Con la presencia de su presidente y expresidente de la República, Danilo Medina, en el diálogo de los ex gobernantes sobre Haití y la seguridad nacional, el Partido de la Liberación Dominicana estuvo representado, haciendo sus aportes en procura de enfrentar una situación que no solo afecta a nuestros vecinos, sino también a nuestro país y la región.
Este encuentro, cuyos resultados dependen de las iniciativas que adopte el Gobierno, ha dejado una buena sensación en la población, enviando una señal de unidad nacional que los gobernantes deben evitar manipular a su favor, porque lo vivido en esas casi tres horas de conversaciones fue un ejercicio de sinceridad.
El éxito de lo discutido en el diálogo y de lo que surja de los encuentros bilaterales y de las discusiones en el Consejo Económico y Social dependerá únicamente de que el Gobierno los respete y los cumpla.
La gravedad de la crisis del vecino país amerita una observación permanente, sobre todo porque presenta expectativas nada halagadoras de solución.
El comunicado conjunto del diálogo coincidió en gran medida con lo públicamente expresado por el Partido de la Liberación Dominicana sobre la política migratoria al finalizar el mes de abril, por lo que el PLD avaló, con sus reparos, el documento final.
Si bien la reunión ha generado cierta distensión social en nuestro país, el ambiente está siendo dominado por una situación de incertidumbre creada por las medidas proteccionistas adoptadas por la Administración del presidente de los Estados Unidos, que se han manifestado en los mercados de capitales, en los índices de confianza de los consumidores y de los inversionistas, lo que hace prever que los efectos de esta situación se mantendrán y se profundizarán en el futuro cercano, como lo denunció el PLD en rueda de prensa.
En la referida rueda de prensa el Partido de la Liberación Dominicana reclamó del Gobierno dejar atrás la percepción de improvisación en el diseño de políticas públicas que permea actualmente en amplios sectores de la vida nacional y actuar con transparencia, explicando a los empresarios, inversionistas y a la ciudadanía en general su estrategia para afrontar los nuevos desafíos que surgen como resultado de la redefinición de las reglas que rigen el comercio internacional.
El 8 de mayo pasado se produjo el registro histórico de la designación de un nuevo papá, justo en el momento en que los miles de feligreses concentrados frente a la capilla Sixtina vieron el humo blanco saliendo de la chimenea.
Un ritual solemne de gran significado para el mundo, sobre todo para los miles de millones de católicos en todos los continentes.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost se convirtió en el papa León XIV, quien explicó que eligió su nombre papal por su compromiso con la cuestión social ante los desafíos de la nueva revolución industrial y los retos de la inteligencia artificial.
Aunque es norteamericano de nacimiento, pues vino al mundo en Chicago, Illinois, el nuevo pontífice ostenta la nacionalidad peruana y hasta trascendió que su madre es de origen dominicano.
Lo cierto es que el cardenal Prevost acumula conocimiento de historia, economía, geopolítica y mundo religioso de las Américas lo que le validó el respaldo de los cardenales de este lado del mundo.
León XIV ha prometido continuar con el estilo del difunto papa Francisco de dedicación al servicio, afirmando que ser pontífice implica ser «un humilde siervo de Dios y de los hermanos, y nada más».
En un mundo marcado por la incertidumbre, con guerras entre potencias, una seria amenaza derivada del conflicto por imposición de aranceles en los Estados Unidos, constituye una nota de alivio que la Iglesia católica sea liderada por un papa promotor de la paz, justicia social, preservación del medio ambiente y de fortalecimiento de la familia.
Desde República Dominicana, tierra conocida por el nuevo pontífice, saludamos el nuevo papado y deseamos que esté lleno de esperanza y fortaleza para enfrentar un mundo diezmado por continuas manifestaciones de odio, intolerancia, egoísmo, explotación, exclusión e imposiciones.
Al segundo día de la invitación de palabras a los partidos de oposición a participar en un diálogo con miras a un pacto nacional para ejecutar políticas de Estado frente a la migración, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con la coherencia que le ha caracterizado, abordó el tema en el organismo estatutariamente autorizado a conocer de estos asuntos, el Comité Político.
En la reunión ordinaria correspondiente a abril el Comité Político discutió ampliamente el punto. Tras concluir el encuentro informó al país que presentaría su posición oficial a la propuesta hecha por el presidente de la República a los partidos de oposición.
Con tales propósitos conformó una comisión integrada por el presidente del PLD, Danilo Medina; el secretario general, Johnny Pujols; los vicepresidentes del Partido Zoraima Cuello, Yván Lorenzo, Temístocles Montás, así como Gustavo Sánchez y Roberto Rodríguez Marchena.
Días después dio a conocer en un documento detallado por su secretario general, acompañado de los comisionados, su análisis, críticas y propuestas.
El fundamento de lo expresado se sustenta en el boschismo, que es la teoría oficial del PLD, basada en el pensamiento, obra y comportamiento de su líder histórico, el Profesor Juan Bosch, quien promovió siempre, como principio innegociable, el derecho soberano de la República Dominicana a controlar sus fronteras y regular sus flujos migratorios, sosteniendo que la soberanía nacional se vuelve más sólida cuando se ejerce con criterios de transparencia, orden y pleno respeto a los derechos fundamentales.
Al manifestar su disposición a participar en un diálogo y llegar a acuerdos sobre el tema migratorio, el PLD expresó su profunda preocupación por la ineficaz política migratoria actual.
