Editorial

Los ciudadanos y las ciudadanas de República Dominicana tienen en la carta magna, que de forma caprichosa el actual Gobierno insiste en modificar, garantías del derecho a la integridad de las personas.

Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica, moral y a vivir sin violencia.

“Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o procedimientos vejatorios que impliquen la pérdida o disminución de su salud o de su integridad física o psíquica”, dicta la Constitución de la República, dictamen que se viola desde el Gobierno del cambio en cada momento.

En la actualidad una situación de angustia se vive en los hogares dominicanos con el impacto nefasto que tendrá para el bienestar y la tranquilidad, presentes y futuros, del pueblo dominicano, con las decisiones anunciadas por el Gobierno en las que se incluye un paquetazo, disfrazado de modernidad fiscal.

Es más que una tortura lo que vive la gente sabiendo que le subirán los precios de los alimentos, muy por encima de los precios actuales, de por sí altos. La incertidumbre predomina en los padres y madres de familia al saber que sus ingresos disminuirán y que el poder adquisitivo de lo poco que consiguen será reducido de manera significativa.

Subirán los impuestos, alza que se expresará en el incremento de los precios de los bienes y servicios que consumen las personas de a pie y las de clase media. Las familias que no pagan el Impuesto a la Propiedad Inmobiliaria tendrán, con el paquetazo impositivo, que hacerlo.

Todos los sectores productivos han reaccionado alarmados por la manera inconsecuente con que el Gobierno impone una modificación a los tributos, sin consultar, o por lo menos consensuar. Están decididos a imponer mecánicamente la mayoría mecánica que tienen en el Congreso.

El Partido de la Liberación Dominicana fijó bien temprano posición advirtiendo que la reforma, primero anunciada en el «show mediático» y luego introducida al Congreso, constituye un golpe demoledor contra el bienestar de la población dominicana y en particular contra la clase media.

Las mediciones de la opinión pública revelan que la mayoría de las personas rechazan el paquetazo fiscal, opinión que el Gobierno ignora porque están decididos a tapar el hoyo dejado por el dispendio y alto nivel de deuda, sacando esos recursos de los bolsillos de la gente.

De forma estoica el pueblo resiste y aguanta, pero todo puede suceder… si siguen apretando la tuerca.

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