Opinión

El calentamiento global está afectando de manera significativa el ciclo hidrológico de la República Dominicana. Este fenómeno de dimensión global ya comienza a transformar los sistemas meteorológicos y las etapas hidrográficas de tal manera que modifica a su vez las aguas superficiales, la humedad del suelo y la alimentación de los acuíferos.

Mientras eso sucede, se observa que los colectivos locales no terminan de entender que se hace necesario producir una gestión del agua adecuada a los fines de evitar consecuencias sanitarias, medioambientales y geopolíticas de impredecibles consecuencias.

Para que nos demos cuenta de la magnitud del problema y pongamos atención, es necesario conocer y entender una de las consideraciones de la Organización de las Naciones Unidas sobre la problemática del agua y el cambio climático.

Un informe del año 2012 titulado “Nuevas Relaciones de Fuerzas Internacionales, la Batalla por el Agua” dice “El acceso al gua podría convertirse en una de las causas principales de tensiones internacionales”.

Pero algo más interesante, indica más adelante el referido estudio de la ONU, que para el 2050, se prevé que alrededor de 1,800 millones de seres humanos de la población mundial (9,300 millones) vivirán en regiones privadas totalmente de agua y unos 5,000 millones en países donde será difícil responder a todas las necesidades.

El documento destaca que esa situación es generada por un importante despilfarro que podría evitarse, en ese sentido indica; sólo el 55 % de las extracciones de agua llegan realmente a consumirse, mientras que un 45 % se pierden en el drenaje, escapes o evaporación durante la irrigación o debido a la falta de impermeabilidad de las redes de agua potable.

Vista esta situación es menester que la República Dominicana como parte de los países en vía desarrollo intensifique sus estrategias de mitigación al cambio climático dado el hecho de que en los últimos años ha sido testigo de un incremento sostenible de sus impactos negativos mediante catástrofes naturales, precipitaciones, inundaciones, sequía, corrimiento de tierras y ciclones.

Actuemos con ánimo proactivo al problema del agua, o de lo contrario estaríamos asistiendo a tener que optar por una huida hacia delante, como han hecho otros países que han sido afectados gravemente por el impacto del cambio climático que es el recurrir a nuevas tecnologías cada vez más sofisticadas: desalinización del agua del mar, reutilización de las aguas para usos agrícolas, de ocio, e incluso, para la alimentación doméstica. ¿Tenemos recursos económicos para eso?.

Finalmente, amigos lectores, según estimaciones de la propia Organización de las Naciones Unidas más de 500 millones de almas en treinta y un países se hallan en estado de agotamiento o de penuria hídrica. Evitemos llegar ahí.

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