Hablan los hechos

La economía mundial se mantuvo en situación de estancamiento durante el 2014. Seis años después del estallido de la crisis financiera que tuvo como epicentro Estados Unidos, las señales de advertencia se mantienen.

El año cierra con noticias que son buenas para muchos y al mismo tiempo muy malas para otros: la caída estrepitosa de los precios del petróleo, la más significativa de los últimos cinco años. Los más afectados, obviamente, son aquellos con mayor dependencia de las exportaciones de crudo, como Venezuela, Rusia e Irán, tres países que al mismo tiempo enfrentan sanciones de Washington.

Aunque las dificultades económicas de estas naciones pudieran ser buenas noticias para Occidente en términos geopolíticos, su repercusión en la economía mundial será negativa, sobre todo la casi segura entrada en recesión para el año 2015 de la economía rusa, la novena del mundo.

Según sus propias autoridades, la economía del país auroasiático sufrirá una contracción del 4% en el 2015, mientras el déficit financiero llegará al 3%, siempre y cuando el precio del crudo se mantenga próximo a los 60 dólares el barril y el valor del dólar oscile alrededor de los 50 rublos.

La severa contracción de la economía rusa impactará con mayor severidad en la Unión Europea, dados sus intensos contactos económicos. Con una tasa de desempleo del 11,5 % y deudas astronómicas (Grecia 174,9 por ciento del PIB; Italia 132,6%; Portugal, 129,0 %; Bélgica, 101,5 %; España 92,1%; Francia, 92,2%) el panorama se mantiene sombrío en esta región del mundo.

Según la Comisión Europea, el crecimiento del PIB de la zona del euro y el conjunto de la Unión Europea será del 0,8 % y 1,3 %, respectivamente, para el presente año, y de 1,1 % y 1,5% para el 2015.

A mediados de noviembre pasado se anunció que Japón, la tercera economía del mundo, entraba en recesión tras registrar su PIB una caída del 0,4 % en el tercer trimestre, una bajada que se añadió al descenso del 1,9 % registrado entre abril y junio. Se trata de la cuarta recesión que experimenta este país desde el estallido de la crisis en el 2008.

Por su parte, la economía China, la segunda en tamaño del planeta, también se ha desacelerado, alcanzando un crecimiento del 7,3 por ciento en el tercer trimestre del año, el más bajo desde el primer trimestre del 2009. El PIB de China creció a un ritmo del 10 % durante las últimas tres décadas. En los últimos dos años su expansión fue del 7,7 %, y del 9,3 % y 10,5 % en el 2011 y 2010, respectivamente.

La desaceleración de la economía china ha restado dinamismo a la economía global, afectando particularmente las exportaciones de países latinoamericanos como Brasil, Chile y Argentina, entre otros.

La tendencia hacia la baja en los niveles de expansión de la economía del gigante asiático, que según los pronósticos se mantendrá en el 2015, es uno de los factores de riesgo que acechan la economía mundial.

América Latina, conforme estimaciones del Fondo Monetario Internacional, terminaría este 2014 con una expansión económica de tan solo el 1,3 por ciento. Solo una vez en los últimos 12 años se ha registrado una tasa más baja. El FMI proyecta una tasa de crecimiento de la región del 2,2% para el año 2015.

La gran noticia económica del año 2014, además de la caída de los precios del petróleo, ha sido el desempeño de la economía de Estados Unidos, que ha estado viviendo su expansión más rápida de la última década. Este país ha logrado reducir sustancialmente el déficit y la tasa de desempleo, que se ubicó en el 5,6 %. Conforme a las predicciones, la economía del coloso del norte crecerá por encima del 3 % en el 2015.

Sin embargo, son muchos los peligros que acechan a la economía estadounidense. Entre estos la probabilidad de una baja en sus exportaciones, que representan el 13 por ciento de la economía, como consecuencia del declive de los mercados externos y la apreciación de su moneda.

Estados Unidos tendrá que lidiar también con las consecuencias negativas que el abaratamiento de los precios del petróleo tendrá en la producción de “shale oil”, la actividad más dinámica de los últimos años, responsable de la generación del mayor número de empleos de calidad en el país.

Los factores que motivaron la caída en los precios del petróleo se mantendrán en el 2015. Se espera, por tanto, que el crudo continúe barato, lo que representará un gran ahorro para los países no productores. El abaratamiento del petróleo estimulará también la expansión del consumo y el crecimiento del turismo, actividad que se beneficia al mismo tiempo de la apreciación del dólar estadounidense.

En general, la economía mundial arriba al 2015 con serios desbalances y un reducido margen de maniobra por la elevada deuda acumulada. El empuje de los grandes bloques económicos y la habilidad para sortear los distintos factores geopolíticos serán elementos claves en el sorteo de una crisis que a todas luces durará más de lo previsto. Los riesgos de una recaída son altos.

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