La primera encuesta semestral de fuerza de trabajo del Banco Central puso en evidencia que el empleo informal está, desde hace más de 15 años, mejor remunerado y de jornada laboral más corta que el empleo formal, que no sólo ha deteriorado la calidad de vida del trabajador sino que también su incremento de productividad sólo beneficia al empleador.
Con los resultados de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT), que el BC reveló en su acostumbrado “Foco Página Abierta” que entrega a los medios desde hace meses, se echa por tierra el segundo gran mito de la economía dominicana: que la desigualdad social que acusa el país, se debe a la proliferación del empleo informal.
Ya antes VANGUARDIA DEL PUEBLO había solicitado al Departamento de Estudios Económicos del Banco Central un serial histórico que correlacionara en gráfico la respuesta del Producto Interno Bruto al déficit de la cuenta corriente de la balanza comercial, del 1970 al 2012, y lo que revela el mismo es que sólo hubo superávit de cuenta corriente en los años de decrecimiento del PIB. Por efecto contrario, a más alto volumen del déficit de cuenta corriente, correspondió un mayor crecimiento del PIB.
Fue de esa manera, entonces, como cayó por tierra el primer gran mito elaborado esencialmente por las fundaciones de estudios económicos que sirven asesoría a entidades tales como el CONEP, Asociación de Industrias, ANJE y a grandes consorcios nacionales y extranjeros, ayudadas por organismo multilaterales como el FMI, BM y BID enprocura de que el Estado contenga su vocación inversora en sectores básicos, como el eléctrico, y haga economías para el pago de la deuda, dejando el campo abierto al sector privado.
Como se observa, hay un persistente déficit de cuenta corriente acompañando a cada año de crecimiento. En cambio, sólo se registran superávit en la cuenta corriente en los años de muy débil crecimiento o de pronunciada caída del Producto Interno Bruto, como fue el caso de los años 1989 y 1990 y del 2002 al 2004.
Cae el segundo mito
“La economía informal es un inmenso hoyo negro espacial que atrae con fuerza magnética a su centro a todo cuanto puede, destruyendo valor tanto para el Estado, como para la economía privada, condenando a la oscuridad a aquellos que entran a ella y distorsionando lasvías para aquellos que permanecen fuera”, afirmó Manuel Diez Cabral, presidente del CONEP, en un reciente almuerzo de la Cámara Americana de Comercio, resumiendo con ello el segundo gran mito.
Según Diez Cabral, en los últimos 10 años por cada empleo formal se generaron 14 en la informalidad. En ese mismo período el 70% del empleo formal lo ha generado el Estado, lo que ha destruido el 50% del empleo femenino. A la fecha el desempleo juvenil supera el 32%. Hoy existen más de 680 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan, óigase bien, 680 mil jóvenes. El 80% de las MIPYMES en República Dominicana quiebran antes de cumplir los dos años.
En vez de corregir las causas que han deteriorado la capacidad de las empresas y emprendedores para generar más empleos formales, nuestro Estado se ha concentrado en generar más empleos públicos y aumentar los programas de asistencia social y subsidios, dijo también el señor Diez Cabral, poniendo proa contra el programa más popularmente apreciado, que ataca la pobreza con la tarjeta Solidaridad y otros subsidios.
Es lógico que también demandara echar poner fin a la “postergación de un conjunto de medidas estructurales que nos permitan ajustar nuestra economía, también nuestra manera de vivir y hacer negocios y los cambios incesantes que de manera acelerada se han estado produciendo en la escena global”.
El líder empresarial, concluyó reclamando reformas sustanciales que recorten los beneficios laborales, programas de créditos y subsidios diferenciados a la producción antes que al comercio y servicios, y hasta políticas monetarias de incentivos a la manufactura.
