Hablan los hechos

Coaliciones políticas en América Latina: El caso de Brasil

Brasil es el gigante de América Latina, un país con una extensión de más de 8 millones de kilómetros cuadrados, habitado por cerca de 200 millones de personas, con invaluables recursos naturales, pero también con un estado de desigualdad que se explica en su mismo origen como colonia portuguesa en el siglo XVII.

El territorio de lo que sería Brasil, muy especialmente Rio de Janeiro, se convertiría en la entrada de cientos de miles, quizás millones de esclavos, traídos desde Africa para ser vendidos a los propietarios blancos y sometidos a la más vil explotación por medio de trabajo intensivo hasta la muerte.

La Unesco tiene en su agenda declarar el muelle de Valongo en Rio de Janeiro, como Patrimonio de la Humanidad e inicio de la llamada Ruta de los Esclavos, con lo que plantea reconocer el aporte de los africanos al desarrollo de esta parte del mundo.

Ahora, así como en su origen Brasil era una sociedad con una historia profunda de desigualdad y esclavitud, esto se ha trasladado al país actual, donde se mantienen diversos grados de exclusión y racismo en muchos segmentos de su población.

En Brasil conviven los lujosos complejos de edificios que rodean las playas de Ipanema, Botafogo y Copacabana, rodeados de la más espantosa miseria y hacinamiento que es el modo de vida de los que habitan las llamadas ¨favelas¨ construídas en las colinas que rodean la ciudad.

Golpe de Estado de 1964

Brasil fue también víctima de la guerra fría y la conspiración contra las democracias que se desarrolló en la década de los 60 y 70 en contra de los regímenes democráticos del continente desde los Estados Unidos que tenía como objetivo evitar la expansión del fantasma comunista que asustaba a los halcones del gobierno norteamericano.

En 1964, el Presidente Joao Goulart, fue depuesto mediante un golpe militar en medio de una disputa por medidas de su gobierno, especialmente en cuanto a la reforma agraria y su posición de país llevar al país a una política exterior no alineada con ninguno de los bloques que se disputaban la hegemonía a nivel mundial.

Los militares se hicieron cargo del poder durante 20 años, estableciendo un régimen represivo, donde se elegía a los presidentes por medio de consultas indirectas que garantizaban la primera magistratura a los militares, hasta que el consigna ¨directas ya¨ tuvo que ser aplicada por la presión popular y la crisis económica.

En 1985, se celebraron elecciones, las cuáles fueron ganadas por Tancredo Neves, quien nunca pudo acceder a la presidencia, ya que murió de un disparo el día antes de la toma de posesión y le tocó al veterano político de la derecha brasileña Jose Sarney dirigir el tránsito hacia un régimen democrático.

De la inestabilidad a la «Unión del Trabajo y El Progreso»

Brasil eligió por primera vez en forma directa desde el golpe de 1994, a Fernando Collor de Mello en 1990, quien tuvo que renunciar a su mandato a los dos años cuando no pudo impedir que se realizara un juicio por corrupción en su contra en el Senado.

De aquí surge la necesidad de construir un gobierno de coalición, la crisis política que produjo la salida por renuncia de Collor de Mello, obligó a su Vicepresidente Itamar Franco, a llamar a figuras prominentes de la oposición, entre ellas a Fernando Henrique Cardoso, del Partido Social Demócrata Brasileño, a formar parte de su gobierno.

Primero como Ministro de Relaciones Exteriores y posteriormente como Ministro de Hacienda, Cardoso implementó el denominado ¨Plan Real¨que significó un cambio profundo en la política económica de Brasil y en solo un año derrotó la hiperinflación e inestabilidad que hasta ese momento afectaba la economía del país.

Es por esto que en 1993, Cardoso es catapultado por el voto popular a la Presidencia del país, encabezando una coalición donde se incluyen al Partido Social Demócrata (PSDB), Partido Movimiento Democratico Brasileño (PMBD), Partido del Frente Liberal (PFL), Partido Trabahlista Brasileño (PTD) y el Partido del Trabajo (PT); se unieron para formar la plataforma Unión del Trabajo y el Progreso.

