27 de febrero de 1844 – 27 de febrero de 2018. 174 años de la Independencia Nacional.
Así lo apuntamos para resaltar el suceso acaecido aquella noche, registrado como determinante hecho histórico que marcó el nacimiento de un nuevo Estado.
El Profesor Juan Bosch define los hechos o acontecimientos históricos como aquellos sucesos perdurables en el tiempo, en la memoria de la humanidad o de un pueblo. “Son aquellos que no se pierden en el olvido de las generaciones que han heredado su conocimiento”, dice.
Así es, pese a las versiones de resentidos y opinantes frustrados, la proclama de la Independencia en la que se anunciaba el surgimiento de un Estado en el que imperaría la vigencia de los derechos individuales, e informaba del surgimiento un gobierno republicano con la división de los poderes públicos, no se ha perdido en el olvido.
Ciudadanos y ciudadanas tenemos presentes la determinación de aquella noche; suceso que continuó con grandes batallas, hazañas militares y levantamientos populares inspirados en la causa noble de la separación del gobierno extranjero que dominaba y se imponía en nuestro territorio.
El nacimiento de la República Dominicana estuvo precedido por la formación de la sociedad secreta La Trinitaria, que surgió para combatir los abusos y actos represivos de las autoridades, que en ese entonces gobernaban toda la isla.
Hoy celebramos la fecha patria transitando por un esquema democrático de gobierno que hace honor a los padres fundadores de la nacionalidad, aun afrontando dificultades, propias de naciones en vía de desarrollo.
El discurrir del tiempo nos presenta nuevos retos y desafíos que imponen aunar esfuerzos para producir los cambios y transformaciones que aseguren alcanzar la sociedad que concibieron los trinitarios.
El sueño democrático de los patriotas del 27 de febrero, es una realidad 174 años después en un gobierno dirigido por el Partido de la Liberación Dominicana, con normas claras, transparencia en sus acciones y el compromiso con la gente, a pesar de sus naturales limitaciones.
Honramos con pasión nuestros héroes y mártires, reiterando el compromiso asumido con la democracia, como se proclamó en el baluarte de El Conde en 1844. ¡Que viva la patria!