El 24 de abril de cada año, desde 1966, se conmemora el aniversario del estallido de la Revolución Constitucionalista en ese día y mes de 1965, uno de los más relevantes hechos patrióticos del siglo XX, que motivó la odiosa y trágica intervención de tropas norteamericanas cuatro días después.
En principio se trató de un estallido militar que concluyó con el pueblo dominicano en las calles escribiendo con trazos imborrables su propia historia en la memoria de América Latina y el resto del mundo. El movimiento constitucionalista terminó erigiéndose en una de las grandes demostraciones de arrojo, sacrificio y valentía del pueblo en procura de la democracia, mancillada por un cruento golpe de Estado al gobierno democrático del Profesor Juan Bosch el 25 septiembre de 1963.
La interrupción alevosa de la democracia motivó la sublevación de militares y del pueblo que, al unísono, reclamaron la vuelta a la constitucionalidad, un año y siete meses después del aquel golpe que originó un retroceso histórico.
Han transcurrido 57 años de aquel levantamiento, instituido en una de las gestas heroicas más hermosas y patrióticas de nuestra historia, cuyo éxito se vio truncado por la intervención de fuerzas militares extranjeras que invadieron el país. Pese a lo numerosa –se registra el desembarco de 42 mil marines y soldados– y el calibre y la modernidad de su armamento, el pueblo no se amilanó; se mantuvo en las calles, en las trincheras del honor y del decoro, arma en mano, resistiendo como un solo hombre. Con la intervención extranjera, de insurrección popular la gesta pasó a la categoría de guerra patria.
En este nuevo aniversario, el Partido de la Liberación Dominicana se une al sentir del pueblo, recordando con gratitud y respeto a aquellos que ofrendaron sus vidas para reclamar el restablecimiento de la democracia.
Nuestro líder histórico, el Profesor Juan Bosch, en aquel momento al frente de los destinos nacionales desde un gobierno donde las libertades públicas brillaron como nunca lo habían hecho, al amparo del cumplimiento de los designios de una progresista Carta Magna, es el inspirador de aquella revuelta, ejemplo de la heroicidad y elevado patriotismo.
Por nueva vez, se demostró en esa gesta el apego del pueblo dominicano a los principios y normas democráticas, su valor patriótico y determinación para defender la independencia y la soberanía nacionales.
Hoy, apegados a los principios y valores de nuestro fundador, reverenciamos a los héroes y mártires de abril que enfrentaron a traidores e intrusos; mujeres y hombres que llenaron de gloria la historia de República Dominicana defendiendo su honor y soberanía. Loor y gloria eterna a su memoria.