Opinión

La Comisión Especial designada por el Senado de la República para estudiar el proyecto de ley que crea el Parque Nacional Loma Miranda, aprobado en dos lecturas consecutivas en la Cámara de Diputados, donde se originó, resolvió rendir un informe favorable, pero con profundas modificaciones que cambian de manera sustancial el texto original.

La comisión presidida por el senador de Azua Rafael Porfirio Calderón sugiere una redacción alterna “que sustituye en todas sus partes la iniciativa legislativa” aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados.

Durante poco más de seis meses, los comisionados analizaron con minuciosidad la abundante documentación y las opiniones de expertos en relación a este controversial tema. Cabe resaltar las opiniones del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las investigaciones desarrolladas por el Programa de Naciones para el Desarrollo (PNUD) en relación al Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa minera Falconbridge Dominicana, así como los trabajos y publicaciones de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Dirección General de Minería, la Asociación de Geólogos Dominicanos, el Instituto de Recursos Hidráulicos, entre otras instituciones públicas y privadas de notable incidencia en la sociedad.

Las opiniones de los expertos contratados por el PNUD influyeron notablemente en la decisión de la Comisión Especial de rendir un informe favorable para que sea aprobado con modificaciones el proyecto de ley que declara Parque Nacional a Loma Miranda, en un área geográfica de 42.75 kilométros cuadrados, ubicada en las provincias de La Vega y Monseñor Nouel.

Los expertos del PNUD trituraron el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la minera Falcondo para justificar la explotación de Loma Miranda. Entre las deficiencias más notorias se cuentan:

  • Ausencia de una Línea Basal para el estudio.
  • Ausencia de servicios ambientales o eco sistémico, así como los riesgos relativos a los aspectos físicos, y los riesgos sociales que la explotación puede generar.
  • No ofrece suficientes elementos para una evaluación precisa y detallada de los impactos ambientales.
  • Falta de información sobre el yacimiento que se pretende explotar y sobre la posible contaminación del agua.
  • Falta información sobre la profundidad de la capa superficial del suelo, presencia de acuíferos, fallas y otras características estructurales.
  • No analiza en detalle la posible contaminación del agua por cromo.
  • En el análisis del ambiente, el estudio no refleja una evaluación exhaustiva del territorio.
  • En lo referente a la cartografía, no hubo disponibilidad de planos con suficientes tamaños y con mayor nivel de detalle.
  • Está incompleto el apartado referente a la hidrología; es superficial y deja vacíos.
  • A pesar de que el tema de la biodiversidad es de los más sensibles y afectados por la actividad minera, el estudio de Falcondo lo trata en forma muy general.
  • No queda claro el tipo de análisis que se debe realizar con relación a las especies endémicas, migratorias o con algún status de amenaza, así como a las comunidades vegetales y su fauna asociada que pudieran ser afectadas incluso de manera irreversible.
  • No fueron considerados dos tipos de vegetación (Bosque nublado y Bosque de serpentina), muy sensibles a pequeños cambios en las condiciones naturales y presentes en el área.
  • El estudio de Falconbridge Dominicana omite el tema de las aves migratorias.

La Comisión Especial precisa en su informe al pleno senatorial que “Todas las deficiencias señaladas en el análisis del PNUD, llevaron a los expertos contratados a la conclusión de que se requiere de mayor profundidad en prácticamente todos los componentes del Estudio de Impacto Ambiental realizado por Falcondo, particularmente en lo relativo al tema de agua, fauna, flora y licencia social.

El informe favorable está firmado por el presidente de la Comisión, senador Rafael Porfirio Calderón, y por los miembros senadores Rubén Darío Cruz, José María Sosa, Francis Vargas Francisco, Arístides Victoria Yeb, Prim Pujals Nolasco y Antonio Cruz Torres.

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