La canciller federal alemana, Angela Merkel, llamó hoy a analizar el fracaso de Occidente en Afganistán, tras 20 años de acciones bélicas y un financiamiento multimillonario.
Al hablar en un acto de campaña electoral, de cara a los comicios del 26 de septiembre, Merkel instó a reflexionar sobre el revés de la política de Occidente para buscar logros más allá del declarado propósito de evitar que el país centroasiático fuera un foco de terrorismo.
Poco después de una visita a Moscú, donde compartió con el presidente ruso, Vladimir Putin, las preocupaciones sobre la situación creada en suelo afgano en los últimos días, la dirigente germana reconoció que la misión de la OTAN quedó a medias.
Aunque más de 150 mil personas perdieron la vida en dos décadas de ocupación de tropas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Merkel se refirió al propósito de llevar a Afganistán más democracia.
Queríamos una vida libre y mejor para todos, en especial, para mujeres y niñas, pero no lo hemos conseguido, declaró la canciller federal a solo dos meses de cumplirse 20 años de la agresión bélica norteamericana contra Afganistán, en violación de la carta de la ONU.
Merkel calificó de dramática y trágica la situación en el país centroasiático, tras la llegada al poder del movimiento Talibán, en especial por la situación en Kabul, en cuyo aeropuerto internacional se vive ahora un verdadero caos, destaca la prensa capitalina.
La dirigente germana, quien evitará presentarse para un nuevo mandato, afirmó que la misión ahora era rescatar personas, tanto nacionales como de otros países de la alianza atlántica y algunos civiles afganos. Unos dos mil evacuados ya fueron llevadas a Alemania.
De acuerdo con el canal Deutsche Welle, al menos dos helicópteros militares Airbus H145M alemanes participan, junto con fuerzas especiales, en la evacuación de personas desde zonas en crisis hasta el aeropuerto de Kabul para facilitar su salida del país.
Medios de prensa comentan que, en dos décadas de acciones bélicas y ocupación, incluida la imposición por Occidente de un gobierno afgano, estuvieron lejos de evitar el fracaso de esa operación.
A diferencia de lo previsto por la inteligencia norteamericana, que esperaban un funcionamiento por otros tres meses del gobierno del presidente Ashraf Ghani, los talibanes lanzaron una ofensiva relámpago que en pocos días le permitió retomar el control de todo el país.
En esas circunstancias, el gobierno alemán anunció la suspensión del financiamiento de programas de desarrollo para el empobrecido país centroasiático, cuyo conflicto convirtió en refugiados a 11 millones de personas.
