“Se parecen a la cabeza de Juan Bó”. Fue la expresión de un campesino que conducía a los jóvenes científicos dominicanos Milcíades Mejía y Ricardo García a ver a una población de “guanitos” (palmas), en la Sierra Martin García, Provincia Azua, cuando realizaban trabajos de investigación de Botánica en el año 1997.
Esos dos científicos dominicanos eran el entonces Director del Jardín Botánico Nacional y, el segundo, el actual Director de esa institución, quienes dedicaron 14 años estudiando esta palma para su reporte como una especie nueva.
Esta palmita, antes conocidas con el nombre de “Guanito de barreras”, según su distribución natural “…crece a elevaciones que van desde los 5 hasta los 200m, en suelos de origen calizo y muchas veces sobre roca desnuda, en ambiente y substratos con fisonomía de áreas de dientes de perro; forma densas poblaciones llamadas guanal en la porción sureste de la Sierra Martin García…” (M. Mejía & R. García. 1997. Moscosoa 9. p.p.1-7)
Al llegar a la conclusión de que era una especie nueva para la ciencia del género Coccothrinax, le pusieron el nombre de boschiana, como homenaje al líder y fundador del Partido de la Liberación Dominicana, quien fue un trabajador del intelecto, que estudió, trabajó y aplicó a las disciplinas sociales rigor científico, como todo un productor de conocimientos.
“Siempre quise inmortalizar al Profesor Juan Bosch en el ambiente de las ciencias naturales; sabíamos que esta especie era nueva y cuando el guía nos dijo ´miren los penachos blancos, se parecen a la cabeza de Juan Bó’, desde entonces se fortaleció nuestra intención”, explicó Milcíades Mejía a la redacción de Vanguardia del Pueblo, a propósito de acercarse el 111 aniversario del nacimiento del inmortal maestro.
El Milcíades Mejía, miembro de la Academia Dominicana de Ciencias, señaló que el descubrimiento de esta nueva especie causó sorpresa; y hasta muchos especialistas en la familia de las palmeras lo pusieron en dudas, pensaban que era imposible que en una isla tan pequeña quedaran plantas tan representativas sin identificar.
“Al siguiente año, se realizó en el país un encuentro de botánicos y especialistas en las palmeras de diferentes partes del mundo, el interés principal fue conocer esta singular palmera en su hábitat natural y también comprobar la validez del nuevo descubrimiento”, precisó Mejía.
Juan Bosch, como amante de la naturaleza, visitó muchas veces el Jardín Botánico Nacional y en una de esas oportunidades lo hizo en solidaridad con la institución a raíz del paso del huracán Georges en 1998, le dijo a la Dirección de tan importante centro: “Aquí, en el Botánico, se aplican los métodos de trabajo”.
Desde niño conoció la geografía del país y como adulto estudió la sociedad dominicana con mucha profundidad, en todos sus aspectos; tanto en la política, historia, en la literatura (siendo pionero del realismo social), historia económica y sociología política, aplicó métodos claros para llegar al conocimiento en cada área.
Así como sistemáticos fueron esos dos jóvenes científicos, Milcíades Mejía y Ricardo García, al descubrir una nueva especie de palma para la Botánica y la Taxonomía, otros son capaces de vislumbrar y organizar los desmanes de la vida social, aplicando métodos de trabajo, como lo hizo el Líder de Siempre.
El Profesor Juan Bosch fue un organizador de los seres humanos hijos del desarrollo anómalo de la sociedad dominicana. Su disciplina, su forma sistemática y permanente de trabajo lo llevaron a ser un constructor del conocimiento, lo que le permitió descifrar la composición social dominicana.
Fotos cortesía de Milciades Mejía:
1. Juan Bosch visitando el Jardín Botánico Nacional, tras el paso de huracán Georges en 1998.
2. Milcíades Mejía junto a la Coccothrinax boschina.