El PLD le aclaró al Gobierno que no se defiende la soberanía humillando al prójimo, sino protegiendo a su propio pueblo con políticas que procuran su bienestar y seguridad, y que se defiende la soberanía con orden, legalidad, controles robustos y humanidad.
Con la experiencia de un ejercicio de gobierno responsable el Partido de la Liberación Dominicana le propuso al Gobierno y al presidente Luis Abinader una política migratoria sustentada en un sistema de control fronterizo moderno y efectivo, con verdaderas sanciones y consecuencias para quienes permitan el acceso irregular a nuestro territorio, la implementación de un Plan Nacional de Regularización ordenado y transparente, el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas para compartir la responsabilidad de la crisis haitiana con la comunidad internacional y que toda acción migratoria se realice en estricto apego al marco de la Constitución dominicana, las leyes nacionales y los procedimientos establecidos, garantizando transparencia y rendición de cuentas.
El respaldo del PLD estará siempre presente a la aplicación de una política migratoria firme, humana y orientada a soluciones estructurales, en la que no se afecte la soberanía nacional y se garantice la dignidad, la convivencia pacífica y el desarrollo nacional, elementos necesarios de un Estado soberano y justo.
El mundo tele conectado despidió el sábado 26 de abril al papa Francisco, sepultado en una sencilla tumba de la Basílica Santa María la Mayor, en el centro de Roma, en cumplimiento de su última voluntad.
República Dominicana dijo presente en los funerales de Francisco, como todos los países del orbe en donde además de seguir las transmisiones de los medios electrónicos, se oficiaron misas en memoria del pontífice fallecido.
Las últimas horas de su vida y sus deseos de ser sepultado en una tumba sencilla reafirmaron su apego al voto de pobreza, defensa y apoyo de los más vulnerables, sustentado por la orden católica a la que pertenecía, la Compañía de Jesús.
Los reportes de prensa, sustentados en su comportamiento durante su papado (2013 -2025) lo identifican como “el papa de los pobres”.
Y así es, Francisco apoyó siempre a quienes consideraba vulnerables.
Como líder espiritual de millones de católicos, contrarrestó el liderazgo mundial que ultrajaba a los migrantes, a los pobres y a los marginados con fines políticos.
El papa Francisco fue crítico de las disposiciones políticas que causaban sufrimiento a la gente común, en procura de poder político y financiero.
Doce años de lucha contra la corrupción en su Iglesia, abusos sexuales de obispos y sacerdotes, en defensa de los derechos humanos, contra las guerras, la explotación inmisericorde y la de defensa del medio ambiente, que esperamos continúe con la sucesión papal.
Horas antes de su fallecimiento, en la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Resurrección, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, Francisco, por intermedio de un sacerdote, reiteró su preocupación por los migrantes, las víctimas de la violencia y los conflictos en todo el mundo.
En su prédica advertía, de forma reiterada, sobre los riesgos del retorno de la práctica autoritaria en el mundo y los horrores históricos de la misma, que ya se están viendo en gobiernos, que se entienden absolutos, sembradores de divisiones.
En la despedida del papa de los pobres, nos mostramos esperanzados de que el legado de compasión y dignidad humana que dejó a la posteridad siga guiando un mundo cambiante cada día y en profunda crisis económica, social, política, moral y ética.
Con una dilatada tradición de denuncia y solidaridad en su haber, la Iglesia católica dominicana v olvió a tronar en el Sermón de las Siete Palabras desde la Catedral Primada de América en una acertada reflexión social que envía un claro mensaje a los gobernantes para el cambio de rumbo en la cosa pública.
Curas y laicos reflexionaron sobre el deterioro del sistema de salud, la justicia, la desprotección ciudadana, los feminicidios y los daños al medio ambiente, entre otros aspectos.
Interpretando el sentimiento popular de los religiosos, desde el templo simbólico, fueron precisos al aplicar a la realidad dominicana las frases de Jesús en la cruz antes de morir, en una prédica sencilla con la que se pasó inventario a males que nos aquejan como nación.
La Iglesia católica se pronunció sobre el pesar de la sociedad ante males como la delincuencia, la violencia y la inseguridad ciudadana que crecen sin control y se “expanden como mancha de aceite”.
El daño al medio ambiente no le fue ajeno a la prédica, sintonizando así con la preocupación universal del calentamiento global, la depredación de bosques y ríos y altos niveles de contaminación.
Las precariedades del sistema sanitario se enumeraron, citando las infraestructuras hospitalarias en mal estado, falta de avance en la implementación de la atención primaria, preguntando directamente al Gobierno ¿por qué el 911 no funciona como antes?
En la tradicional reflexión de Semana Santa se denuncia la inseguridad vial en calles, avenidas y carreteras del país, el deterioro del sistema de justicia, un sistema penitenciario en su peor momento.
En el sermón se hizo un llamado a reconocer que la pasión de Cristo no terminó en el Calvario, sino que se prolonga en cada persona marginada, hambrienta, violentada y olvidada por la sociedad.
En la reflexión sobre el último ruego de Jesús en la cruz, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, la Iglesia pidió por el cese de la violencia y la disminución de los feminicidios.
Aleccionados por los reiterados incumplimientos de las autoridades, nos sumamos a la preocupación de la Iglesia católica dominicana y esperamos que los gobernantes hayan prestado atención a estas preocupaciones, que vienen del alma de un pueblo que sufre y que espera se cambie –para usar una palabra de sello oficialista– el mal rumbo que lleva el país. Nuestra Iglesia habló, y lo hizo de manera clara y directa, las autoridades tienen ahora la palabra y sobre todo la oportunidad de responder con hechos, no con anuncios.
