Hablan los hechos

Gobierno de anuncios y promesas

La sabiduría del dominicano se manifestó en la respuesta de un hombre del campo a pregunta de Temístocles Montás, vicepresidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), respecto a cómo veía el gobierno del PRM al primer año de instalarse.

“Es un gobierno de la televisión”, respondió el campesino de una zona rural de San Cristóbal.

La respuesta sin adornos retóricos describe en pocas palabras lo que se vive en República Dominicana en la gestión que vendió un cambio que, ingenuamente, gran parte de la población compró.

La reducida inversión pública del gobierno, elemento dinamizador de la economía, confirma la versión de que el actual se trata de un gobierno de promesas y anuncios.

Lo proyectado este año en relación con la inversión pública es que el gobierno no llegará ni al 1.5 por ciento del producto interno bruto (PIB).

“En los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana el gasto en inversión pública era casi de un 3 por ciento del producto interno bruto. En este gobierno la inversión es prácticamente nula”, declaró Temístocles Montás al programa de televisión en donde reveló el diagnóstico del hombre del campo al que nos hemos referido.

Consejo de Gobierno en provincias, visitas a provincias anunciadas con antelación, promesas y más promesas de obras, las que se han quedado solo en las declaraciones del jefe de Estado.

Saturan en la radio, televisión y redes sociales las promociones de acciones del gobierno, que son simples anuncios en los que el principal “talento” es el presidente de la República, quien es actor y hasta locutor de esos anuncios.

Resuena, por la cantidad de menciones, un spot del Ministerio de Obras Públicas con la promoción de caminos y carreteras en reparación, pero al transitar por los mismos no encontramos nada.

El gobierno ha tomado prestado más de 8 mil millones de dólares, sin incluir los del Banco Central, con una inversión pública nula. Préstamos para pagar intereses en un país que necesita de un impulso a la economía para superar las secuelas de la pandemia Covid-19.

Los fines de semana un equipo de la presidencia se traslada a provincias donde promete proyectos y políticas, sin que se aprecien resultados. Solo anuncios, cumpliéndose la máxima de que el papel lo aguanta todo.

El 29 de agosto del año 2020 el mandatario visitó Pedernales en donde externó sus deseos de convertir esa provincia sureña en un destino turístico, anhelos que acompañó con promesas de obras de infraestructura, que a un año y casi dos meses no se ven, tampoco se han iniciado.

El presidente visitó en septiembre de 2020 el puerto de Manzanillo, ubicado en Montecristi, donde anunció que ampliará las operaciones de la terminal marítima con el propósito de dinamizar la economía de la zona a través del turismo y las exportaciones, ¡nada!, simple anuncio.

Un trabajo periodístico del pasado agosto apunta que desde que asumió el actual gobierno se ha prometido el desarrollo de obras por al menos RD$278,823 millones, en una serie de visitas por las 31 provincias y el Distrito Nacional. La reducida inversión pública, confirma lo dicho por el campesino de San Cristóbal. Son solo anuncios.

En materia de ayuda social, el mandatario prometió incorporar “La Doble”, es decir duplicar el monto que recibían sin fallas los beneficiarios del programa “Comer es Primero” a través de la tarjeta Solidaridad. Ha acontecido todo lo contrario, pues aquello se redujo a menos de la mitad y se anularon los subsidios sociales.

A pesar de las promesas, se mantiene un incremento de los precios de los productos de primera necesidad y un elevado precio de los combustibles.

“Estamos cumpliendo”, se escucha cientos de veces al día en las promociones de la televisión, mensaje hueco de un gobierno que prioriza el marketing y verdaderamente incumple lo que prometió, como queda demostrado con el desorden del tránsito, los molestos apagones y el alto costo de la vida.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”, reza un refrán popular que hace referencia a la situación en que lo prometido no se corresponde con las acciones, que muy bien completa la apreciación del campesino de San Cristóbal: Este es un gobierno de la televisión.

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