Con sólo 10 días en el cargo, el nuevo primer ministro japonés, Fumio Kishida, convocó hoy a elecciones anticipadas para la Cámara Baja, cimentando con ello el poder de su partido, el Liberal Democrático (PLD).
Con esta decisión, Kishida se adelanta a la posibilidad de que la tasa de aprobación de su gabinete comience a caer en el período previo a la votación del 31 de octubre y antes de que el campo de la oposición reúna a sus fuerzas para una alternativa creíble, señaló el rotativo Asahi Shimbun.
Otras posibles preocupaciones involucran asuntos que habitualmente afectan al partido gobernante como los errores políticos y el riesgo de que los miembros del gabinete dejen comentarios insensibles que causen una profunda ofensa.
El período de 17 días entre la decisión de disolver la Cámara Baja y el día de la votación es el más corto del período de posguerra.
Quería establecer la composición de la Cámara Baja lo antes posible para acelerar el proceso de formulación de propuestas de políticas específicas, dijo Kishida a modo de explicación en una conferencia de prensa.
Después de que Kishida ganó las elecciones de liderazgo del PLD, el índice de aprobación inicial del Gabinete subió al 45 por ciento.
Si bien eso representó una gran mejora con respecto al anterior, también fue la cifra más baja para la primera encuesta de un Gabinete en los últimos 20 años.