Hablan los hechos

El siglo XIX fue sin dudas el laboratorio de ideas políticas mas importante en toda la historia del pensamiento humano, los filósofos se encontraron de pronto con la realidad de la implementación en las sociedades de sus ideas, y los resultados prácticos, provocaron la evolución hacia nuevos planteamientos, que han sido la base de la discusión teórica política durante mas de 150 años.

Ya vimos en nuestros artículos anteriores el origen y desarrollo del liberalismo económico y su propuesta política, la resurrección de la democracia como sistema político, la solución revolucionaria incluída en el Manifiesto Comunista planteando la revolución, el colectivismo y la dictadura del proletariado.

Así como la protesta de la Iglesia Católica por el trato que se daba a los obreros y sus familias en medio de la Revolución Industrial junto con la defensa del derecho a la propiedad privada, con la consecuente propuesta de pacto social contenida en la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, que incluyó un llamado a la participación política de los grupos católicos organizados.

Ahora llegamos a la última de las que, a nuestro juicio, son las cuatro grandes propuestas ideológicas que se plantearon en el siglo XIX y son parte todavía hoy de los caminos que se discuten como vías de desarrollo de las naciones organizadas.

Una alternativa al manifiesto comunista

Cuando se publicó el Manifiesto Comunista en 1848, la clase obrera era prácticamente inexistente como grupo organizado, lo cierto es que solo en Inglaterra existía el inicio de lo que posteriormente sería el movimiento obrero, y esto se explicaba porque era el país pionero de la revolución industrial.

Es mas, la llamada Liga de los Justos, que se transformó en la Liga de los Comunistas en Alemania, no era mas que una agrupación de artesanos y pequeños comerciantes que se organizaron por la preocupación que tenían de ser sustituidos por las maquinas movidas por vapor, y por la producción en masa de bienes de consumo en las fabricas.

Quizás esto explica las posiciones radicales que planteaban Marx y Engels desde una Alemania poco industrializada aún, y la solución a la confrontación entre patronos y obreros a través de la revolución violenta y sustitución de la burguesía por la clase obrera como grupo gobernante.

Sin embargo, Alemania y toda Europa se adentraron rápidamente en la revolución industrial en la segunda mitad del siglo XIX, con la consecuente formación de grupos obreros vinculados a las fabricas, y entraron en el mismo conflicto por la mejoría de sus condiciones de trabajo que habían descrito los comunistas varios años antes.

Es en este ambiente donde surge el Partido Social Demócrata Alemán en 1869, que en esencia propone una respuesta política a la realidad de su época, sin que haya necesidad de provocar un enfrentamiento revolucionario entre patronos y obreros.

Revolución o reforma

El ultimo tercio del siglo XIX se vio inmerso en la discusión de solución de los conflictos sociales que se producían en las crecientes ciudades europeas, en un escenario donde los comunistas planteaban la revolución y destrucción de la burguesía, mientras los socialdemócratas planteaban la mejoría de las condiciones de vida de la clase obrera a través de un pacto con los burgueses propietarios de los medios de producción.

Es decir, el famoso enfrentamiento histórico de los marxistas entre revolución o reforma, que tenía como centro de discusión la utilidad o no de la democracia como sistema de gobierno útil para los propósitos de cada grupo.

Los revolucionarios consideraban que la democracia era una trampa creada por los burgueses para engañar a los obreros y con la entrega de migajas perdieran de vista su propósito principal de realizar una revolución que los sustituyera como clase gobernante.

Mientras que los que abogaban por la reforma, los socialdemócratas, consideraban que los obreros serían la mayoría de la población por el crecimiento acelerado que se producía de nuevas fabricas y por esto la democracia, con su sistema de conteo de votos, podía ser el medio idóneo para llegar al poder.

Para darle sentido a esta polémica, habría que ubicarse en las democracias que existían en la época que se desarrolla este enfrentamiento.

Era un sistema donde no se aplicaba el concepto de un ciudadano o ciudadana igual a un voto, todo lo contrario, en la mayoría de los países europeos, el voto universal masculino no fue aprobado hasta el ultimo tercio del siglo XIX, ni pensar siquiera en el voto femenino, que no se implementó hasta que se produjeron las luchas de los movimientos feministas en el siglo XX a ambos lados del Atlantico.