Esta alianza de partidos representaba la centro izquierda que encabezaba Cardoso y los partidos de la derecha tradicional de Brasil que representaba sobre todo el llamado ¨partido de los generales¨ como era denominado el PFL.

A pesar de la tirantez que existía dentro de la coalición, el gobierno de Henrique Cardoso trajo estabilidad al país, devolvió la economía brasileña al crecimiento, estabilizó la moneda derrotando la inflación, reactivó la industria, aumentó el empleo.

La confianza de los inversionistas extranjeros en la política económica del gobierno de Brasil, convirtió a ese país en el receptor del 75% de toda la inversión extranjera que llegó a Suramérica a finales del siglo pasado.
Es decir, la política de coalición electoral produjo el milagro de estabilizar una economía que venía siendo vapuleada por la inflación desde hacia mas de 30 años.

Otra vez gana la coalición

De nuevo Fernando Henrique Cardoso es candidato a la Presidencia de Brasil en el año 1997, después de una discutida reforma constitucional donde el gobierno fue acusado de comprar los votos de legisladores de la oposición para su aprobación.

Esta vez forma una alianza entre su partido el PSDB, PTB, el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Progresista Brasileño (PPB), que gana con el 53% de los votos en la primera vuelta electoral, al candidato de la izquierda Ignacio ¨Lula¨ DaSilva.

A pesar de que el segundo mandato de Cardoso fue zarandeado por la crisis económica que se desató en Asia, lo que contribuyó a la salida de capitales en forma masiva de la economía brasileña, pudo sortear con relativo éxito, aunque con gran costo social los problemas, lo que al final abrió las puertas a la ganancia electoral de la izquierda.

En el año 2002, cuando ya se acercaban las elecciones, Brasil había devaluado cerca del 30% el Real (su signo monetario), la inflación alcanzaba el 2% mensual, problemas de pobreza, desempleo, disminución de crecimiento económico y otros signos de debilidad de la economía del país.

Todo esto contribuyó a que la opción oficialista encabezada por José Serra, el candidato de la coalición de gobierno, cargara con la responsabilidad de la crisis económica y partiera en desventaja frente a los contrincantes de la oposición.

a linea de crédito con el FMI, que le permitiera tener recursos frescos para sortear la crisis, pero además obtuvo el compromiso de los cuatro candidatos con posibilidades de ganar las elecciones, (Serra, Lula, Ciro Gomez y Anthony Gatorinho) de que esos acuerdos se respetarían no importando el que fuera presidente del país.

Coalición «Lula Presidente»

A una coalición de partidos que unía a partidos de centro izquierda, como el PSDB, con partidos de derecha como el PFL, se enfrentó en el año 2002, otra coalición que incluía el mayor partido de la izquierda de Brasil, el Partido de los Trabajadores (PT) de Luis Ignacio Lula da Silva.

Esta coalición incluyó a partidos muy disímiles del abanico político brasileño, aunque el PT de Lula fue la agrupación hegemónica, también lo apoyaron la izquierda representada por el Partido Comunista, Partido Socialista y otras agrupaciones menores así como partidos del centro y de derecha como el Partido Liberal, el Partido de la Movilización Nacional y el Partido Verde.

Una muestra del pragmatismo de Lula consistió en el nombramiento como presidente del Banco Central de Brasil de Henrique Meirelles, quien provenía de la clase empresarial tradicional del país, lo que envió una señal clara de continuidad de la política económica implementada por su antecesor Fernando Henrique Cardoso.

En el año 2006, se presentó de nuevo una coalición de izquierda encabezada por Lula, la que ganó en la segunda vuelta electoral con mas del 60% de los votos, convirtiendo a da Silva en el político de Brasil que ha obtenido la mayor cantidad de votos en la historia de la democracia de ese país, con más de 58 millones de sufragios.

