Opinión

Noviembre es el mes del pánico en RD

Noviembre en el calendario gregoriano es el undécimo y penúltimo mes del año y tiene 30 días. En algunos países, se le llama el Mes de la Caridad. Es el mes de la familia en República Dominicana, según un decreto del año 1971.

Sucesos acaecidos en noviembre en República Dominicana es lo que origina que en lugar del mes familiar o de la caridad, se convierta en el mes del pánico.

En el desarrollo de los primeros días de noviembre de 2025, teniendo los efectos de la tormenta Melissa, los residentes en el Distrito Nacional entran en temor. Presentes tienen los noviembre, 2022 y 2023, con un trágico balance, fruto de las inundaciones por las precipitaciones en la capital de la República.

El pánico no es en los barrios carenciados, cercanos a los ríos que circundan la ciudad capital o las cañadas que cruzan esas demarcaciones, si no las zonas residenciales, que fueron las que se afectaron en las inundaciones citadas.

Otro evento catastrófico ocurrió en noviembre del año en curso, 2025, un apagón general paralizó gran parte de las actividades cotidianas en República Dominicana, provocando caos en el tránsito, afectación de servicios hospitalarios y la suspensión de los principales sistemas de transporte del Gran Santo Domingo.

Contrario a las inundaciones, el apagón abarcó todo el territorio nacional. Desde todos los rincones se escucharon las quejas y protestas de los usuarios, que pagan un servicio caro y que ese día vieron muy limitadas su vida laboral, académica u hogareña.

Una avería en el sistema eléctrico se registró a eso de la 1:20 de la tarde y en muchos lugares, doce horas después, no contaban con energía eléctrica.

Tapones de vehículos a la hora de regreso al hogar al concluir la jornada laboral, el servicio del metro y teleférico paralizado con pasajeros atrapados en los vagones.

Miles de ciudadanos a pie, caminando largas distancias porque los vehículos de transporte de pasajeros se paralizaron.

Intervención de los bomberos para rescatar a personas retenidas en los túneles y elevados del Metro, donde los afectados se vieron obligados a improvisar abanicos para combatir el sofocante calor de la tarde.

Una verdadera tragedia , tal como se observó en las imágenes fotográficas o en los videos con grupos humanos caminando como si se tratara de una peregrinación.

Dos noviembres inundados y uno apagado es para que terminemos deseando que el penúltimo mes del año no vuelva, porque para males, ya está bueno

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