Seguridad Vial

Por: María Hernández

La sociedad dominicana vivió, esta semana, uno de los accidentes de tránsito más impactantes y traumáticos de los últimos días, cuando varios ciudadanos que jugaban dominó en una vía fueron sorprendidos por un vehículo en marcha a una velocidad tan grande que no le dio tiempo a nada.

Hasta el momento un hombre murió y otro resultó con lesiones que lo mantienen ingresado en un centro de salud de la capital. El hecho ocurrió el pasado 6 de agosto en la calle Albert Thomas del sector María Auxiliadora.

El vehículo era conducido por una mujer que, de acuerdo a la Fiscalía, manejaba un automóvil Honda Civic a alta velocidad y con acciones violatorias a las normas de tránsito como su carnet de aprendizaje vencido. El órgano de la acusación pidió que se le imponga la medida prevista en el artículo 226, numeral 7, del Código Procesal Penal, en lo que respecta a la prisión preventiva.

Lo más grave del caso es que sin importar la cantidad de víctimas fatales que pudieran resultar de este atropellante accidente de tránsito la pena máxima que pudiera recibir la agresora son tres años de cárcel de acuerdo a la Ley de Tránsito vigente y que ningún legislador propone cambiar.

En el accidente que ocurrió en marzo de este 2022, en San Pedro de Macorís, el autor irresponsable del accidente en que murieron dos menores también purgará solo tres años de cárcel: «Tres años de cárcel es el máximo de la pena a la que puede ser condenado el conductor que atropelló y abandonó a tres menores de edad en San Pedro de Macorís: Dos de los cuales fallecieron, que no declaró el accidente ante la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) y que cambió la placa del vehículo involucrado en el Hecho», como recuerda en un escrito del periódico El Caribe con el título Ley de Tránsito, ¿una licencia para matar?

Documentos de la Procuraduría General de la República indican que la Ley 241 sobre Tránsito se modificó por la Ley 63-17, en el 2017, para que la pena fuera reducida a tres años porque de acuerdo a la entidad encargada de impartir justicia un accidente de tránsito es un acto fortuito y que «nadie sale a la calle con la intención de accidentarse o matar a una persona».

Se recuerda, también, el trágico accidente de tránsito que se produjo en el sur de nuestro país en el que 8 personas murieron de decenas que participaban en un ballet y fueron atropelladas por un camión en un hecho en el que se demostró que su conductor, originario de Haina, iba tomando alcohol y solo duró 3 años preso por ese acto de barbarie.

En este reciente inesperado accidente en el que la autora del atropello fue una joven mujer, hubo también imprudencia por parte de los jugadores de dominó que nunca debieron poner esa mesa en plena calle, pero lamentablemente ese era su momento y de habérselo imaginado no se hubieran colocado en ese lugar.

También se observa que muchos colmados sacan sillas a las aceras y cogen parte de las calles sin que las autoridades del Gabinete del Transporte, del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) o de la Dirección General de Seguridad del Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) eliminen esa peligrosa práctica que pone en peligro la vida de los que comparten en el colmadón y la de los que utilizan las vías en los vehículos pesados, livianos y motocicletas, entre otros.

Las aceras y contenes deben ser espacios libres de obstáculos para que los peatones no tengan que caminar por las calles y exponerse a un accidente lamentable. Con duras multas a los que obstaculicen las aceras pueden mejorar el desplazamiento de los usuarios más expuestos a accidentes viales que son los que transitan a pie, conjuntamente con los ciclistas y motoristas.

Recientemente se le ha ocurrido la idea no se sabe a quien de colocar gomas en las aceras y sembrar matas como opciones de jardinería, de manera improvisada y sin guardar una distancia prudente una de otra con lo que se convierten también en un problema para los peatones.

Las aceras de la Marginal de Las Américas, desde hace semanas, están llenas de escombros y tierra que han sacado de los filtrantes, pero que no la han recogido y que obligan a los transeúntes a bajar a los contenes y parte de la calle en esa transitada y peligrosa vía.

Además, debajo del Puente Juan Carlos en la autopista Las Américas, desde hace años, han colocado grandes piedras para evitar que las personas se acerquen a la vía y puedan sufrir un accidente de tránsito, pero esa es una parada, la de Boca Chica y otras zonas de la región Este del país en donde se acumulan cientos de personas que tienen que subirse encima de las monumentales rocas para poder coger su medio de transporte ante el poco espacio que hay libre. Las autoridades de Obras Públicas, que fueron quienes colocaron esas enormes piedras, deberían retirar algunas, en el área de la parada para que las personas no tengan inconvenientes al momento de esperar su vehículo y puedan caer al pavimento al subirse a esas hermosas, pero peligrosas rocas.

También frente a un depósito del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillados(INAPA) que hay en esa zona han abierto un amplio cuadro como si fuera para una cisterna en la misma parada de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) que está en el lugar sin que los comunitarios sepan cuándo se terminará como muchas otras obras que se han iniciado en esa y otras avenidas y no las concluyen hasta que los residentes en la zona no comienzan a protestar.

La falta de supervisión del Ministerio de Obras Públicas, la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD), Intrant, la Digesett y las alcaldías de diferentes municipios es lo que origina que en las calles, avenidas, autopistas y carreteras los usuarios hagan lo que desean aunque vaya en perjuicio de ellos mismos. Con la cooperación de todos se pueden prevenir los accidentes viales.

 

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