Al final de sus dos mandatos, los resultados económicos y sociales del Presidente Lula eran extraordinarios, el gigante Sudamericano se ubicó como la octava economía mas grande del mundo y la primera de América Latina.

En sus propias palabras, Lula califica como una revolución sus dos mandatos dice: ¨Sacamos a 27 millones que estaban por debajo de la linea de pobreza absoluta y al mismo tiempo llevamos a 36 millones de personas a convertirse en parte de la clase media. No es poca cosa. Generamos 15 millones de empleos¨.

La coalición de Dilma Rousseff

El fragmentado escenario politico brasileño mantuvo el modelo de dos coaliciones enfrentadas alrededor de los partidos principales del pais, el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), también para las elecciones del 2010, cuando por mandato constitucional Lula debía dejar la Presidencia del país.

El PT se alió con diez partidos: Partido Republicano Brasileño (PRB), Partido Democrático Laborista (PDL), Partido del Movimiento Democratico Brasileño (PMDB), Partido Laborista Nacional (PTN), Partido Social Cristiano (PSC), Partido de la Republica (PDL), Partido Laborista Cristiano (PTC), Partido Socialista Brasileño (PSB) y Partido Comunista de Brasil (PC).

Por su parte el PSBD se alió al Partido de los Trabajadores de Brasil (PTD), Partido Popular Socialista (PPS), Demócratas (DEM), Partido de la Movilización Nacional (PMN) y el Partido Laborista de Brasil (PTD).

Los resultados en dos elecciones consecutivas han sido favorables a la coalición de centro-izquierda, que ya va por su cuarto periodo consecutivo al frente del gobierno brasileño, con los resultados económicos y sociales que son de todos conocidos en America Latina y el mundo.

Consecuencias de las coaliciones políticas en Brasil

Al producirse el tránsito entre la dictadura militar y la democracia, en Brasil surgió un sistema de partidos atomizado, indisciplinado, desestructurado y con graves problemas para dar respuesta a una sociedad que apostaba al sistema de libre elección de sus gobernantes como la respuesta a sus problemas económicos y sociales.

En esta etapa, solamente el Partido de los Trabajadores (PT) constituía una fuerza organizada de acuerdo a los patrones tradicionales de lo que significa un partido político con estructura nacional y cohesión de filosofía y pensamiento.

Esto produjo la necesidad de construir alianzas y coaliciones, muchas veces muy disimiles desde el punto de vista ideológico, para permitir a los candidatos a presidente, primero asegurarse una cantidad apreciable en la suma de votos y segundo la construcción de mayorías parlamentarias que permitieran la gobernabilidad del país.

Cada uno de los Presidentes de la democracia, muy especialmente Fernando Henrique Cardoso, Luis Ignacio ¨Lula da Silva y Dilma Rouseff, han tenido que construir con mucha paciencia estas mayorías electorales, las que se reflejan también en la composición de los gabinetes de cada uno de sus gobiernos.

Los resultados de la política de coaliciones partidarias en Brasil, son notables en cuanto a la estabilidad del sistema político partidario y la participación de las diversas fuerzas políticas en la toma de decisiones de ese país en los últimos 25 años.

Desde el punto de vista económico, a pesar de la crisis económica mundial de principios de siglo XXI, Brasil es hoy la sexta potencia económica mundial con un PIB de 2,300 billones de dólares, el desempleo se ubica en el 6.7% de la población económicamente activa, el ingreso per capita está por encima de los 11 mil dólares por habitante y la inflación de mantiene por debajo de dos dígitos (6.9% en 2014) desde hace varios años.

A pesar de que es un país con una alta desigualdad, Brasil es el segundo país mas desigual del G-20, grupo al que pertenecen los 20 países mas desarrollados del mundo, sin dudas que los resultados hasta ahora de las coaliciones políticas es muy positivo en cuanto a estabilidad institucional, crecimiento económico y lucha contra la marginalidad y la exclusión.

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