Con el desarrollo del capitalismo y los barrios obreros que crecían en forma imparable alrededor las fabricas, que era el centro de la actividad económica de la revolución industrial, también surgía el espíritu de solidaridad entre los proletarios, quienes se organizaron en sindicatos y asociaciones mutualistas, muchas veces prohibidas por los patronos, pero que fueron la fuente de crecimiento y formación de los partidos social demócratas.

Partidos de la democracia social

En todo el oeste de Europa se comenzaron a organizar partidos políticos obreros, que comenzaron a formar parte del sistema democrático liberal y a exigir mejores condiciones de vida para sus miembros.

Por ejemplo, en Inglaterra se formó el Partido Laborista, que es lo mismo que decir partido de los trabajadores, para contraponerse al Partido Liberal que representaba los intereses de los patronos.

El objetivo de estos partidos era la participación política para exigir una democracia social, es decir, que este sistema de gobierno no se limitara a garantizar los derechos políticos sino que incluyera un componente de igualdad social e igualdad de derechos sociales para todos.

Todos estos partidos obreros, especialmente los social-democratas de Alemania y los Laboristas ingleses, entraron en franca contradicción con la idea central del marxismo, de que la revolución burguesa produciría el mismo tiempo una confrontación a muerte con el proletariado, con la prevalencia de este ultimo y el consecuente desarrollo de la revolución mundial.

Antes bien, el desarrollo del capitalismo estaba produciendo lo contrario, a pesar de la crisis que marcó la economía europea a partir de 1873, los obreros organizados en partidos políticos y participando con los instrumentos que les proporcionaba el sistema democrático, tenían acceso a mejores condiciones y mayores ingresos económicos por su trabajo.

La equivocación de la profecía marxista

En el Manifiesto Comunista Marx y Engels habían pronosticado la revolución mundial, sobre la base de la insurrección de los obreros proletarios contra los patronos burgueses, porque sus condiciones de vida serían insostenibles pues irían a peor a medida que el capitalismo se desarrollara.

De acuerdo a los comunistas llegaría un momento en que los obreros el único riesgo que tendrían sería “perder sus cadenas”, por lo que razonablemente se levantarían contra el nuevo estado burgués y los regímenes absolutistas que todavía existan en Europa, para realizar la revolución que los conduciría a la dictadura proletaria.

En la tesis marxista debía entonces existir como pre-condición el desarrollo de una crisis económica dentro del sistema capitalista, lo cual ocurrió a partir de 1873, que sin embargo no produjo los resultados políticos preconizados por Marx y Engels.

En ese año se produjo la primera gran crisis del sistema capitalista, en Inglaterra se le denominó la Gran Depresión, que se extendió hasta 1879, aunque sus efectos finales fueron la marca histórica del final de la primera revolución industrial, que tuvo como centro Inglaterra, y el inicio de la segunda revolución industrial que supuso el ascenso de los Estados Unidos como potencia de orden mundial.

Teoricamente, una crisis de este tipo, debía producir el empobrecimiento de los obreros, la desesperación por mejorar su calidad de vida y el consecuente levantamiento revolucionario que convertiría a la Europa industrializada en la cabeza de lo que sería la revolución proletaria mundial.

Pues sucedió todo lo contrario, cuando se produjo la crisis, los obreros organizados ya en partidos políticos, habían avanzado en la conquista de múltiples derechos sociales, políticos y económicos.

En Alemania por ejemplo, el Partido Socialdemócrata tenia representación en el parlamento, y aunque posteriormente fue proscrito por el Kaiser, había logrado la universalidad del voto masculino en 1871, así como también garantizó su permanencia en el Reigstad en sus peores momentos de clandestinidad a través de partidos independientes.

¿Por qué no se produjo la revolución?

Fueron varios los factores que provocaron la mejoría de la situación de vida de los obreros en Europa, sobretodo factores externos que jugaron a favor de la clase trabajadora.

Ademas de la libertad de organización sindical, lograda a pesar de la oposición de los propietarios de las fabricas, estos como hemos visto se convirtieron en una fuerza política con representación numérica en los órganos de gobierno de la democracia, por lo que no eran mas los explotados sin voz que describía el Manifiesto Comunista, antes bien se integraron a las decisiones de la democracia burguesa.