El desplome de la estructura física del centro de espectáculo Jet Set, con el trágico balance de muertos, heridos, traumatizados y un pueblo adolorido y acongojado, ha dejado innumerables lecciones a la sociedad.
Mientras se contaban los fallecimientos, las escenas de dolor se adueñaban de los medios de comunicación con la transmisión servidas por reporteros desde los diferentes puntos en los que se concentraba la tragedia: El edificio que colapsó, los hospitales y clínicas y, el más lúgubre y sombrío, el Instituto Nacional de Patología Forense, en donde el dolor y la frustración de los dolientes se describía en los reportes o declaraciones.
Un saldo que sobrepasa en gran número las doscientas personas fallecidas e igual número de traumatizados es para el registro en la historia de la peor de las tragedias de esta naturaleza en nuestro país.
En solo segundos un icónico centro de diversión y de celebraciones se transformó en la tumba de empresarios, profesionales, artistas, deportistas, trabajadores, mujeres y hombres sencillos y de personas destacadas por sus aportes a la sociedad.
En las páginas de los periódicos y en los tiempos en radio, televisión y canales sociales han abundado las hipótesis y recomendaciones sobre el doloroso suceso.
Las autoridades, que concluida las primeras fases del trágico hecho, se comprometieron con la realización de un estudio técnico transparente y especializado para determinar los pasos a seguir en el ámbito de la justicia, saben que la responsabilidad debe imponerse al luto y que más adelante están obligadas a actuar para prevenir futuras tragedias evitables.
Esa tragedia está marcando una línea para que las inspecciones de edificaciones sean obligatorias y rigurosas sobre todo en los edificios que alberguen concentraciones humanas.
Del sentimiento de Demetrio Lluberes, un padre adolorido por la pérdida de su hijo Víctor Manuel, y las lesiones que dejó en su esposa, la exalcaldesa de Yaguate, Rosa Peña, surgió una sugerencia atinada que debe sumarse a las lecciones del desplome del techo de la discoteca Jet Set.
Demetrio, quien fuera administrador de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID), considera necesario que las autoridades nacionales se propongan como reto mejorar el abordaje de sucesos de emergencias en República Dominicana. Lo que vio en el lugar de la tragedia fue improvisación, desconocimiento y tardanza en los procedimientos de rescate.
Hemos vivido una experiencia terrible, con un gran dolor que permanecerá en el tiempo, sobre todo para los afectados de manera directa. Y si algunas lecciones podemos extraer, quizás los señalamientos hechos por Demetrio deben figurar en ellas.
República Dominicana despertó el martes ocho de abril con una de las mayores tragedias de su historia.
Un suceso descrito en principio como un accidente en un centro de espectáculo, la discoteca Jet Set, se transformó en un acontecimiento terrible con cifras superiores a centenares de fallecidos y heridos.
Un profundo sentimiento de luto, dolor y pena se ha apoderado del pueblo dominicano por las pérdidas registradas allí, entre ellos músicos, empresarios, deportistas, trabajadores y el carismático cantante Rubby Pérez.
De inmediato la tragedia puso de manifiesto el espíritu solidario que caracteriza a los dominicanos y las dominicanas.
El día de la tragedia y los sucesivos, rostros compungidos, pesarosos de ciudadanos y ciudadanas que no podían disimular el dolor, era la nota que caracterizó al pueblo dominicano, impactado por el trágico suceso.
Ha sido encomiable el trabajo de los medios de comunicación formales, cuyos profesionales han informado con veracidad, superando la tradicional industria del rumor, que surge en acontecimientos de esta naturaleza.
También es justo reconocer el esfuerzo de las brigadas de rescate, que se vieron reforzadas por misiones de México y Puerto Rico.
La tragedia colocó a República Dominicana en el mapa internacional. El papa Francisco y el Secretario General de la ONU expresaron su solidaridad con el país. Igual hicieron jefes de Estado, organismos multilaterales, organizaciones deportivas mundiales y artistas internacionales.
Al igual que lo ha hecho en otras ocasiones, el país superará este inmenso dolor, que ha servido para unirnos y para que mostremos nuestra mejor parte. M ientras tanto, como lo han expresado nuestros voceros, el Partido de la Liberación Dominicana desea paz y sosiego a los familiares de las víctimas.
El título de este comentario editorial no es un simple enunciado ni mucho menos un eslogan o consigna política.
Es la realidad predominante en el principal partido político de República Dominicana con presencia real en cada rincón de nuestro territorio y en el exterior donde residen dominicanos y dominicanas.
El Partido de la Liberación Dominicana recibe los embates del Gobierno y su partido que no cesan en sus ataques y triquiñuelas políticas en procura, de forma fallida, de disminuirlo.
En el laborantismo partidario la organización inspirada en la obra y vida ejemplar del profesor Juan Bosch ha demostrado desde el Gobierno y en la oposición la vocación de servicio, interpretando fielmente su lema “Servir al Partido para Servir al Pueblo”.
En la etapa poscongreso el PLD agota una serie de pasos encaminados a su fortalecimiento, accionando desde diferentes ángulos con la participación entusiasta de la militancia y la membresía.
Las comunicaciones se han sistematizado, teniendo de base una mesa de la que forman parte las estructuras comunicacionales del Partido y los especialistas en la temática.
