Economía

Por Carmen Esquivel

Latinoamérica y el Caribe es la principal región exportadora neta de alimentos a nivel mundial, sin embargo, más de una cuarta parte de su población sufre inseguridad alimentaria moderada o grave, advirtió hoy la Cepal.

Así lo refleja el informe sobre las perspectivas del comercio exterior presentado este miércoles en la sede en Chile de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Precisa el documento que en 2023, un total de 41 millones de personas sufrieron hambre en el área y de ellas 22,8 millones residían en América del Sur, 10,5 en Centroamérica y 7,7 en el Caribe.

Interrogado por Prensa Latina sobre cómo podría la región revertir la contradicción de ser exportadora de alimentos y a la vez tener un elevado por ciento de la población sin acceso a ellos, el funcionario Keiji Inoue explicó que fortalecer la integración es clave para lograr ese objetivo.

Primero porque un mercado regional integrado amplía la oferta de productos o insumos de procedencia cercana, lo cual disminuye la exposición a perturbaciones en la oferta desde terceros mercados, explicó el director adjunto de la División de Comercio Internacional de la Cepal.

En segundo lugar, dijo, la integración favorece los encadenamientos productivos que promueven el desarrollo económico y social mediante la creación de empleos directos o indirectos, lo cual contribuiría a una mayor seguridad alimentaria.

Inoue señaló también que la reducción de las barreras al comercio puede contribuir de manera rápida y eficiente a bajar el costo de los alimentos y mejorar su accesibilidad.

Una mayor apertura comercial podría ayudar, sobre todo a los países del Caribe, que presentan el mayor costo de acceso a una dieta saludable y los niveles más altos de protección arancelaria en el sector agropecuario, advirtió.

El informe recomienda avanzar en la implementación de las ventanillas únicas, agilizar las inspecciones fronterizas, armonizar las reglamentaciones sanitarias, fitosanitarias y técnicas, mejorar la logística del comercio y fortalecer acuerdos entre países y agrupaciones.

En la presente edición, el estudio examina además cómo repercute en la región el complejo contexto mundial, marcado por un mayor proteccionismo, tensiones geopolíticas y perturbaciones en el transporte marítimo.

Consultado sobre el tema, el director adjunto de la División de Comercio Internacional recordó la repercusión del conflicto en Europa del Este en el alza de los precios de los cereales y fertilizantes, si bien los países de esa región no son los principales socios comerciales de Latinoamérica.

En el caso del Medio Oriente hay un impacto directo en las rutas marítimas por el Mar Rojo, lo que ha obligado a las navieras a desviarse por el Cabo de Buena Esperanza, añadiendo más tiempo, distancia y costos extras en los fletes.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas