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El papa Francisco pasó «una noche tranquila», se encuentra «en buenas condiciones» y los controles rutinarios son buenos, informó este jueves (08.06.2023) el Vaticano, luego de que el líder religioso fuera sometido a una operación por una hernia abdominal en el hospital Gemelli de Roma. Esta intervención reaviva las interrogantes sobre la salud de Jorge Mario Bergoglio, de 86 años.

«El personal médico que sigue el postoperatorio del papa informa que pasó una noche tranquila, logrando descansar por un largo tiempo; se encuentra en buen estado, despierto y respirando espontáneamente», se lee en una nota del portavoz vaticano, Matteo Bruni. Bruni añade que «los controles rutinarios son buenos y durante todo el día observará el descanso postoperatorio necesario».

«El papa está siendo informado de los mensajes de cercanía y cariño que han llegado en las últimas horas y expresa su agradecimiento, al mismo tiempo que pide seguir rezando por él», concluye el comunicado. Por el momento, el Vaticano anuló todas las audiencias y actos del papa hasta el 18 de junio, pero se mantienen los dos viajes que realizará a Lisboa a principios de agosto para participar en la Jornada Mundial de la Juventud y a Mongolia a finales del mismo mes.

Francisco fue operado el miércoles para eliminar unas dolorosas «adherencias” en la pared abdominal, consecuencia de una operación de colon en abril de 2021. La intervención duró tres horas con anestesia general. El cirujano de Francisco, Sergio Alfieri, dijo que era una intervención «benigna» que no le dejará secuelas y subrayó que el papa no padece de otras patologías.

Ahora, Bergoglio debería pasar varios días ingresado en la décima planta de la Policlínica Gemelli, conocida como el «hospital de los papas», en la misma habitación que ocupó en numerosas ocasiones Juan Pablo II. El papa argentino tiene problemas de salud recurrentes desde que en 2013 sucedió a Benedicto XVI, que renunció por motivos de salud y murió en diciembre pasado a los 95 años.

Francisco ha declarado en varias ocasiones que se plantearía dimitir, como lo hizo su predecesor, si su salud empeora, pero dijo recientemente que este no es el escenario actual. El papa sufre dolores crónicos en la rodilla y las caderas, lo que lo obliga a desplazarse en silla de ruedas o con ayuda de un bastón.

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