Formación Política ha peinado el país presentando el programa formativo para que los organismos, con la orientación de la Secretaría, se encarguen de ejecutarlo.
Los secretariados han orientado sobre los planos de trabajo de los diferentes órganos, rescatando un método tradicional del Partido.
Las direcciones provinciales, municipales, de circunscripciones electorales, de distritos municipales, tienen ya su plan de acción para implementar la Línea Organizativa y Electoral, mientras los responsables de esas áreas preparan el Reglamento para su aplicación.
La Comisión de Arbitraje y Unidad avanza en su labor, destacando el ambiente de madurez política, compromiso democrático y voluntad de unidad que ha prevalecido en sus intercambios con los distintos aspirantes a la candidatura presidencial para el año 2028.
Las asambleas provinciales, encabezadas por el presidente del PLD, Danilo Medina, el Secretario General, Johnny Pujols, una representación del Comité Político y las direcciones de las provincias, son espacios en los que el entusiasmo predomina y la determinación de ejecutar los trabajos asignados, para transformar la situación de calamidad en la que vive el país.
Contra todo vaticinio y el deseo de sus adversarios, el Partido de la Liberación Dominicana no solo está de pie sino que ha pasado de «la organización de la casa» a la movilización política interna. En este momento tenemos a esta gran maquinaria engrasada, lista para echar la pelea en el escenario que se le presenta con garantía de triunfo, pues como dijo el presidente Danilo Medina en su intervención en Montecristi: “Si hay una militancia vibrante, dispuesta a trabajar, es la del PLD. Esa fuerza está lista para volver al poder”.
Es el profesor Juan Bosch, fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien definió a la organización política como un “Partido Único en América”.
Con ese concepto el maestro de la política dejó establecido que se trataba de una organización nueva, diferente a los demás del país y de la región, centrada en la dirección política del pueblo y el desarrollo de la calidad de sus miembros mediante el estudio y la práctica.
El PLD ha sido desde su fundación un partido de militantes con métodos de trabajo propios, compuesto por mujeres y hombres con vocación de servicio, que se reafirma en cada acto, reunión, encuentro o asamblea al pronunciar en voz alta o escribiéndolo en las actas de las reuniones el lema “Servir al Partido para Servir al Pueblo”.
El centralismo democrático es una norma en el PLD, que ha guiado las importantes decisiones en los 51 años de existencia con una demostrada práctica política apegada a la democracia y el respeto a las decisiones de la mayoría sin menoscabo del de la minoría.
El Partido de la Liberación Dominicana es un ejemplo de organización política que cuenta con diez congresos ordinarios, otros tantos congresos electorales, plebiscitos, consultas, convenciones en sintonía con los Estatutos partidarios y las leyes nacionales.
Bajo esta premisa al inicio de marzo el Comité Político discutió el mecanismo de trabajo para la selección de las o los posibles aspirantes a la candidatura presidencial, conformando una comisión para el arbitraje y la unidad de esas aspiraciones.
Esa comisión ha venido trabajando en consultas legales, en contacto con las y los posibles aspirantes, cumpliendo con la responsabilidad que le ha sido asignada.
Los ruidos de fabricación externos no impedirán el propósito esencial del PLD en el proceso de elección de un aspirante, en sintonía con la sociedad dominicana, de modo que pueda ser ratificado en el 2027, como dispone la Ley de Partidos Políticos.
Cero distracción. Nada ni nadie desviará al Partido de la Liberación Dominicana del cumplimiento de sus metas ni lo alejará de sus vínculos con el pueblo y su lucha para superar las trabas y los males que le afectan.
El PLD se mantiene firme y sigue siendo indestructible.
La peste porcina africana (PPA), que se conoció en República Dominicana a finales de la década de 1970, ha resurgido nuevamente con brotes que muestran una tendencia al alza en amplias zonas del país mientras el gobierno responde con improvisación y anuncios que nunca se materializan.
Desde el año 2021 el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) alertó con sus técnicos sobre la necesidad de una política sanitaria rigurosa y el apoyo real al productor porcino. Sin medidas efectivas, consideradas entonces y considerados ahora el PLD, la enfermedad se haría endémica.
Ya conocemos el resultado. El gobierno, con el presidente y sus técnicos a la cabeza, se hizo el sordo y tomó el camino de la improvisación, el anuncio de planos sin nada concreto y el adormecimiento de la población con el esquema publicitario que le caracteriza. Prefirió ese camino en vez del de ejecutar las acciones que se conocen para combatir la enfermedad.
Para colmo, y como si el buen juicio estuviera de vacaciones en el PRM, nos encontramos desde el litoral de ese partido una voz destemplada e irresponsable responsabilizando a los productores de cerdos por permitir la propagación de la enfermedad. Qué burla, cuánto irrespeto contra quienes dedican esfuerzos y recursos a favor de la autosuficiencia alimentaria.
La PPA ha provocado la muerte o despoblación de un alto porcentaje de cerdos y desde el Gobierno se insiste en negar los brotes o, cuando los reconoce, afirman de manera falaz que están “bajo control absoluto”.
Combatir la patología que afecta la población porcina requiere una política sanitaria rigurosa y el apoyo real al productor, al que el PRM ha ignorado, concentrándose solo en anuncios y planos que no se concretan.
Ante la calamidad que representa la PPA, presente en todo el país, «Vanguardia del Pueblo», con el PLD, exige mayor inversión para combatir el mal, asistencia técnica, controles sanitarios, financiamiento para el productor y planificación en el campo dominicano.
