La situación económica del País empeora cada día, las esperanzas de oportunidades de los jóvenes se desvanecen, se intensifican las falsas expectativas de un gobierno mediático, crece la incertidumbre en el corazón del bolsillo de la gente, los precios de los artículos de primera necesidad se disparan, y aumentan de manera inmisericorde y despiadadamente, el poder adquisitivo de la gente ha disminuye trágicamente, los obligatorios recortes presupuestarios en los hogares dominicanos son drásticos, el plato del medio día pierde esencia y elementos, disminuye trágicamente la calidad de vida de nuestros compatriotas y todo eso pasa sin que al gobierno le importe mucho o llame su atención, prefieren justificar su profunda deficiencia bajo el subterfugio o argumento de altos costos de las materias primas y su transporte, u optan por aceitar económicamente a una maquinaria mediática para que por diferentes medios justifiquen teóricamente sus ineficientes acciones y señalen –como chivos expiatorios- a sus antecesores de todo lo malo que hoy ocurre.
Ante un escenario incierto y preocupante, el endeudamiento cabalga y galopa como potro cruel que cuenta con aprobación inmediata en medio de quienes ayer satanizaban las acciones legitimas del congreso, y que hoy, en apenas 18 meses de gestión, esos que criticaban han aprobado prácticamente lo mismo que manejo el PLD en los últimos ocho años, obviamente con una gran diferencia: las obras de infraestructura del presidente Danilo Medina y el PLD están en todos los barrios, los distritos, municipios y provincia del País.