Opinión

El Presidente Danilo Medina dejó inaugurado en La Vega el Centro Vocacional Regional “Profesor Juan Bosch”, el cual era un sueño añorado desde hace muchos años. El mismo es una extensión de las escuelas vocacionales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

La construcción de las primeras escuelas técnico-vocacionales del país fue iniciada durante el gobierno del ex Presidente Juan Bosch, quien fue un fiel creyente en la inversión en estas escuelas. Durante su gobierno de apenas siete meses, se importó una gran cantidad de maquinarias y equipos industriales (tornos, fresadoras) para el fomento de las mismas. Al momento de su derrocamiento dichos equipos fueron saqueados y llevados a talleres particulares.

Estos centros vocacionales contribuyen a resolver los graves problemas sociales que afectan el país, como: el desempleo, la delincuencia juvenil, el de los jóvenes denominados ni-ni, que ni estudian ni trabajan, así como el de los que no pueden ingresar a una universidad.

Una buena decisión para enfrentar estos graves problemas sería volcar parte de los recursos del 4% del presupuesto para la educación, a la construcción en todo el país de estos centros especializados, sobre todo, en las zonas marginadas y fronterizas, pues les abriría las puertas a nuestros jóvenes y los motivaría a ser emprendedores e iniciar sus propias empresas u obtener un buen empleo.

Bajo la dirección del Instituto de Formación Técnica Profesional (INFOTEP), de las Fuerzas Armadas y en coordinación con los empresarios del país, se podrían capacitar a miles de jóvenes en las diferentes áreas técnicas: Tornería, refrigeración, electricidad, electrónica, plomería, mecánica industrial, costura doméstica e industrial; mecánica automotriz, desabolladura y pintura; técnico en informática y televisión; hotelería, panadería y repostería, belleza y peluquería, ebanistería, tapicería, lencería, herrería, maestro en construcción, artesanía, entre otras.

Dichas escuelas crean las bases para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), que apoyadas por la Banca Solidaria, serían la bujía para el crecimiento y el desarrollo económico con una base sustentable en nuestro país. Ese fue el motor que impulsó el desarrollo que hoy exhiben los países denominados los “Tigres Asiáticos”.

Enfrentar la delincuencia, el desempleo y la pobreza es una responsabilidad no solo del gobierno, sino, del sector privado. Esto debe hacerse dejando atrás los métodos cavernarios y represivos y utilizando en cambio métodos científicos e institucionales, como la educación, la formación técnica profesional y el empleo.

La construcción de Escuelas Técnico-vocacionales en los principales municipios sería un gran aporte al país, pues con ello se estaría contribuyendo con la generación de empleos de calidad, con el crecimiento económico y con la disminución de la delincuencia y la pobreza.

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