La peste o fiebre porcina africana es un problema grandísimo no solo para los productores de cerdos, sino para el país, por la magnitud del negocio que la industria porcina y lo que significa la carne en la alimentación y la gastronomía dominicana.
En consonancia con las resoluciones del X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) viene desarrollando un gran activismo, que tiene movilizadas todas sus estructuras.
Órganos y organismos están trabajando en el fortalecimiento partidario con el objetivo de cumplir con el deseo ciudadano de ver nuevamente a las mujeres y hombres peledeístas dirigiendo los destinos nacionales.
Ya lo viene diciendo el ex presidente de la República, Danilo Medina, presidente del PLD, que cuando el PLD gobernaba se vivía mejor.
Es una frase que ha sido asimilada por el pueblo dominicano, quien al hacer las comparaciones con la actualidad comprueba el alto grado de deterioro en aspectos esenciales de la vida del dominicano.
Pacientemente la población observa y compara, se indigna y cada vez que tiene la oportunidad se desahoga.
Los medios de comunicación tradicionales y los canales sociales son testigos de las quejas ciudadanas por el deterioro de los servicios, el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana, entre otros aspectos, que el actual gobierno no ha sabido encarar.
Desde las instancias superiores del Gobierno se responden a las quejas con anuncios, publicidad y cuentos de camino, que empeoran la desesperanza ciudadana.
Teniendo el viento a su favor, el Partido de la Liberación Dominicana no debe errar permitiendo una fragmentación de sus filas, a lo que apuestan el Gobierno y otros sectores opositores.
Es por ello que cobra fuerza el llamado del expresidente Danilo Medina a dirigentes y miembros del PLD, a preservar la unidad partidaria, esencial para satisfacer al pueblo que quiere ver de nuevo al PLD en el poder.
Los momentos actuales exigen cautela, renovación de compromisos, fomentar la democracia interna, procedimientos claros para la resolución de conflictos, promover la formación política, apoyarse en disciplina interna ya hacer caso omiso a la industria del chisme y el rumor.
Claro se debe tener en cuenta que en el Partido de la Liberación Dominicana está cifrada la esperanza del pueblo dominicano.
El expresidente de la República, Danilo Medina, y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ofreció al actual jefe del Gobierno una respuesta precisa a su queja irónica de la oposición política.
El presidente del PLD advirtió al gobierno sobre el callejón sin salida en que se encuentra el país con el deterioro del sector eléctrico y el alto nivel de endeudamiento.
En la vitrina semanal del Gobierno, el Presidente de la República reclamó de la oposición que además de criticar sus acciones formule propuestas para mejorar la función pública.
Es lo que, de forma sincera, con la experiencia acumulada y pensando en el país, ha hecho Danilo Medina en la entrevista concedida al programa «El Sol de la Mañana», en la que identicicó la situación del sector eléctrico y la deuda como los principales problemas que afectan al Gobierno y la economía, que deben ir procurando soluciones, evitando que se agraven por el impacto negativo en la vida de las ciudadanas y los ciudadanos.
El Gobierno está gastando aproximadamente 667 mil millones de pesos y está recaudando 450 mil millones de pesos. La nómina ha subido 132 mil millones, a lo que se le suma el tema de las ayudas y donaciones, el gasto en publicidad en procura de popularidad y la transferencia que le tiene que hacer al sector eléctrico, todo eso explica el déficit fiscal, limitante que no se resuelve con parches o mensajes fabricados en los canales sociales.
No se tiene que ser experto para ver las complicaciones que le genera a la economía gastar mucho más de lo que se percibe.
Gastos públicos elevados que superan los recursos disponibles es lo que en economía se define como déficit fiscal, lo que conlleva una serie de consecuencias económicas y financieras que más temprano que tarde afectan tanto al Estado como a la ciudadanía.
El reclamo del presidente de la República a la oposición encontró una sana recomendación de un estadista formado políticamente para servir, como lo enseñó el gran maestro de la política, el Profesor Juan Bosch., sin embargo, estamos seguros de que a pesar de la contundencia de las afirmaciones abundarán los desmentidos y aclaraciones pobremente fundamentadas porque, lamentablemente, estamos ante la presencia de un Gobierno sordo y parlanchín.
Ha sido la reacción de los sectores nacionales lo que ha dejado en entredicho lo expresado por el Presidente de la Republica el pasado 27 de febrero en la reunión conjunta de senadores y diputados.
Son los hechos los que demuestran la difícil situación que mortifica al pueblo dominicano, que se manifestó con la desaprobación de la rendición de cuentas del mandatario, que más bien fue una rendición sin cuentas.
La misma tarde del feriado de la proclama de la Independencia Nacional el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se hizo sentir con una reacción sopesada, con una lectura objetiva de lo dicho por el jefe del Gobierno, presentando la verdad y develando lo que el gobierno pretendió esconder con una larga perorata con la que se pretendió maquillar la desconsoladora realidad que a diario deben enfrentar los dominicanos.
Con datos en las manos el Partido de la Liberación Dominicana demostró lo insoportable que resultan para el pueblo dominicano el costo de la vida y la crisis alimentaria, el abandono del campo, el desempleo y las numerosas obras inconclusas, el endeudamiento y falta de transparencia, el desplome del sector eléctrico, el desorden del transporte y la lamentable situación en Educación y Salud.
