Pese a los elevados niveles de mortalidad que exhibe la sociedad dominicana, la disposición, adecuada recolección, levantamiento y traslado de cadáveres y restos humanos es extremadamente arcaica, perniciosa y peligrosa, por lo que se precisa de una política urgente para corregir esos entuertos.
La República Dominicana tiene una alta tasa de mortalidad por diferentes causas, siendo las más sobresalientes, la Siniestralidad por accidentes de tránsito, Muertes violentas, Por homicidios y suicidio, Por feminicidios, Fallecimientos por ahogamiento, Defunciones por electrocuciones y la Siniestralidad por incendios.
Actualmente, la tasa bruta de mortalidad o el número medio anual de muertes en el país oscila entre 4,4 y 4,7 muertes por cada 1.000 habitantes. Por homicidios la tasa es de 25 por cada 100.000 habitantes, mientras que la siniestralidad por accidentes de tránsito es del orden de 41,7 y 42 por 100.000 habitantes.
Llama poderosamente la atención de que –en pleno Siglo XXI- la forma en que son levantados y trasladados los cuerpos sin vidas, en todas las circunstancias, es inadecuada, inhumana, carente de higiene y de todas las medidas necesarias para evitar el impacto negativo entre los familiares y la población en general cuando de manera presencial o mediante imágenes en los medios de comunicación o las redes sociales tienen que ver la exposición de los cuerpos o restos humanos. El shock nervioso y psicológico puede ser fuerte.
De conformidad con el Índice de Paz Global y el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), los homicidios representan las principales causas de muertes violentas en la sociedad dominicana.
Un estudio de los dos organismos citados refleja que el nuestro es uno de los países más violentos y con mayor tasa de homicidios en toda América Latina, ocupando el puesto número 94. Otra investigación del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo reveló que entre los 47 países con Desarrollo Humano Medio, República Dominicana ocupa el 6to puesto con más casos de homicidios. Actualmente, la tasa de homicidios en la nación es de 25 por cada 100.000, según el PNUD.
Así mismo, un Boletín del Observatorio de Seguridad Ciudadana arrojó que en el período enero-junio del año 2013 en el país se registraron 2,453 muertes violentas. Explica que la provincia de Santo Domingo y el Distrito Nacional ocupan los primeros lugares en registros de homicidios y accidentes de tránsito. Le siguen Santiago, San Cristóbal y La Altagracia.
No obstante, estadísticas de la procuraduría General de la República dan cuenta de que la provincia Independencia, en la frontera con Haití, lidera el ranking de muertes violentas con cifras de 46.2 homicidios por cada 100 mil habitantes. El segundo lugar lo ocupa la provincia Peravia, también en el sur, con 29.47 por cada 100 mil y les siguen Dajabón, con 26.27. En la Capital el ranking es de 14.38, de acuerdo con la Procuraduría General de la República.
Hoy por hoy, la República Dominicana ocupa el 2do lugar en el mundo y el número uno en Latinoamérica en muertes por accidentes de tránsito, con un promedio de 41.7 y 42 casos por cada 100 mil habitantes cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Pulitzer Center on Crisis Reporting y el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo.
En el año 2013, en el país ocurrieron 3, 324 accidentes en las carreteras con un saldo de 1.800 fallecimientos, de conformidad con cifras de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) aportadas por el MEPyD, lo que representó un costo estimado de 700 millones de dólares al Estado y más del 75% del gasto social en salud pública del gobierno.
El proceso de manejo, recolección, levantamiento y traslado de los cadáveres en el país se hace de manera prácticamente primitiva. Generalmente los restos humanos son expuestos a la intemperie, en sabanas, sacos, cajas, cartones o trapos, a veces sucios y rotos, o simplemente a manos pela.
Es evidente que esa realidad la observamos constantemente, si no de manera presencial, a través de las redes sociales o los medios de comunicación, lo que muchas veces deja estupefactos a testigos, parientes de las víctimas y a personas de todas las edades, incluido niños y adolescentes, que ven esas escenas de violencia por medio a la redes sociales, la televisión o los diarios.
Recoger, levantar y trasladar los cadáveres y restos humanos de una forma más humana, adecuada y protegida, mediante el uso de fundas o bolsas sintéticas certificadas para esos fines.
Evitar que la población en general pueda seguir siendo víctima de la exhibición de cadáveres y restos humanos caídos por violencia, la propagación de enfermedades y procurar causar menor impacto negativo, nervioso o psicológico a los familiares de las víctimas.
A los fines de corregir la situación se hace necesario que el gobierno disponga la adquisición de unas 4,900 fundas o bolsas sintéticas certificadas cada año para el levantamiento de cadáveres y restos humanos, cuyo costo general en el mercado alcanzaría una inversión de RD$3,476, 550.00 cada 12 meses.
Con la disposición tendríamos menos contaminación por la exposición inadecuada de restos humanos, meno agresión visual, nerviosa y psicológica a la población en general y a los familiares de las víctimas en particular por la exhibición, levantamiento y traslado inadecuado de cadáveres y restos humanos de personas fallecidas a causa de violencia intencional o no intencional.
Además, actuaríamos acorde con nuestros principios cristianos y pueblo de gente bondadosa, amable y solidaria.