En el vocabulario de cualquier persona que se dedique a la política, se puede resumir en esa palabra que empuja sus acciones, aunque ni siquiera conozca su significado, y eso es EMPATÍA, que según el diccionario significa: ¨Sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.
Simplemente es la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Pues si alguien tenía dudas de que estamos frente a un gobierno de indolentes, donde abundan los arribistas llegados del sector privado para agenciarse los privilegios y las oportunidades de todo tipo que otorga el poder político, solo tenemos que observar las imágenes contrastadas que muestra la prensa sobre lo que está ocurriendo en el país.
Mientras por un lado la imprevisión, improvisación y falta de compromiso de un gobierno dedicado a cualquier cosa menos a resolver los problemas básicos del país, provocó que una simple tormenta y lluvia torrencial por unas horas desatara un caos que todavía persiste; el titular del periodico Diario Libre de la fecha es más que gráfico: ¨4,025 desplazados, miles sin agua ni energía, comunidades aisladas¨.
Por el otro se realizó un acto en el Teatro Nacional patrocinado por el Ministerio de Obras Públicas, con la asistencia del presidente Luis Abinader y los principales funcionarios de su gobierno, donde lo más notable fueron los aplausos que se llevó una pobre jovencita a quien le dieron a leer un guión sobre los logros de una gestión y estamos seguros que un niño o niña en una velada escolar lo habría hecho mucho mejor.
La gráfica de estas dos situaciones en un mismo territorio y lo que sucedía en el pasado reciente, es lo que demuestra la gran diferencia entre un gobierno dirigido por un presidente con empatía, capaz de ponerse en el lugar del que esta sufriendo necesidades y trabajar para mejorar su suerte, como es DDanilo Medina, y otro que sufre de ECPATÍA, que es el antónimo de EMPATÍA, simplemente una persona incapacitada por un proceso mental voluntario de sentir la angustia de los demás, que eso es Luis Abinader.
¿Alguien cree que es posible, en medio de una emergencia nacional, sentarse a celebrar un año de ¨logros¨ (un ejercicio de mitonanía y egolatría) del Ministerio de Obras Públicas, que es el organismo que debería reaccionar de forma inmediata ante los daños a la infraestructura causados por las aguas de la tormenta Fred?.
Esta es la hora en que hay muchas comunidades aisladas por el derrumbe de puentes, hundimiento de carreteras, deslizamientos de tierra que impiden el paso a nuestros ciudadanos, árboles en medio de las calles, circuitos eléctricos apagados por mas de 24 horas, y lo peor, cuando deberíamos estarnos preparando para una segunda tormenta que ya se formó en el Atlántico y apunta al país, los señores del gobierno estaban todos en la celebración una velada de muchachitas en pleno Teatro Nacional.
Ninguno de los allí sentados sentían empatía por las viviendas inundadas a orillas del río Ozama en la capital, pero tampoco les importaba; el centro de su atención estaba en el autobombo colectivo donde se decían una serie de mentiras, la realidad está a la vista de todos, y lo peor, en sus caras aparentaban creerselas, una señal de mitomanía que ya conocemos del accionar de muchos de ellos en su historia de vida pública y privada.
La opinión pública nacional es unánime en el juicio de que Fred nos tomó por sorpresa, cosa que no admitimos en este mundo de información globalizada, pues cualquiera medianamente informado sabía de antemano que esa tormenta se dirigía directamente hacia nuestro territorio, y esta gente fue incapaz de realizar una sola reunión con los equipos de emergencia creados para estos casos, por lo menos eso dar carácter a lo que se nos venía encima.
Si alguien tiene dudas de que este gobierno no reaccionó ante el peligro inminente que venía hacia el país, es que se vieron a miles de empleados públicos y privados intentar llegar a sus hogares en medio de la tormenta con las calles anegadas y las ciudades colapsadas, porque ni siquiera fueron capaces de ordenar el cese de las actividades al mediodía de anteayer, que es lo usual en estos casos, como ejemplo, en Puerto Rico no se trabajó desde el día martes y Fred estaba proyectada muy al sur de la vecina isla.
Y la ¨cereza del helado¨ de metidas de pata del gobierno del PRM, es llevarse a todos los encargados de dar respuesta a la emergencia a una actividad en el Teatro Nacional, donde por supuesto se violaron todos los protocolos de distanciamiento social y uso de mascarillas, sobretodo la necesidad de evitar las reuniones a puertas cerradas donde participen grupos numerosos de personas, para mentir repetidamente y creerse sus mentiras.
En situaciones como esta, donde es necesario ser empático y asumir como suyas las necesidades y el dolor que sufren los mas necesitados, es que el pueblo dominicano puede darse cuenta la falta que le hace Danilo. Medina, no solo es que ese presidente era incapaz de sustraerse a sus responsabilidades primarias de protección de todos los dominicanos, sino es tambien aquella persona con la singular empatía de sentir en carne propia las necesidades de los demás y actuar en consecuencia.
Imposible imaginar que ante el cuadro de inundaciones, caída de árboles, derrumbe de puentes, ruptura de carreteras, deslizamientos de tierra, cientos de comunidades aisladas, caminos vecinales obstruidos y otra amenaza para el país ya recorriendo pot el Atlantico, ver a Danilo y a todo el gobierno solazándose en el Teatro Nacional dizque ¨celebrando¨ un año en el gobierno, como si fuera ¨la semana aniversaria de la Voz Dominicana¨.
(Quienes no sepan de que se trata eso que se lean la historia de los Trujillo)
Antes dar ese espectáculo de mal gusto, lo que hubiera hoy fueran cientos de operativos encabezados por el ministro de obras públicas del gobierno de Danilo, el super eficiente Gonzalo Castillo, quien con su camisa manga corta estuviera encabezando personalmente las acciones para reparar y reconstruir lo que el viento y la lluvia hubieran destruido, y es que ambos, por su origen y compromiso, entienden de las necesidades de los grupos más vulnerables del país, pero además su empatía, que no es más que ponerse en el lugar del otro, está harto demostrada.
¡Que falta le hacen al país Danilo y Gonzalo en un momento como este!