La queja ciudadana por los constantes y prolongados apagones fue la tónica dominante de la semana que ha culminado y que se proyecta continuar en el periodo en curso, tal y como lo adelantó el denominado Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), entidad que anunció apagones programados.
Desde todas las regiones y provincias se reportaron las interrupciones del servicio eléctrico y los inconvenientes que genera en las industrias, el comercio, los hogares, la impartición de docencia y los servicios de salud.
Con el grito al cielo se encuentran moradores en los distintos barrios y sectores de los municipios del país ante las largas tandas de apagones que se vienen registrando.
¿Quién se imaginaba que volveríamos a comprar velas, velones y lámparas de tubo o las famosas jumiadoras?
En las compras de supermercados de los hogares de clase media además de los caros artículos para cocinar o de limpieza, se incluyen estos artefactos, propios de tiempos pasados.
Las quejas que acompañan los constantes apagones es que las facturas del consumo energético, llegan por las nubes.
No valen las quejas o que envíen los quejosos al inoperante Protecom, que no hace nada, repitiendo como el eco que para el reclamo se debe pagar la factura, triplicada y quintuplicada.
Las protestas y manifestaciones violentas en campos y barrios citadinos son permanentes en los medios de comunicación, que son respondidos con la indiferencia de las autoridades del sector.
El partido de la Liberación Dominicana por intermedio de sus técnicos conocedores del tema , consideran como bastante crítica la situación del sistema eléctrico de República Dominicana, que es lo que ha llevado al gobierno a producir “apagones financieros”, motivo de la intranquilidad en los barrios y preocupación en los sectores productivos nacionales.
Los colmados, cafeterías y restaurantes se quejan de cómo “la falta de luz afecta al negocio porque se dañan muchos productos refrigerados, también bajan las ventas porque no hay productos fríos y a la gente le gusta su producto bien frío y si no hay electricidad, no se enfrían
Para la población en general, los apagones también crean un ambiente de inseguridad y malestar. En la noche, la falta de electricidad lleva a los residentes a encerrarse en sus hogares por temor a atracos, mientras que ya en los hogares tienen que alumbrarse con velas y sin por lo menos un abaniquito, mientras los mosquitos puyan