Al poner en contexto el discurso presidencial, el PLD en pocas palabras presentó el estado de inseguridad que domina todas las demarcaciones del país, que está robando la tranquilidad de los hogares dominicanos.
“El país vive con miedo. No hay un solo dominicano que no haya sido víctima de la delincuencia o conozca a alguien que lo haya sido, mientras el gobierno del PRM da tumbos con políticas poco efectivas”, declaró oficialmente el Partido de la Liberación Dominicana, y los hechos del fin de semana le dieron la razón.
En menos de veinticuatro horas dos vigilantes privados fueron asesinados en sendos asaltos, incontables los reportes de robos y atracos así como noticias de hallazgos de cadáveres en matorrales, con visibles signos de violencia.
Sin duda alguna lo apacible de la vida que ha caracterizado a los dominicanos y las dominicanas, inclinados a ver el aspecto divertido de las situaciones más dramáticas, se ha transformado en la gestión de gobierno del presidente Abinader y el PRM.
Ahora esa cualidad ha sido sustituida por el miedo. El miedo a que nuestros hijos no regresen a la casa, el miedo a comprar más caro lo adquirido el día anterior, el miedo a no poder pagar el préstamo en el banco o el alquiler de la casa, el miedo a no poder comprar la medicina, el miedo a seguir figurando en las estadísticas de desempleados, en fin, el miedo a qué nueva situación producirá en el país la incapacidad de un presidente y un partido indolente, que casi cinco años después, no han dejado de dirigir el país como aprendices.
El próximo jueves 27 de febrero, en el 181 aniversario de la proclama de la Independencia nacional, el presidente Luis Abinader debe acudir al Congreso Nacional, con los miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país como invitados especiales, a motivar las memorias de los ministerios del pasado año, según ordena la Constitución de la República.
Los documentos, como ha sido la tradición, ya fueron depositados en el Congreso Nacional con la memoria institucional de las realizaciones de las entidades gubernamentales durante el año 2024.
El ministro de la Presidencia, quien depositó la documentación, manifestó que la presentación de estas informaciones reafirma el compromiso del Gobierno con una administración enfocada en el uso eficiente de los recursos públicos y el bienestar de la ciudadanía.
Precisamente, los dominicanos y las dominicanas de todas condiciones sociales, aleccionados por anteriores rendición de cuentas y promesas incumplidas, se muestran expectantes ante el discurso de esta ocasión por el temor de que este 27 de febrero haya mucha poesía, poses histriónicas y pocos resultados.
Como se expresa en mediciones de recientes publicaciones, los diferentes sectores nacionales están esperanzados en que por lo menos el presidente Abinader se refiera a la solución de problemas que se han visto agravados en su administración como lo son el retorno de los apagones, el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana y el descalabro de la seguridad alimentaria.
La deficiencia del servicio eléctrico ha alcanzado dimensión más que preocupante por las pérdidas millonarias que afectan al sector, combinadas con altas facturas y extendidos apagones.
Otros problemas a los que la población espera se refiera el señor Abinader es a la falta de medicinas en las farmacias del pueblo, con el colapso de los servicios hospitalarios y las emergencias del sistema 9-1-1, la situación de los salarios y el desempleo, así como a las obras públicas sin terminar.
Figuran también en la inmensa lista de preocupaciones de los dominicanos y las dominicanas los tantos problemas reportados en el sistema educativo, la situación de la economía, ahora con el nuevo ingrediente de la inestabilidad en la tasa de cambio y la tendencia al alza del dólar en relación con la moneda dominicana.
En fin, son muchos los problemas que se anhela sean enfrentados para evitar confrontaciones sociales, como se observa a diario en comunidades que protestan y reclaman soluciones a sus demandas.
Esperamos que el Gobierno y el propio jefe de estado entiendan que la población espera soluciones, no promesas incumplidas y anuncios repetidos.
Al concluir una rueda de prensa en la que se fijó posición oficial sobre las declaraciones de la ONG Participación Ciudadana, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) expresó con claridad que no busca confrontación, sino que se une a la sociedad dominicana en la exigencia de respuestas a interrogantes derivadas de la necesidad de esclarecer las denuncias, basadas en documentos oficiales del gobierno de los Estados Unidos, sobre el uso de fondos internacionales en el país, en particular los otorgados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su siglas en inglés).
Son la democracia y la confianza ciudadana las que imponen esas explicaciones a una entidad que por años ha mantenido un discurso de ataques contra el PLD y que hipócritamente exige transparencia en todo, pero que se resiste a ofrecerla.
La posición asumida se ha pretendido enfrentar desde Participación Ciudadana con la afirmación de que es el PLD el que debe rendir cuentas, argumento insostenible en razón de que en su historia de 51 años de existencia el PLD siempre ha rendido cuentas.
El debate en el tapete en torno a la ONG es sobre el rol que ha desempeñado con millones de dólares asignados por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), cuestionada por su propio Gobierno.
Es insuficiente la posición de limitarse a afirmar que los fondos recibidos se usaron para promover la democracia o la transparencia.
La sociedad no quiere generalidades ni que en este asunto se le salga por la tangente., espera explicación sobre el empleo concreto y los destinatarios de esos recursos y, sobre todo, una explicación de la citada ONG de cuál ha sido el grado de complicidad o sumisión con una agenda injerencista en República Dominicana de un gobierno extranjero.
