Economía

A la instalación de 750 megavatios en Punta Catalina habría que adicionarle 1,200 megavatios, también alimentados con carbón mineral y 300 megavatios más con hidroelectricidad y energía eólica para que a partir del 2016 el país pueda contar con un sistema de generación eléctrica de mínimo costo, que reduzca el precio de la energía al consumidor final a 13 centavos de dólar el kilovatio hora.

El planteamiento lo hacen la facultad de Ingeniería y Arquitectura, el Instituto de Energía y la Escuela de Ingeniería Electromecánica dependientes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en sendos reportes técnicos del mes de agosto recién pasado, sustentados por los ingenieros electromecánicos Héctor Ortíz y José Luis Moreno San Juan.

La inestabilidad en el precio del gas natural y las dificultades que reportan las generadoras para obtenerlo en esta parte del mundo, no obstante competir en costo de generación con el carbón mineral, hacen que éste último (carbón) sea el recomendado por las entidades académicas para la nueva generación, manteniendo al gas natural como segunda opción para energía de base. En todo caso, debe apartarse un 25% de la expansión a las soluciones hidráulicas y eólicas.

Explican que, no por casualidad, las economías emergentes (BRICS) que se encuentran en la antesala para ser consideradas capitalistas del primer mundo, instalan en este momento más de mil millones de megavatios a carbón para poder afrontar sus necesidades de desarrollo. Como se aprecia en el siguiente cuadro:

También garantizan que con la sola entrada en operación de los 750 megavatios de Punta Catalina, la CDEEE se ahorrará US$500 millones al año. Además que los US$650 millones adicionales al sobreprecio, esta vez como subsidio, que hoy debe pagar el ente estatal por no poder incorporar el precio de la energía que compran sus distribuidoras (EDESTE, EDESUR y EDENORTE) al precio final a sus usuarios, serían ahorrados una vez se disponga de los 2,100 megavatios nuevos que se necesitan, pues en ese momento todos los usuarios (pequeños, medianos y grandes) podrán pagar la energía a US$13 centavos de dólar el kilovatio hora.

Advierten que, no menos de 1,000 megavatios de los 1,400 que habría que adicionar a los 750 megavatios de Punta Catalina, deben ubicarse en la costa Norte, para afrontar la salida de la antigua Smith-Enron (190 megavatios) y los problemas de sequía de las hidrogeneradoras (200 megavatios) de la región Norte, además de los incrementos de demanda proyectados.

Plantas a carbón nuevas de mínimo costo

Los profesionales de la ingeniería electromecánica llaman la atención de que existen tres tecnologías desarrolladas para las plantas térmicas a carbón, y la explican de la siguiente manera:

“Existen diversas tecnologías para el uso del carbón como combustible, desde la más sencilla, con generadoras de vapor a condiciones sub-criticas (la seleccionada para la central de Punta Catalina), las de condiciones súper-criticas, hasta las de gasificación del carbón que se denomina Ciclo Combinado con Gasificación de Carbón Integrada (CCGCI). La de menor impacto ambiental es la última, pero tiene costos de inversión y producción más elevados que las dos anteriores. Esta última tecnología es comparable con un Ciclo Combinado a gas natural por su impacto ambiental, excepto por las emisiones de CO2. La mayoría de las plantas a carbón instaladas en el Mundo son de condiciones súper-criticas.”

En todos estos casos debe evaluarse la rentabilidad del proyecto sin subsidios, pues al ser el país un importador de tecnología, no se produce, en la mayoría de los casos, tanto ahorro en el balance del comercio con el exterior, como publicitan sus promotores, aunque si produce autonomía energética.

En el cuadro que a continuación proyectamos, preparado por los profesionales Ortíz y Moreno San Juan, se aprecian los costos de generación y la entrada que por orden de mérito corresponderían a todas las centrales, a partir del 2016 y de la entrada en operación de las dos plantas de Punta Catalina.

Como se aprecia, sólo las unidades Catalina 1 y Catalina 2, Itabo I e Itabo 2 (todas a carbón), AES Andres (gas natural a ciclo combinado), Los Minas 1 y Los Minas 2 (gas natural a ciclo combinado) y Barahona carbón, estarían generando a un costo de menos de 5 centavos de dólar por kilovatio hora. A partir de la Estrella del Mar 2 con gas natural, los costos se disparan duplicando y más que triplicando el costo de operación del grupo mencionado, lo que las saca del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado, pasando entonces a “reserva fría” o solo para casos de emergencia nacional.

Esta realidad es la que explica que tantos intereses pongan en tensión para tratar de impedir la ejecución con éxito del proyecto Punta Catalina, que ejecuta el gobierno.

La situación es de tal efecto práctico, que el vicepresidente de la CDEEE, Rubén Jiménez Bichara, ha dicho que el sector privado tiene todavía la oportunidad de pasar a ser inversionista del proyecto Punta Catalina, en propiedad mayoritaria si lo desea, pues aún en ese caso, el resultado de reducir la tarifa eléctrica sería el mismo, porque así lo dicta la orden de mérito de la Ley General de Electricidad.

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