Opinión

Así llegaron a Quisqueya el 14 y el 20 de junio de 1959, los integrantes de la gesta libertadora, integrada por seres humanos que conforman la Raza Inmortal. Los detalles de tan honrosa epopeya han sido ampliamente expuestos y analizados. No así, las razones por las que, el Puro Ideal que los enamoro aún sigue como tarea pendiente.

Para entender la razonabilidad de lo expresado en el párrafo anterior, basta con asociar a ese Puro Ideal un aspecto tan fundamental como: cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, lo que aún no se ha logrado plenamente. Pero quizá no sea ocioso mencionar algunos de los temas que la ciudadanía reclama con mayor vehemencia. Veamos: Institucionalidad, Transparencia y Rendición de Cuentas en la administración de los recursos públicos, Controlar el Uso e Inversión de los Fondos Públicos, Fiscalizar e Informar oportunamente los resultados, Combatir la Corrupción, etc.

Eso para citar solo algunas de las bondades contenidas en ese Puro Ideal. Si quisiéramos hacernos dignos merecedores del sacrificio que significo para esos nobles y valientes compatriotas y sus acompañantes, arriesgarlo todo para liberarnos de la barbarie que nos consumía, solo tendríamos que enarbolar los principios que inspiraban el Puro Ideal. Es decir: patriotismo, entrega, coraje, altruismo y una larga lista de atributos que sería prolijo enumerar por razones de tiempo y espacio.

Como complemento de estas líneas, permítanme reproducir un párrafo del libro “Estero Hondo, 1959 interioridades, los campesinos hablan”. De Guaroa Ubiñas Renville.
Aclaraciones Preliminares (pág. 20)

“Para que este trabajo logre disipar la confusión en que vivimos, producto principalmente de nuestra propia ignorancia y del accionar de las clases y sectores sociales que se han mantenido en el poder, nos hemos visto en la obligación de hacer una serie de aclaraciones introductorias.
Todavía más, cuando el propósito principal de este material es que sea comprendido y aquilatado por la juventud a la cual se le ha presentado una historia deformada, cuando no mutilada por las conveniencias y los intereses más espurreos”.

Ojalá que episodios tan brillantes de nuestra historia reciente, no pasen inadvertidos por la presente y futuras generaciones, debido a la manipulación de grupos y sectores sociales, y a la indolencia de las autoridades, a fin de que, más temprano que tarde completemos la tarea pendiente. Esperemos.

 

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