Por lo anteriormente explicado se mantienen vigentes las interrogantes del PLD en la rueda de prensa referida: ¿En qué se utilizaron los fondos de USAID?, ¿influyeron en la política nacional, en las elecciones del 2020 o en la agenda mediática del país?, ¿quiénes se beneficiaron de esos recursos y qué mecanismos de rendición de cuentas han aplicado?
La vara de medir el ejercicio transparente debe ser igual para todos. Y especialmente para una institución que debe predicar con el ejemplo.
Con la elección de las y los titulares de Secretarías el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ofrece al pueblo dominicano y al sistema de partidos políticos un nuevo ejemplo de orden, organización, disciplina y ejercicio democrático.
Concentrar más de mil quinientas personas en una gradería de un recinto deportivo y lograr que disciplinadamente ejerzan el derecho a escoger a quienes coordinarán los órganos de trabajo peledeísta es una nueva hazaña que reconfirma al PLD como principal partido del país.
Una reunión del Comité Central que concentró a los integrantes de dicho organismo en el país y los de las seccionales del exterior, vía internet, confirma la determinación de seguir defendiendo los intereses y sanos valores del pueblo dominicano.
Con la elección en forma democrática y participativa, el PLD completa las decisiones de su X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez, que generó nuevos estatutos, nueva línea organizativa y electoral, ratificó al expresidente Danilo Medina en la Presidencia del Partido ,escogió a Johnny Pujols en la Secretaría General y los miembros del Comité Político.
Con la elección de las y los titulares de Secretarías se completa el cuadro dirigencial del PLD, que debe dirigirse ahora al territorio con la elección de las direcciones en provincias, municipios, circunscripciones electorales, distritos municipales y una Conferencia pendiente para reordenar las seccionales en el exterior.
Además de orden y disciplina en sus actividades y accionar el Partido de la Liberación Dominicana es un referente de la modernización del Estado, la garantía de estabilidad, crecimiento económico y progreso social, conquistas que el pueblo recuerda con nostalgia, porque son logros que se han desvanecido en el actual gobierno.
Está más que demostrado que el Partido de la Liberación Dominicana representa la verdadera esperanza de nuestro pueblo.
El ejemplo dado por el PLD con la elección de las y los titulares de Secretarías junto a las directrices de la Presidencia y la Secretaria General se ha hecho sentir presentando un Partido dinámico y decidido a reconquistar el Poder.
Como acontece en otras áreas de la vida nacional, la situación real que enfrenta la juventud dominicana dista mucho del relato oficial. Y no puede ser de otro modo porque la gestión de gobierno del presidente Luis Abinader y el PRM se ha distinguido por ignorar a los jóvenes dándoles la espalda a sus anhelos y empeño de superación y progreso.
Así lo dejaron sentado dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana en un acto realizado con motivo del Día Nacional de la Juventud.
El presente y el futuro de nuestros jóvenes no pueden ser más inciertos y desconsoladores. Mientras desde el gobierno perremeísta se sigue el libreto publicitario de servir a la opinión pública la poesía de que los jóvenes constituyen la «verdadera esperanza», nuestra juventud enfrenta falta de educación, desempleo, pobreza, desigualdad e inseguridad.
Las estadísticas dadas a conocer por la Juventud Peledeísta en una ofrenda floral a los Padres de la Patria así lo testimonian: el 15 % de los estudiantes dominicanos abandona la secundaria, con cifras aún mayores en las zonas rurales, debido a la falta de infraestructura y apoyo., el desempleo juvenil oscila entre el 22 % y el 30 %, siendo una de las tasas más altas de América Latina y el Caribe, mientras que más del 60 % de los jóvenes trabajan en la informalidad, sin derechos laborales ni seguridad social.
Esa es la realidad que padecen nuestros jóvenes como resultado de la ausencia de políticas públicas a su favor, lo que confirma la indiferencia de los gobernantes actuales hacia ese importante sector.
Las becas a estudiantes han sido abandonadas, el sistema educativo ha colapsado, la inseguridad aleja a los jóvenes de los ambientes sociales, mientras el sector es bombardeado por culturas foráneas, distantes de los sanos valores.
¿Dónde están las oportunidades que dice el Gobierno construye para los jóvenes? Esa es una interrogante que deben responder las autoridades con acciones y no con falacias y «poesías» recomendadas por el marketing político.
El Partido de la Liberación Dominicana denunció en rueda de prensa irregularidades e inconsistencias detectadas en el Programa de Bonos Navideños 2024 del Gobierno dominicano, para cuya comprobación y corrección sugirió la realización de auditorías exhaustivas de los programas sociales actuales tanto a la Cámara de Cuentas como a la Contraloría.
Entre otras anomalías, el PLD destaca que aunque el gobierno anunció la distribución de 3 millones de tarjetas los datos oficiales documentan la entrega de solo 2.6 millones. Aún no se ha informado a quiénes ni cuándo se distribuirán los 600 millones de pesos correspondientes a las 400,000 tarjetas restantes, que no han sido asignadas a ninguna entidad.
No es un invento del PLD lo expresado a los medios de comunicación, la denuncia está sustentada en el resultado del análisis de la información proporcionada por el Gabinete de Políticas Sociales, en respuesta a la solicitud realizada por nuestro Partido en el mes de diciembre, en el marco de la Ley General de Libre Acceso a la Información Pública.
Lo que se procura al hacer pública esta investigación de un programa altamente publicitado por el Gobierno es que los recursos públicos se gestionen apegados a las normativas existentes, con los controles que eviten la discrecionalidad, con responsabilidad y destinados a quienes más lo necesitan y en sintonía con la transparencia, con la que el actual Gobierno se vendió a los electores.
