Fiel a su tradición y a la experiencia acumulada en cincuenta años de existencia y al legado pedagógico dejado por el gran maestro de la política, profesor Juan Bosch, la dirección del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se pronunció frente a la propuesta de reforma constitucional presentada por el Poder Ejecutivo.
Días antes de que se diera a conocer el proyecto de ley que declara la necesidad de la reforma constitucional, el PLD explicó que no había fijado posición con relación a la propuesta de reforma a la espera de que se formalizara su presentación.
Tan pronto se dio a conocer el contenido de la propuesta la dirección del PLD fue convocada para analizarla y fijar posición cuyo contenido, se decidió de forma unánime, fuera presentado a la opinión pública por el ex presidente de la República y presidente del PLD, Danilo Medina.
No se trató de un capricho del exmandatario; él acogió una decisión del organismo al que pertenece y expuso las conclusiones a las que se había arribado.
Antes de afirmar que la propuesta de reforma no es prioritaria para la sociedad dominicana, el Partido de la Liberación Dominicana reiteró su compromiso con los mejores valores éticos, institucionales y democráticos de la nación y su decisión de respetarlos y hacerlos respetar en cualquiera circunstancia.
Mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población dominicana debería ser la prioridad del gobierno nacional, que en lugar de ello busca subterfugios para desviar la atención del pueblo dominicano respecto de los asuntos que lo acogotan y desesperan, como el alto costo de la vida, la inseguridad, la crisis eléctrica, la falta de aulas y el colapso del sistema de salud, entre otros.
Como se colige del documento del Comité Político la propuesta de reforma a la Ley Sustantiva responde al esquema populista y propagandístico que ha caracterizado al Gobierno y al presidente de la República, para quien su apariencia e imagen se anteponen a los problemas de la población.
El Partido de la Liberación Dominicana responsabiliza al presidente Luis Abinader, ideólogo de esta iniciativa, que no la ha pedido nadie, y dueño de la mayoría en la asamblea revisora, de los desvaríos y problemas que puedan resultar al final del proceso de reforma.