También es en momento en que el comercio inicia un periodo de globalización que continúa hasta nuestros días, sobretodo por el desarrollo del transporte en barcos de vapor y el uso del carbón como combustible para los largos viajes marítimos.

Antes que empobrecerse, la clase obrera en los países industrializados vio un aumento de su poder adquisitivo, porque los puertos se vieron inundados de comestibles y productos provenientes de países con costos mas bajos que en Europa, por lo que bajo la ley de la oferta y la demanda los precios de estos productos disminuyeron.

Otro factor importante que evitó la insatisfacción y posterior rebelión de la clase obrera, fue la puerta abierta a la emigración hacia America, cuyos puertos se poblaron de emigrantes europeos, gracias a las oportunidades de expansión del comercio y creación de nuevas fuentes de trabajo con la movilidad garantizada por lo nuevos medios de transporte, lo que impidió que los dueños de fabricas en Europa disminuyeran los salarios, porque significaba la perdida de la mano de obra en sus países.

La segunda internacional socialista

El climax de las ideas reformistas frente al planteamiento revolucionario de los marxistas ortodoxos, lo constituyó sin dudas la realización de la Segunda Internacional Socialista en el año 1889, que se comenzó sus reuniones en Paris, conmemorando el primer centenario de la Revolución Francesa, y produjo grandes discusiones que llevaron a la expulsión de los partidos anarquistas en el año 1896.

Dos posiciones se enfrentaron a muerte, ambas cobijadas bajo el manto de representar los intereses de los obreros, por un lado los “revolucionarios libertarios” de la socialdemocracia alemana y los laboristas ingleses, mientras por el lado opuesto lo partidarios de la revolución radical violenta y la construcción del socialismo autoritario cuyo fin era la dictadura del proletariado.

Casualmente los mas radicales de ambos grupos eran grupos políticos alemanes,quienes dominaron la mayor parte de las discusiones de la Segunda Internacional hasta su disolución con el estallido de la Primera Guerra Mundial en que los partidos fundadores ubicaron sus simpatías en base al patriotismo unos y a lo que llamaban los intereses internacionalistas de los trabajadores los otros.

Sin embargo, las discusiones de los diferentes congresos y conferencias que se realizaron bajo la denominación de este grupo de partidos todos de corte socialista e inspirados en las ideas del marxismo, da una idea de hasta donde habían avanzado lo grupos moderados integrados a las democracias, por sobre los radicales que planteaban la revolución violenta.

De aquí surgen los reclamos de jornadas laborales de ocho horas, la abolición del trabajo infantil, condiciones y leyes para proteger la vida de los trabajadores, la extension de los derechos democráticos, el cese de la discriminación del sexo femenino,etc., es decir, conquistas relacionadas con la reforma del estado burgués, no una sustitución de este por una régimen totalitario.

A esto se suma el planteamiento de la toma del poder por medio de la democracia en lugar del levantamiento de las masas obreras y la consecuente destrucción violenta del orden imperante, eso fue causa la causa de la expulsión de los discípulos anarquistas de Bakunin en 1896 y la ruptura definitiva de los socialistas en dos corrientes irreconciliables hasta nuestros días.

El cuadro completo de las ideologías

Con esta descripción de las ideas que conforman el pensamiento social-democrata quedan descritas las principales corrientes políticas que se construyeron en el siglo XIX, las que fueron el motor social y político de lo que ocurriría durante todo el siglo XX.

Cuatro son las propuestas: el liberalismo, el comunismo, el humanismo o democracia cristiana y la social-democracia.

Todas ellas tendrán una expresión política moderada o radical en lo que ocurriría años después con la muerte de millones de seres humanos en dos grandes guerras y miles de pequeños y grandes conflictos en toda la geografía de nuestro planeta.

En nombre de estos planteamientos ideológicos se instaurarían las dictaduras mas sangrientas y autoritarias de las historia de la humanidad, se cometerían los crímenes mas horrendos y se sometería a grandes grupos humanos a la mas terrible explotación o liquidación étnica, religiosa o racial.

Conformado ya el cuadro completo, veremos como se enfrentaron los países armados con los libros de pensadores que nunca imaginaron que sus ideas habrían de provocar los horrores que hoy son parte de la historia.

La semana proxima veremos como se puso en practica la revolución pronosticada por Marx en Rusia, y las consecuencias de este hecho en Alemania y el resto del mundo.

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