Una parte importante del pueblo dominicano pensó que el escenario preparado el pasado 27 de febrero ante la reunión conjunta de senadores y diputados y ante el país era para que el ciudadano presidente de la República, amparado en el artículo 114 de nuestra Constitución emitiera un discurso lo más cercano a la realidad que vive nuestro país, y partiendo de esa realidad, adoptar las medidas para que la difícil situación económica creada por políticas públicas desafortunadas no siguiera golpeando de manera salvaje los bolsillos de nuestra gente.
No solo la gente que vive del día a día y que consume de lo que produce a diario se quedó esperando mejores anuncios que alivien la pesada carga que le ha puesto el gobierno en sus hombros, incluso, anuncios hechos en gran parte de la campaña que le permitió llegar a la presidencia en el 2020, también esperamos mejores anuncios por parte del primer mandatario aquellos que somos asalariados y que nos manejamos durante el mes con un presupuesto, que sentimos la inestabilidad económica creciente cada vez que visitamos un mercado, colmado o supermercado, lo cierto es que cada día se agudizan más los problemas, la gente no ve soluciones a las grandes dificultades que les afectan y la desigualdad social, la estrechez económica y la disminución del poder adquisitivo son altamente preocupantes.
Todo ese panorama se aprecia conjuntamente con los constantes aumentos del precio de la energía eléctrica, con el elevado costo de los precios de los combustibles, que a pesar de que el valor del barril de petróleo se encuentra por debajo de US77.00, las autoridades de manera abusiva mantienen un precio de referencia que oscila entre US120.00 y US125.00, a esto se suman las constantes quejas de los productores nacionales, quienes de manera continua hacen saber que el actual presidente de la República prácticamente los ha olvidado.
Ante un panorama triste y desolador, con pocas expectativas para mejorar, nos encontramos ante la impostergable y necesaria oportunidad de llevar a un presidente al palacio nacional que sienta más amor por el dolor ajeno, que no le mienta al pueblo, que no se burle de sus tragedias circunstanciales, que sea empático ante la realidad social y económica que vive la gente, que haya demostrado capacidad de transparencia y dominio gerencial para cambiar un país que lleva un rumbo equivocado y lo coloque por senderos de progreso y desarrollo, estamos compelidos a apoyar a Abel Martínez y expulsar de la dirección del Estado la incompetencia, la incapacidad y la indolencia social por nuestro pueblo.
Regidor por el municipio Hato Mayor del Rey
Miembro del Comité Central del PLD.