Las exportaciones de minerales básicos, principalmente oro y plata, aportaron el 40% y el 35% del total de la exportaciones nacionales durante los años 2013 y 2014, sumando más de US$3,000 millones.
Convertida en país productor y exportador minero de oro, plata, cobre, ferroníquel y bauxita la República Dominicana se localiza ya entre los primeros 5 países del mundo exportadores de oro y octavo exportador de níquel.
Las reservas probadas de oro, plata, cobre, ferroníquel y bauxita y las eventuales gigantescas reservas de zinc pendientes de explotar, tienen un valor de hoy del mercado de unos US$100,000 millones.
A estas que son reservas mineras metálicas, deben agregarse las enormes reservas de minerales no metálicas de yeso, sal, mármol, caliza y piedras preciosas de interés para joyería cuyo valor conjunto bruto se aproxima a los US$10,000 millones.
Estas riquezas, las únicas del tipo minero que han sido evaluadas por el país hasta ahora, aunque se sabe que existen potenciales enormes de esos mismos minerales en una extensa región que va desde Restauración, en Dajabón, por toda la cordillera Central hasta el mismo valle de San de la Maguana, garantizan al país una presencia minera de primer orden por los próximos 30 a 50 años, afirman ingenieros geólogos de la talla de Osiris de León, José Sena, Miguel Peña y Julio Espaillat.
Ninguna otra nación latinoamericana concentra en una pequeña y accesible franja como la representada por el Distrito Minero Central (estribaciones suavemente alomadas que desde Bayaguana, Monte Plata, hasta las provincias Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel) tantos y tan ricos minerales de oro, plata, cobre, ferroníquel y zinc como las tiene el país en superficie. Sólo esa zona representa más del 90% de toda la riqueza minera de la nación.
En esa región se encuentran ubicadas dos grandes mineras Barrick-Goldcorp en Cotuí (Sánchez Ramírez) y Falconbridge-Xtrata-Glencore en Monseñor Nouel, además de otras dos, Compañía Minera Dominicana en Maimón Compañía Minera Las Lagunas, también Cotuí, consideradas medianas minerías.
Las reservas probadas no metálicas (yeso, sal, caliza y mármol) se concentran mayormente en las provincias de Barahona y Pedernales, y en menor cuantía en la provincia de San Cristóbal, en San Pedro de Macorís y Samaná.
En un reciente informe del economista Andy Dauhajre, en el diario El Caribe, destacó la importancia dehaber incorporado el oro y la plata a las exportaciones nacionales en los años 2013 y 2014, los años en que el aporte de estos minerales significaron entre un 40 a un 35% del valor total exportado.
Dauhajre también resaltó el estallido de las exportaciones hacia el vecino Haití, a partir del terremoto que azoló a ese país en enero del 2010 que se aproximan desde entonces cada año a los US$1,000 millones, para destacar que de no haber sido por esos valores y los minerales añadidos, las exportaciones nacionales habrían ascendido a US$7,460 millones, y no los US$9,920 millones a que ascendieron en el 2014.
“Como porcentaje del PIB, las exportaciones totales excluyendo oro y plata y las destinadas a Haití, caendesde 23.7 % en el período 1997-2000 a 10.94% en el 2014”, advierte el economista.
O sea, por más esfuerzos que se han hecho para diversificar las exportaciones tradicionales y por devolverle el esplendor que hasta el año 2000 alcanzaron las zonas francas, además de los extraordinarios aportes del turismo y otros servicios, las reducciones considerables en los volúmenes y valores de los que fueron nuestros tradicionales productos de exportación (azúcar, café, cacao y tabaco), se hubiesen obtenidos pobres resultados en nuestras exportaciones totales en el período que analiza.
La presencia renovada de la minería, a partir de las valientes acciones emprendidas por los gobiernos del PLD de 2007 a la fecha, que relanzaron esa actividad hasta adquirir el nivel de aportes que hacían a la economía en las décadas de 1970 y 1980 cuando llegaron a aportar más del 50% de los ingresos por exportaciones, contrasta con la campaña de desméritos que mantienen en la actualidad algunos enclaves mediáticos y reducidos grupos religiosos católicos contra esa actividad.
Las mencionadas críticas, llegan al punto de sugerir, como recientemente se hizo que el asesinato de un importante dirigente peledeísta en Cotuí, pudo estar ligado a empresas mineras, lo mismo que desmontes irresponsables y criminales en la reserva mineral de Loma Miranda, en Monseñor Nouel. En ambos casos se tienen ya los responsables, tradicionales violadores de Ley en manos de las autoridades.
La nación está compelida a explotar su riqueza mineral, porque esta y el esfuerzo de desarrollo que seemplea en otros sectores, constituyen la garantía de que la nación sea el excelente sujeto de crédito que es hoy día, y no dejarse chantajear por verdaderos fundamentalistas del ambiente que desean frenar su desarrollo.