La República Dominicana dispone de embalses para regar 210 mil hectáreas, más que toda Centroamérica, y más que países tan emblemáticos como Uruguay, Paraguay y Bolivia y la mitad del gigante Venezuela, lo que explica el considerable potencial agrícola del país para alimentar su población, a los visitantes y aún para exportar.
A este potencial de agua embalsada con sus correspondientes sistemas de riego, se agregan otras 60 mil hectáreas que se riegan con aguas subterráneas, sumando un gran total de 270 mil hectáreas irrigables.
Los datos aparecen en la publicación “El agua, alimento para la tierra” del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que los extrajo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Están contenidos en el cuadro “superficie con infraestructura de riego con dominio total”, de la mencionada publicación.
El ingeniero Frank Rodríguez, tres veces director del Instituto Nacional de Recursos Hidraúlicos (INDRHI), consigna en su libro “resultados de una gestión hídrica”, puesto a circular esta semana, que el total de hectáreas bajo riego es de 310 mil o 5 millones de tareas, la cifra que se ha manejado en los últimos años. Asegura que el país tiene 2,560 kilómetros de canales principales y 1,870 kilómetros de canales secundarios y terciarios, lo que suma 4,439 kilómetros de canales de riego. Dice también que las 34 presas tienen capacidad total de almacenaje de 2,301 millones de metros cúbicos.
Lo que constituye el bien más preciado y una verdadera ventaja comparativa respecto a toda la región centroamericana y caribeña, y otros países del Continente.
Como se puede percibir, el país centroamericano con mayor estructura de riego con aguas superficiales es Guatemala con 122 mil hectáreas, y Costa Rica con 85 mil hectáreas. Le sigue Nicaragua con 18 mil hectáreas. Honduras no obstante disponer de un gigantesco embalse y otros más, los utiliza casi todos para energía eléctrica y control de avenidas, no aparece con infraestructura de riego, lo mismo que El Salvador. Panamá, que completa el istmo tiene 34 mil hectáreas con dispositivos de riego y fuentes de agua embalsada. Eso no descarta que estos países no dispongan de canales de riego con aguas extraídas de los ríos.
Otros países del Continente, algunos con grandes ríos y cuencas como son los casos de Uruguay con 181 mil hectáreas, Bolivia 128 mil y Paraguay tienen mucho menos extensión bajo riego “con dominio total” que República Dominicana.
La República Dominicana aparece referida con 17 presas en la publicación oficial de la Comisión Internacional de Grandes Presas (ICOLD), sólo superada en toda la región por Brasil, México, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia y Panamá.
En total país también tiene 34 presas y dos más en construcción (Pinalito y Monte Grande), de las cuales 22 califican como grandes presas, pues tienen 15 metros o más de altura o coronación y almacenan más de 1 millón de metros cúbicos, los parámetros mínimos del ICOLD para considerarlas como tales. Cuando se agreguen Pinalito y Monte Grande, entonces serán 24 las grandes presas, con lo que la disponibilidad de agua embalsada para irrigación sobrepasará las 280 mil hectáreas.
Estas presas son: Monción 122 metros de altura, Jigüey 115, Bao 110, Mejitas 84, Tavera 80, Valdesia 78, Sabana Yegua 76, Sabaneta 70, Las Lagunas 66, Rincón 54, Aguacate 51, Hatillo 50, Río Blanco 43, Tireíto 39, Chacuey 32, Maguaca 25, Arroyo Hondo 25, Angostura 23, Las Barías 22, Guanajuma 19, Mijo 17 y Las Damas 15.
Eso nos ha llevado a afirmar que la República Dominicana es la nación de América Latina con mayor cantidad de represas por kilómetro cuadrado ( 36 en 48,000 kilómetros cuadrados), lo que pone de relieve el enorme esfuerzo constructivo de los distintos gobiernos que se han sucedido desde 1970 hasta la fecha, en particular, los presididos por el doctor Joaquín Balaguer.
“Una región privilegiada por sus recursos hídricos es Centroamérica, que cuenta con una disponibilidad de agua de aproximadamente 23 000 m3 anuales por habitante (CEPAL 2011), casi el triple del promedio mundial.
En ese esfuerzo no es suficiente enfocarse únicamente en el manejo racional del agua y del suelo, sino que también se requiere aplicar un enfoque multisectorial, de modo que se pueda brindar atención a aspectos como la pobreza, la reducción de la recolección y quema de leña, la promoción y conservación de la biodiversidad y la implementación de programas de reforestación”, dice el estudio del IICA.
El IICA en su informe hace un pormenorizado estudio de las estructuras existentes y de la potencialidad de América Latina para mejorarlas.
Recomienda descentralizar a los ministerios de Agricultura del manejo del agua para riego, y el INDRHI fue creado como entidad autónoma en 1965 y opera como tal desde entonces.
También recomienda organizar a los productores para aprovechar en forma óptima el riego y todas sus infraestructuras.
Rodríguez revela que al dejar el INDRHI, en agosto del 2012, existían 32 Juntas de Regantes y 194 asociaciones de regantes que operan en total 261 sistemas de riego para suplir a 4 millones 873 mil tareas que cultivan 89 mil parceleros.
Las Juntas de Regantes son autónomas y autosuficientes, pues facturan y cobra el agua y son responsables del mantenimiento y limpieza de las infraestructuras de riego.
También se educa a los parceleros para el mejor uso del agua y en sistemas de comercialización mediante los llamados CEGACARE o centros de agronegocios, y se les asocia en clubes de productores, tal como recomienda el IICA.