Cuando en el país se usaban las cámaras U-matic o tres cuartos, que venían con una casetera unida por un cable y que entre las dos pesaban como 25 libras, Zoilo Plasencia recorría, campos, secciones y ciudades con esos equipos detrás del profesor Juan Bosch grabando esos momentos históricos e irrepetibles.
Cada casete era etiquetado con el nombre de la actividad, la fecha y el lugar. Luego guardado en tramos y cuidado celosamente por Plasencia.
Más tarde compró un cuaderno y comenzó a registrar, conforme a un código aplicado a los casetes, no solo las actividades del fundador del Partido de la Liberación Dominicana sino las institucionales de la organización y sus principales líderes.
Esa acción la repitió Zoilo Plascencia por años, lustros y décadas. Estantes y estantes fueron llenados de casetes conformando lo que hoy es la Unidad Audiovisual del Partido de la Liberación Dominicana.
Para completar la unidad, diligenció con la seccional del PLD en Estados Unidos un equipo de edición, con el cual comenzó a realizar los trabajos de prensa y facilitarles copias a algunos programas de televisión. No prestaba el original ni loco.
Con la máquina recorder grababa las intervenciones de Juan Bosch en los programas de televisión y los miembros del Comité Político y otros dirigentes. Cuando no lo podía grabar, él mismo buscaba copia en esos programas.
Era celoso pero no mezquino. Algunos productores hicieron reportajes y documentales de Juan Bosch con materiales facilitados por Zoilo Plasencia. Conozco uno que ganó hasta un premio Casandra con un documental sobre Bosch hecho en su mayor parte con videos facilitados por él.
Ese trabajo audiovisual de Plasencia no era fortuito ni casual, sabía lo que estaba haciendo, puesto que era estudiante de términos de Artes Cinematográficas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y miembro del grupo de teatro de la misma casa de altos estudios.
Estudioso incansable, terminó la carrera de Cine y estudió luego Filosofía, llegando a ser monitor de esta última en la UASD.
Siendo director, actor y fotógrafo pudo haber desarrollado una fructífera labor en cualquiera de esas áreas, no obstante a eso, decidió permanecer al frente de la Unidad Audiovisual por más de tres décadas, realizando de manera particular solo algunos trabajos de fotografía comercial.
Es preciso señalar, que en esa época no se percibían honorarios en la Casa Nacional del Partido de la Liberación Dominicana, apenas una pequeña dieta. Pero eso no mermaba su trabajo.
Cuando el Partido de la Liberación Dominicana llegó al poder en 1996 y muchos peledeístas hacían diligentes esfuerzos por ingresar a la administración pública, prefirió quedarse en su lugar. Siendo Winston Guerrero director del Instituto Agrario Dominicano lo conquistó para que fuera su Relacionista Público. Ahí duro solo un par de años.
Lo que si era muy dado a recomendar familiares, compañeros y amigos para puestos de trabajos, así como diligencias para becas a estudiantes de escasos recursos. Mi ingreso como servidor de la Casa Nacional del PLD es fruto de una de esas recomendaciones.
El Partido de la Liberación Dominicana le rindió un homenaje el pasado miércoles 19 de mayo con motivo del novenario de su fallecimiento, en una eucaristía celebrada en la Parroquia San Antonio de Padua.
Héctor Olivo, secretario de comunicaciones del PLD, hablando a nombre de la dirección del Partido, resaltó su disciplina y rigor en el trabajo político y las funciones que desempeñaba en la Casa Nacional, las que combinó de manera efectiva con su práctica política.
Terminada la misa, los familiares, compañeros y amigos se trasladaron a la Casa Nacional y frente a las Oficinas que ocupaba Plasencia en el departamento de audiovisuales le rindieron tributo desvelizando una fotografía.
El legado que deja Zoilo Plasencia a la memoria histórica, no solo del Partido de la Liberación Dominicana sino de la República Dominicana, tiene un valor inconmensurable, más aún, si se toma en cuenta que en este país no existía una cultura de archivo.
Les corresponde a la dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana y al Consejo de Administración de su Casa Nacional, preservar y digitalizar todo ese material audiovisual para que no se pierda y el trabajo de Plasencia no haya sido en vano, al tiempo de continuar registrando la memoria partidaria con equipos modernos.