A la denuncia del PLD, fundamentada en los informes de las instancias gubernamentales, se responde con la torpe afirmación de que no hay irregularidad y que el Gabinete de Política Social dará una explicación en los próximos días.
Dicho Gabinete ha sido la estructura encargada de repartir los llamados bonos, por lo que no puede ser juez y parte.
Manejar recursos públicos de forma alegre ha sido una norma del gobierno de turno que ha generado desconfianza en la población porque es notoria la falta de transparencia en el manejo de los programas sociales.
El solo hecho de hacer pública la denuncia ha dado lugar a que desde la misma población se publiquen otras anomalías e irregularidades documentadas, ausentes en el informe oficial.
El Partido de la Liberación Dominicana exige, y lo seguirá exigiendo, transparencia y eficiencia en el manejo de estos fondos sociales que deben dirigirse a beneficiar a los más vulnerables y no para favorecer a funcionarios o sus allegados en perjuicio de quien real y efectivamente los necesita.
Siguiendo lo que ya es una tradición de la Iglesia Católica, los obispos de República Dominicana publicaron su carta pastoral, en ocasión del Día de la Alta gracia, que en el santoral se fija para el 21 de de enero.
En esos pronunciamientos la Iglesia expresa su preocupación por lo que define como “situación que vive el pueblo dominicano frente a las condiciones de pobreza y sufrimiento”.
Al documento, reseñado en los medios de comunicación tradicionales, no se le dio la cobertura y el espacio periodístico que le corresponde, quizás respondiendo a la línea conservadora de nuestros medios, para no atribuírselo al enorme monto publicitario del Gobierno que, quiérase o no, es lo que origina el trato con paños tibios a las actuales autoridades.
Como en otras ocasiones, lo que en esta ha hecho la Iglesia es dar en la diana de los problemas que afectan diferentes sectores nacionales y la realidad social.
La Carta Pastoral expresa una profunda conmoción por la situación de inseguridad en la que viven numerosas familias, por el desempleo que golpea especialmente a los jóvenes y el impacto del alto costo de la vida en los hogares dominicanos.
Agrega a la trilogía de problemas citados la situación de tantos dominicanos que viven en condiciones vulnerables, expuestos al riesgo constante de caer en la pobreza debido a las crisis económicas y los efectos del cambio climático.
Precisamente los inconvenientes enumerados son los que citan los ciudadanos consultados por encuestas de reciente publicación, con lo que se comprueba la veracidad de la situación denunciada por el clero.
Ante la cruda realidad que se denuncia en un documento de religiosos, distante de la carga política-partidista, los actuales gobernantes tienen la obligación de acoger para evitarles males mayores al país, si seguimos transitando este calvario de calamidades que nos acogotan como pueblo.
De un gobierno que se dice religioso por lo menos se espera que lo demuestren escuchando la voz de la Iglesia. Es lo mejor que pueden hacer autoridades que se han caracterizado por poner oídos sordos a las demandas y reclamos del pueblo.
Cual si se tratara de un juego infantil, pero no tan inofensivo como el que se da entre los pequeños, ambas cámaras del Congreso Nacional aprobaron un proyecto de ley que sustituye el nombre de una importante vía del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo sin tomar en consideración la designación anterior.
El país ha sido estremecido por la decisión del Senado de la República y la Cámara de Diputados, ambas con una compleja agenda de proyectos y resoluciones por conocer, de embarcarse a la aprobación de una pieza con notoria inobservancia.
En fecha 30 junio del año 2015 quedó inaugurada la avenida Circunvalación de Santo Domingo, obra vial construida para agilizar el tránsito vehicular en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo con el nombre del Profesor Juan Bosch.
El 30 de junio es el Día del Maestro en República Dominicana y la fecha del natalicio del expresidente de la República, gloria de las letras universales y el gran constructor de partidos políticos dominicanos, motivo que inspiró al presidente Danilo Medina, con la facultad para ello, de designar dicha vía con el nombre del insigne maestro político.
De forma alegre un congresista lleva un proyecto de ley para sustituir el nombre de la vía por el de otro destacado ciudadano, José Francisco Peña Gómez, ignorando el nombre dado hace nueve años.
El Fideicomiso RD Vial, estructura gubernamental que tiene varias casetas para el pago de peajes en los diferentes tramos de la vía, la llama con el nombre que le corresponde: Profesor Juan Bosch.
Con se dato demostrativo y las reseñas de los medios informativos de esa época se confirma cual es el nombre de la avenida de circunvalación de Santo Domingo, que olímpicamente se quiere cambiar, basado en un proyecto de ley plagado de errores e inexactitudes, que llevan a cuestionar la calidad de determinados congresistas.
Es una lástima y un hecho sin sentido que se quiera regatear los grandes aportes del Profesor Juan Bosch a República Dominicana y que se quiera crear una competencia con los nombres de dos connotados líderes que hicieron significativos aportes a la vida democrática de República Dominicana.
En el proyecto de ley que despoja del nombre del expresidente de la República a la avenida de Circunvalación de Santo Domingo se explica que es un deber del Estado reconocer y promover a aquellos hombres y mujeres que han trascendido en la sociedad, han transmitido valores auténticos y sirven de ejemplo para el fortalecimiento de las presentes y las futuras generaciones, como lo hizo el expresidente de la República y líder histórico del PLD, el Profesor Juan Bosch.