La educación y la cultura son esenciales para transitar hacia un modelo de consumo sostenible, aseguró la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa.
La diversidad cultural es uno de los pilares del sistema de Naciones Unidas, pues refuerza y enriquece el multilateralismo, sostuvo en un evento de alto nivel sobre cultura y desarrollo sostenible.
En ese sentido, invitó a aprovechar la potencia transformadora de la cultura para preservar el planeta y construir sociedades más justas para todas las personas.
A juicio de Espinosa, este evento ocurre en un momento crucial: cuando se aproxima la cumbre del foro político de alto nivel que se realizará en septiembre para revisar los avances de los primeros cuatro años en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En medio de ese escenario destacó el papel transformador de la cultura, entendiendo por cultura «todo aquello que nos identifica, lo que nos hace humanos».
Por ello, dijo, debemos celebrar y proteger la diversidad cultural como la mayor riqueza que tenemos para asegurar sociedades inclusivas y pacíficas.
La cultura es amalgama de la cohesión social, es una fuerza para la transformación y la resistencia, es esencial para la inclusión social, recalcó.
En tanto, las expresiones culturales como la música, el teatro, la literatura la pintura, y cualquier otra forma de arte estimulan el pensamiento crítico y la comprensión de nuestra realidad, añadió.
La cultura es lo que nos distingue y nos une, promueve el diálogo y la reconciliación.
Para Espinosa, la celebración de la diversidad y el diálogo intercultural es esencial para promover la tolerancia y el entendimiento mutuo, pero también es importante para la comprensión y el entendimiento de nuestro entorno.
La diversidad cultural nos enriquece como pueblos, fomenta la complementariedad, el diálogo, la empatía, la tolerancia y la reconciliación, y es una de las formas más efectivas para luchar contra el racismo, la xenofobia y otras formas de discriminación, enfatizó.
Asimismo, se refirió a la desigualdad en el acceso a la cultura y a la necesidad de fomentar políticas inclusivas.
Cuánto sería posible alcanzar en un mundo más diveso y tolerante, con más arte, música, poesía y más libertad para imaginar y crear, se preguntó la presidenta de la Asamblea General de la ONU.
Asimismo, hizo un llamado a evitar la destrucción del patrimonio cultural, aprovechar mejor las economías creativas y las industrias culturales que pueden ser fuente de prosperidad e ingresos.
El evento de alto nivel convocado por la Asamblea Genera y la Unesco coincidió con el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo.