Nadie en su sano juicio pensó que pasaríamos de comprar un plátano de $12.00 a $35.00 y hasta $45.00; poca gente pensó que hoy, dirigidos por un presidente que tanto criticó la ley de hidrocarburos y que prometió en campaña reducir sus costos, este permita que el pueblo pague un galón de gas a $ 147.50, un galón de gasolina a $293.00 y un galón de gasoil a $212.00 considerando que el barril de petróleo experimenta una baja histórica en su precio.
Nos ahorraríamos mucha energía de pensar en el hecho de que un gobierno que dedicó largas horas en programas radiales, televisivos y en redes sociales fustigando el supuesto alto costo de la vida en el gobierno del PLD hoy estemos pagando precios exagerados, exorbitantes y elevados para llevar comida en menor cantidad y disminuida calidad a la mesa de nuestro hogar.
Es casi imposible e increíble imaginar que en el gobierno del cambio un quintal de varillas y una funda de cemento pase de $1,700.00 $280.00 antes a $3,600.00 $500.00 respectivamente, disminuyendo así la posibilidad de que la gente pueda adquirir agregados para construir lo más preciado en términos material para un ser humano: su casa.
Todo ha sufrido y ha experimentado alteraciones casi inalcanzable en sus costos en detrimento y en deterioro de la calidad de vida de la gente; no existe un solo artículo que se consuma en el territorio nacional que no haya sufrido una exagerada alteración en su costo y haya con su nuevo valor, y ante la indiferencia del presidente actual deprimido el ya agotado y achicopalado salario regular que devenga y produce nuestra gente.
Lo peor ha sucedido en el sector eléctrico, que ha impactado y ha desequilibrado la economía del sector comercial. Quienes iban a pensar que luego de proponer en campaña del 2020 la solución definitiva a todos los problemas que el actual presidente entendía, hoy nos encontramos con nominas abultadas, salarios en ese sector descomunales, cobranzas en el suelo, facturaciones inconsistentes, perdidas multimillonarias y con la amena de privatizar las EDES y Punta Catalina.
Todo eso pasa actualmente en mi país ante la mirada indiferente y despreciable del primer mandatario, lo más extraño que un importante número de comunicadores independientes y aguerridos, que fueron implacable en contra de los gobiernos del PLD hoy guarden un silencio sepulcral, tanto así, que nadie escucha sus quejas considerando que los desaciertos, las compras indiscriminada de voluntades y el descontrol migratorio del actual gobierno campean por sus fueros y caminan como la orden del día.