Técnicos respondones del BC
Los técnicos del Departamento de Estudios Económicos del BC, respondieron con un oportuno estudio (primero de dos semestrales de este año) de la fuerza de trabajo a nivel nacional, incluyendo los ocho principales grupos de trabajo del país. Veamos cómo respondieron los técnicos:
“En efecto, si se calculan las remuneraciones (promedio ponderado) en el sector informal de estos trabajadores considerando las horas trabajadas, se comprueba que en promedio, prácticamente en la totalidad de los casos sus ingresos son mayores que los pagados en iguales grupos ocupacionales del sector formal. Esto contrasta con las afirmaciones del empresariado de que los trabajadores formales ganan más que los informales”.
Para el año 2013 los ingresos/hora pagados según grupo ocupacional, reflejan quesólo los ocupados a nivel de gerentes/administradores y profesionales e intelectuales, que representan el 12.0% del total de ocupados formales perceptores de ingresos no agrícolas y apenas un 1.0% del total de trabajadores informales no agrícolas en la economía dominicana, en promedio perciben ingresos/hora en el sector formal por encima de los devengados en el sector informal, explicaron los técnicos del BC.
Estos bajos ingresos han incidido a que en los últimos trece años el sector informal no agrícola haya aumentado de 46.2% del total de ocupados en el 2000 a 50.6% en 2013, siendo los trabajadores por cuenta propia los que más han aumentado en dicho periodo, concentrados principalmente en el comercio informal, transporte y servicios, según aprecian.
Si se analiza con la debida profundidad y objetividad la evolución de los ingresos realespromedio de los trabajadores en la República Dominicana, dejando de lado los intereses particulares, se observa que las remuneraciones reales estuvieroncreciendo a un ritmo promedio de 3.3% anual durante 1991-2001, superior al crecimiento de 2.4% de la productividad laboral durante el mismo período, evidenciando que en dicho período los trabajadores eran compensados por la inflación y por el incremento en su productividad laboral.
Esta tendencia cambió drásticamente durante 2002-2004 cuando se verificó una caída abrupta de 35.5% en los ingresos reales de los trabajadores como consecuencia directa de la inflación acumulada en dicho período que ascendió a 103% fruto de crisis bancaria, la cual no fue compensada por aumentos de igual magnitud en las remuneraciones nominales de los trabajadores durante esos años. En el año 2005 se registró una recuperación parcial de 14.1% en los ingresos reales promedio para luego permanecer prácticamente estancados en términos reales. Esto queda demostrado en el hecho de que al cierre de 2013 el ingreso real promedio de los trabajadores dominicanos es prácticamente igual al vigente en 1991, pese a la productividad haber aumentado.
Para los técnicos del Banco Central, esto es lo que deja demostrado de que el país “se de el lujo” de destinar los incrementos de la productividad de las últimas décadas “a los beneficios del capital, en detrimento de los trabajadores”.
Banco Central se destapa
Por demasiado tiempo, décadas, el Banco Central permitió que los mencionados mitos, y muchos más, se establecieran en la conciencia pública y, lo que es peor, condicionaran políticas públicas.
Tal comportamiento tuvo que ver, quizá, con la vocación de los políticos en oposición (no importa la fuerza política) que desmeritan los informes oficiales sobre el comportamiento de la economía. De haberle salido al frente cada vez, las autoridades monetarias se hubiesen mostrado muy beligerantes, dando mayor pábulo a las dudas asentadas en la población opositora acerca de sus diagnósticos económicos y financieros.
En ocasiones también, las críticas opositoras coincidían con los objetivos de los organismos multilaterales, en su afán de imponer una desregulación y apertura del mercado más allá de lo posible. El administrado silencio del BC también les fue favorable.
La situación, sin embargo, ha cambiado sensiblemente ya que políticos con experiencia de poder y formación económica al frente del Estado, como es el caso del doctor Leonel Fernández y del licenciado Danilo Medina, han hecho diferencia de lo que son intereses particulares de nacionales y extranjeros con los intereses de la nación. Y es aquí donde el BC afina la puntería.