante los últimos 30 años.

Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reveló más de tres mil 500 visitas al departamento de emergencias por enfermedades relacionadas con el calor en mayo y junio pasados en una región que incluyó, además de los territorios mencionados, a Alaska y Idaho.

Expertos recordaron que el cuerpo humano funciona mejor a 37 grados Celsius y al sobrecalentarse se deshidrata y la sangre se espesa, mientras que el corazón bombea más sangre y junto a otros órganos sufre severos daños, continuó la publicación.

Mediante la sudoración, puede deshacerse del exceso de calor pero, ‘una vez que el estrés térmico o la ganancia de calor se vuelven demasiado, ni siquiera la sudoración logrará eliminar el calor adicional’, advirtió JohnEric Smith, profesor asociado de fisiología del ejercicio en la Universidad Estatal de Mississippi.

Ante esa situación, las personas experimentan náuseas, calambres musculares y mareos y, en medio del golpe de calor más mortal, delirio, piel seca y caliente y pérdida del conocimiento.

La profesora Ebi instó a las comunidades a elaborar planes de acción contra el calor que incluyan un sistema de alerta y respuesta tempranas, pronósticos sobre esos eventos, ayuda a personas vulnerables, entre otras.

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